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Joan Costa: “El diseño puede mejorar el paisaje urbano y la calidad de vida de la gente”

En esta primera parte de un trabajo exclusivo para adlatina.com, uno de los más respetados diseñadores y comunicólogos europeos, asiduo colaborador del portal y uno de los fundadores del Grupo Interamericano de Estudios de la Comunicación Institucional, invita a reflexionar sobre los nuevos compromisos del diseño, fruto de una mirada original, extensa y profunda de la especialidad.

Joan Costa: “El diseño puede mejorar el paisaje urbano y la calidad de vida de la gente”
“Lo que llamamos ‘sistema social’ es como una máquina viviente y como el fluir mismo de la vida cotidiana”, afirma Costa.

El diseño es un conjunto de disciplinas —urbanístico, arquitectónico, industrial y gráfico—, que es el principal mediador entre los individuos de una sociedad que será cada día más urbana. Su cometido consiste en hacer habitable, saludable, confortable, inteligente y agradable ese entorno. Como proyector global, el diseño tiene su responsabilidad e influencia sobre este conjunto de factores.

Pero sobre el fondo urbanístico y de los objetos que pueblan su entorno como paisaje de acciones, la idea de calidad de vida se asienta en dos grandes vías: por un lado en el aspecto de los servicios y prestaciones que la ciudad ofrece a ciudadanos y visitantes, y por otro en la transparencia e inteligibilidad de ese entorno. Es decir, facilitar la comunicación entre las personas y entre éstas con las instituciones, las empresas y los servicios.  Lo que llamamos propiamente el “sistema social” es como una máquina viviente y como el fluir mismo de la vida cotidiana. Su dinámica, su sentido de la movilidad, la organización de los tiempos, las interacciones entre los actores sociales y los bienes que se intercambian: servicios, productos e informaciones.

Una ciudad es un sistema de servicios. Son parte de él las fuentes suministradores de esos servicios, y también los productos optativos, y las oportunidades que ese entorno ofrece como criterio de calidad de vida. En tercer lugar se ubica el carácter cualitativo en general. Este sería el cuadro ideal, pero no idealista, llevado a los mayores niveles posibles.

Micropsicología de la vida cotidiana. La noción de calidad de vida urbana, tal como la debemos concebir en una sociedad occidental, es en principio una teoría de acceso, que implica un conjunto de elementos que suponen un sistemas de costos diversos que la micropsicología explica en los cincos apartados que se detallan a continuación.

En primer lugar el costo financiero, o costo que debemos pagar por acceder a los servicios, llámense educación, espectáculos, transportes, etc. Pero hay un costo temporal debido a las idas y venidas, los embotellamientos, las filas de espera, los reclamos y la lentitud burocrática de las administraciones.

Estos problemas, que algunos han denunciado como “polución visual” o “ruido visual” no es nuevo ni exclusivo de nadie, sino por el contrario bastante generalizado. Para hablar gráficamente los llamaremos “basura semiótica”, o sobrecarga de elementos inútiles, pero significantes y redundantes, que ensucian y enturbian el entorno y lo hacen agresivo y caótico. La basura semiótica se asienta sobre la basura material: objetos, residuos y cosas inútiles de viejas construcciones e instalaciones que persisten en el medio urbano; que junto con su inutilidad y degradación física poseen una gran presencia.

En una segunda parte de este trabajo, expondré mi idea acerca de cómo proceder para hacer más transparente y legible nuestro escenario cotidiano, facilitar los usos sociales, y hacer las ciudades más agradables y atractivas.

 

Joan Costa

 

 

 

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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