Por novena vez en diez años, los estadounidenses se unieron para destrozar el record de todos los tiempos en el Super Bowl.

Según la data nacional de Nielsen, la transmisión de NBC del SB XLIX se ubica ahora como el programa más visto en la historia de la televisión norteamericana, al promediar la notable cifra de 114,4 millones de espectadores. El partido entre los New England Patriots y los Seattle Seahawks superó a los 112,2 millones de personas –un 2% menos- que siguieron el año pasado en Gran Juego por la cadena Fox.

El record de audiencia del partido final de la NFL ha sido vencido en casi todos los años desde la versión XL del SB, que se disputó el 5 de febrero de 2006. El único juego en la década pasada que falló en superar a su inmediato predecesor fue el Super Bowl XLVII, la emisión de la CBS que tuvo un 2% menos de audiencia después de un corte de energía que frustró la transmisión del partido entre los Ravens y los 49ers en 2013.

La audiencia del último domingo por la noche llegó al pico de 120,8 millones de espectadores durante una celebrada jugada de Tom Brady, de los Patriots.

Aunque la victoria de los Pats por 28-24 tuvo gran repercusión, el partido no quedará en los libros como el SB más valioso en términos de puntos de rating y share, en oposición a los espectadores promedio. Para Nielsen, el evento del domingo tuvo una media del 47,5% de hogares que siguieron sus alternativas, y un 71% de hogares con TVs encendidas, por detrás de la versión XVI del juego, en el que esas mediciones fueron de 49,1 y 73 respectivamente.

En el crescendo del juego, casi tres cuartas partes de todos los televisores en uso (el 74%) estuvieron sintonizados en la transmisión de la NBC.