Después de quince años trabajando, básicamente, con productos importados, la firma argentina GAM! Golosinas –una de las principales distribuidoras de golosinas en el mercado local- busca crecer con una mayor producción nacional.

La empresa, nacida en 1999, anunció que en el primer trimestre del año próximo pondrá en marcha una primera línea de producción de marshmallows (malvaviscos) en todas sus presentaciones, con una inversión de 23 millones de pesos en su planta de Pilar. “Queremos posicionarnos como el primer y único productor argentino de este tipo de producto que hoy es un suceso en toda Latinoamérica”, explicó a adlatina.com Ricardo Estévez, gerente de marketing de GAM!

-¿Cómo se posiciona una marca nueva en el mercado de golosinas?
-Obviamente, las inversiones que puede hacer una empresa como la nuestra no son las mismas que las de una multinacional. Por eso, tenemos que trabajar muy fuerte con el punto de venta y con los distribuidores, y apostar a los nichos del mercado.

-¿Cómo está el rubro de las golosinas? ¿Ya llegó la crisis?

-En el caso particular de nuestra empresa, seguimos creciendo y proyectamos una expansión en 2015. Y, en términos generales, la recesión se siente menos en esta industria. El mercado de golosinas sigue creciendo porque se trata de un  negocio de impulso y, por lo tanto, es menos vulnerable a las crisis. Son productos relativamente baratos, así que no es extraño que sean los últimos en caer.

Los marshmallows están muy asociados con el consumo en Estados Unidos…

-Si bien se trata de un producto con muchos años en el mercado, todavía en la Argentina y en América Latina el consumo es relativamente nuevo. Igualmente, el negocio se está ampliando en forma muy rápida, apuntando a los chicos y sumando, también, a las madres como consumidoras que los utilizan, por ejemplo, para decorar una torta.

-¿Qué papel juega la televisión en la difusión de la marca?
-En las golosinas, en general, la televisión es clave y esta importancia se potencia en el caso de los canales infantiles de la TV por cable. Los chicos conocen a los productos por este tipo de programas, aunque después implementamos una serie de adaptaciones para hacerlos más compatibles con el paladar local.