Publicidad > Brasil | LA MARCA DE BEBIDAS ENERGIZANTES BUSCA REPOSICIONARSE
Por Redacción Adlatina |

“Don’t look back”, la enseñanza del gurú de Burn

Burn cambió su fórmula y lo cuenta montando un mundo surrealista e irónico que apunta directamente al corazón de los jóvenes brasileños. “Teníamos la tarea de despegarnos de las referencias publicitarias y buscar nuestro propio lenguaje”, explica Daniel Pérez Pallares, director creativo de Grey Brasil. En la nota, se puede ver el comercial.

“Don’t look back”, la enseñanza del gurú de Burn
El gurú hipster de Burn enseña a no mirar atrás y seguir los latidos del corazón.

Bigotes, una afro, anteojos estilo Buddy Holly y una remera con su propio rostro. Se trata del gurú hipster que Grey Brasil diseñó para Burn, la marca de bebidas energizantes de Coca-Cola. El joven de aspecto meticulosamente desalineado lidera la campaña Don’t Look back, con la que Burn introduce una nueva fórmula, con más taurina y cafeína, y busca un nuevo posicionamiento.

Una de las piezas principales es un video de dos minutos para medios digitales. En un ámbito plagado de guiños surrealistas, la marca invita a seguir los latidos del corazón “que siempre te llevarán a un mejor lugar”, según reza la voz en off que explica con estilo rapero el accionar del la estrella hipster.

“Teníamos la tarea de despegarnos de las referencias publicitarias y buscar nuestro propio lenguaje”, explica Daniel Pérez Pallares, director creativo de Grey Brasil. “Recurrimos a un universo divertido para señalar que Burn suministra energía para que la gente siga atreviéndose y haciendo su propia ruta”, agrega.

Renato Fukuhara, director de marketing de Burn, comenta que con la nueva fórmula buscan responder a las necesidades de la “vida intensa” que transitan los jóvenes brasileños.

La campaña va a contar también con comerciales para la televisión nacional y teatros, y con una fuerte estrategia digital que incluirá siete videos más acompañados por acciones en redes sociales por parte de la agencia Movimento.

 

El corto fue producido por Hungry Man y dirigido por Carlão Busato, contó con la participación de 150 extras y fue rodado durante tres días. Las locaciones incluyeron el barrio Ipiranga, de la ciudad de São Paulo, una cantera en la ciudad de Itaquaquecetuba, parte del mismo estado.