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UNA EXPERIENCIA INTERESANTE

Desintoxicación digital: qué pasa cuando la tecnología queda afuera de las agencias

(Advertising Age) – Durante el “mes de Amish”, todos los artefactos digitales están prohibidos en las reuniones. Las consecuencias –a favor y en contra- son sorprendentes.

Desintoxicación digital: qué pasa cuando la tecnología queda afuera de las agencias
El autor, Jamie Barret, es socio y director creativo ejecutivo de BarretSF.

En septiembre probamos con algo nuevo aquí en BarretSF. Fue una idea que propuso Jillian Davis, nuestro senior planner. Jillian es inteligente, observador y proactivo, y pensó que sería sano para la agencia hacer una pequeña desintoxicación digital. Nosotros también lo pensamos. Así que el 1º del mes pegamos posters en las puertas de nuestra sala de conferencias y declaramos el comienzo del “Amish Month”.

¿Las reglas? Cuando usted está en una reunión y no está presentando algo, no podrá mirar a su laptop. O su tablet. O su smartphone. O su Apple Watch. O su descontinuado Google Glasses. O sus lentes de contacto si están recibiendo una señal de wi-fi. Fue realmente exitoso, y también desagradable.

Primero, lo desagradable:

Varias fotografías no fueron vistas en el momento justo.

Una oportunidad de postear una réplica aguda a un comentario también agudo de un amigo de Facebook a quien nunca encontré, se perdió.

La gente fue forzada a jugar con menos frecuencia al Words With Friends. Un tipo hasta perdió un juego en el que venía ganando porque se pasó del tiempo permitido.

¿Resultados? Se hicieron sacrificios. Grandes. Por parte de muchos. Pero hubo también algunas cosas realmente positivas.

Como agencia, nos crispamos menos.

Sentimos menos fantasmas moviéndose en nuestros bolsillos.

Las reuniones fueron breves. Bueno, no breves, pero sí más breves. Digamos, fueron marginalmente más breves, tal vez.

El punto es que lo hicimos. El mes fue y vino, y sobrevivimos. Beneficiados, en la práctica. Lo que me hizo pensar (como era de prever) en nuestra amiga permanente, la tecnología.

Tuvimos bien presente que vivíamos en el mundo pre-Jobs, Wozniak, Gates y Zuckerberg. Yo crecí marcando teléfonos con disco giratorio de números, ajustando las antenas de dos brazos para ver TV, y escuchando discos de 45 rpm. Escribí a mano mi tesis de 94 páginas para el college. Por eso me siento bien calificado para comparar un mundo más “Amishy” con el de 2015.

En 99 casos sobre 100, la tecnología es eficaz. Pero llega un punto en el que no es así. Una vez de cada 100, o un mes de cada 12, la idea de cerrar la puerta de la sala de conferencias a los aparatos modernos –preferiblemente una puerta del viejo estilo, de cerraduras pesadas- parece adecuada.

Hay algunas cosas raras que pasan. Con ningún teclado para usar o pantallas para mirar fijamente, las cabezas se elevan y empiezan a mirar alrededor de la sala. Se producen contactos visuales. Reconocimiento de las expresiones faciales. La gente dice palabras y los otros las escuchan, y pueden percibir si esas palabras son serias o divertidas, sinceras o sarcásticas, enojadas o amables.

Como ya dije, son cosas raras. Hemos decidido extender al Amish Month a octubre.

 

 

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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