Management > Global | EL CONFLICTO DE INTERESES SE INCREMENTÓ CADA VEZ MÁS EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
Por Redacción Adlatina |

Finalmente, el CEO de Google dejó su controvertido puesto en el directorio de Apple

Es algo realmente infrecuente: el CEO de una compañía de la magnitud de Google acaba de renunciar al directorio de otra empresa grande, la mismísima Apple. En los últimos tiempos ya circulaban rumores de que entre ambas posiciones existía una creciente incompatibilidad, pero muchos dudaban de que Eric Schmidt iría a dar ese paso. Pero al fin se produjo el lunes.

Finalmente, el CEO de Google dejó su controvertido puesto en el directorio de Apple
Tras muchas desmentidas, Schmidt renunció ayer a su puesto en Apple.

El CEO de Google, Eric Schmidt, renunció finalmente al directorio de Apple, luego de mantenerse tres años en ese puesto. La salida se produce en momentos en que ambos gigantes tecnológicos estaban cada vez más enfrentados, irrumpiendo uno en el terreno del otro con mayor frecuencia.

El mes pasado, por ejemplo, Google reveló que estaba desarrollando un sistema operativo para competir con el Windows de Microsoft y el OS de Apple.

Al mismo tiempo, y por cuerda separada, el lanzamiento del Chrome, por parte de Google, hizo que una porción del mercado quedara en sus manos en detrimento del Safari, de Apple. Más importante todavía, Google aspira a convertirse en un rival serio del iPhone, de Apple, con su teléfono Android.

En este último caso los observadores son escépticos, porque el iPhone tuvo una aparición espectacular, con gran penetración en el mercado, tanto en Europa como en Estados Unidos, y la tarea de destronarlo sería muy complicada.

La tensión se elevó aun más la semana pasada, cuando Apple prohibió directamente la aplicación Google Voice, destinada al iPhone, aduciendo que ella duplicaba un número de servicios que ya vienen instalados en el iPhone como nativos.

Este movimiento no pasó inadvertido para las autoridades gubernamentales de  Estados Unidos: la Federal Communications Commission lanzó de inmediato una investigación en torno a la prohibición dispuesta por Apple, y envió cartas tanto a esta compañía como a Google y a AT&T. Esta última es la única distribuidora de iPhone en territorio norteamericano.

Ayer, tras la renuncia de Schmidt, todas las miradas se fijaron en Steve Jobs, el CEO de Apple, quien explicó las cosas sin mayores rodeos: “Eric ha sido un miembro excelente del directorio de nuestra compañía, donde invirtió su inestimable tiempo, talento, pasión y sabiduría para contribuir al éxito de Apple. Pero, desgraciadamente, a medida que Google fue entrando más y más en el negocio central de nuestra compañía, con Android y ahora el Chrome OS, la efectividad de Eric como miembro del directorio se verá severamente disminuida, ya que tendremos que excusarlo de participar en una gran cantidad de reuniones internas, dados los potenciales conflictos de intereses que pueden suscitarse. Por ese motivo, hemos decidido de mutuo acuerdo que este es el momento justo para que (Schmidt) resigne su puesto en el directorio de la empresa”.

 

En julio, el primer reconocimiento

Ya a mediados de julio, algunos medios europeos se hicieron eco de las versiones de una inminente renuncia del CEO de Google a su puesto en Apple. El punto más candente, por entonces, era que ambas compañías fabricaban sistemas operativos para teléfonos celulares, además de la competencia que se vislumbraba en el mercado de las computadoras en general.

En ese momento, frente al  periodismo, Schmidt dejó de eludir la pregunta de la renuncia y deslizó: “Voy a hablar con la gente de Apple”. Pero agregó que “por el momento no hay ningún problema”.

Sugestivamente, el CEO de Google se negó en esa reunión con la prensa europea a referirse a Microsoft. “No quiero hablar de eso”, dijo sin vueltas. Añadió que Google no tenía objetivos particupares para que Chrome ocupara una cuota de mercado en el negocio de las computadoras. “No hay nada, no analizamos la cuota de mercado en lo absoluto”, insistió el directivo. Quince días después todo parece diferente.