Publicidad > Estados Unidos | OPINIÓN DE NORBI ZYLBERBERG, SVP/GROUP CREATIVE DIRECTOR DE LATINWORKS
Por Redacción Adlatina |
Mi primer SXSW fue cuando llegué de Buenos Aires a Austin, en el 2002. El Platinum Pass que te dejaba ver toda la música y el cine valía casi 800 dólares, pero no era necesario porque se podía ir de bar en bar, cada 45 minutos y encontrarse con futuros rockstars tipo los OK Go tocando para unos pocos.
En 2006 se lanzó el primer tweet desde Austin, y boom. Pasamos a tener un evento de Interactividad, Cine, Educación y Música; con más de 2.500 eventos entre oficiales y extraoficiales, 45 mil registrados, 2.100 bandas y más de 135.000 personas que inundan la ciudad durante 13 días. Intenso.
Si bien el perfil, look, y estilo de la gente que copa el centro de la ciudad es muy variado, todos buscamos lo mismo: pequeñas dosis de inspiración.
Como la reflexión del Dr. Astro Teller de Google X y sus maravillosa frase de “fracasar rápido y luego fracasar en el intento de fracasar” o la mirada irreverente y reflexiva de Snoop Dog y su idea de apoyar a los jóvenes cineastas con una plataforma digital para mostrar sus films.
SXSW creció como un festival tec -empujado por corporaciones y cada vez más sponsors desesperados-, pero creo que es muchísimo más que eso.
Considero que es un evento de convergencia cultural, y que debe aprovecharse como tal.
Hay tantas charlas en Interactive, y ponerles títulos ingeniosos a conferencias muy malas ya es un clásico (en el cual caemos muchas veces los publicitarios, víctimas de nuestras mismas argucias), pero esto puede evitarse mirando los nombres de los conferencistas y sus previas exposiciones.
También es clave elegir al menos un key speaker que rara vez encuentres en otra parte y pararte en la fila, sentarte y desayunar, dormir, o poner los pies para arriba y relajarte. Esto aplica para ciertos conciertos y se recomienda a medida que los días pasan.
El cine puede servir para ver documentales que jamás estarán en el circuito comercial y también para alejarse de las multitudes y no chequear el celular cada 3 minutos para ver qué te estás perdiendo. Moonwalkers es una película delirante que cualquier publicitario no debería dejar de ver, y que nos permite enamorarnos del storytelling bizarro.
Y SXSW for Good es quizás de las pocas joyitas que aún no explotó: por suerte hay conferencistas que tienen pilas, frescos y con buenas ideas. Y no hay colas interminables.
Sober4MS quizás es de las ideas más interesantes -lucha contra la esclerosis múltiple- con una increíble dosis de humor.
Creo que la clave para disfrutar es elegirse un par de actividades fijas, y también, dejarse llevar por lo que hay en la calle: mirar, absorber, pensar, y usar los días como una especie de recarga. Para volver a nuestros trabajos como después de cualquier festival: con pilas, dispuestos a empujar y trabajar con otra perspectiva.
SXSW es el único festival que no muestra publicidad, pero que es ideal para publicitarios, porque muestra un poco de todo, marca el pulso, nos indica dónde están parados los generadores de contenidos multipantallas y nos da una pincelada de las cosas a las que va a estar expuesto nuestro consumidor.