Digital > Argentina | DENTSU CREATIVE SUMMIT
Por Redacción Adlatina |

Yasuharu Sasaki: “¿Vamos a perder nuestros trabajos? No, no lo creo”

De visita en Buenos Aires, el director creativo ejecutivo y head digital creative de Dentsu Tokio dio una charla para empleados y clientes argentinos de la red. Su exposición se centró en las aplicaciones de la inteligencia artificial y las repercusiones que tendrán estas nuevas tecnologías en la creatividad humana.

Yasuharu Sasaki: “¿Vamos a perder nuestros trabajos? No, no lo creo”
Yasu Sasaki en la última edición de Dentsu Creative Summit.

¿Algún día la inteligencia artificial va a terminar con la creatividad humana? ¿Hay alguna forma de trabajo que la singularidad tecnológica no hará obsoleta? Estas preguntas planteó Yasuharu Sasaki en un desayuno exclusivo para empleados y clientes de Dentsu Argentina. Sasaki es ECD y head digital creative en Dentsu Tokio, y recientemente presentó la misma disertación en la semana de la publicidad de New York y en las oficinas de Dentsu San Pablo.

Tras dar algunos ejemplos sobre cómo la agencia fusiona creatividad con tecnología de punta e información, Sasaki planteó el interrogante por el futuro. De acuerdo con Raymond Kurzweil, en 2045 ocurrirá la singularidad tecnológica, es decir, el momento en que las inteligencias artificiales superarán a los seres humanos y se convertirán en las formas de vida más inteligentes del planeta. Sin necesidad de adelantarse tanto, todo indica que por cuestiones de eficiencia, las inteligencias artificiales formarán parte de todas las esferas de la vida, al punto de generar o posibilitar toda comunicación humana.

“La IA ya ha penetrado en campos donde la creatividad es más necesaria: la pintura, la cocina, la música y el deporte son algunos de ellos”, advirtió Sasaki. ¿Significa esto que la creatividad, arma secreta de la humanidad, ya no es necesaria? Según Sasaki, no es así. Sólo los humanos son capaces de cambiar e innovar, de hacer y decir algo impredecible. “La comunicación eficiente y nada más es aburrida”, explicó.

A modo de ejemplo, presentó dos casos en los que trabajó Dentsu. El primero es Pepper, un robot doméstico que tiene la capacidad de leer las emociones de las personas y responder a ellas. Es pequeño, vivaz, y francamente simpático. Cuando se lanzó al mercado en junio, las 1.000 unidades disponibles se agotaron en un minuto. Pepper ya tuvo ofertas para trabajar como concierge. Dentsu también desarrolló junto con el profesor Hiroshi Ishiguro una copia robot de la estrella televisiva japonesa Matsuko Deluxe. En lo más profundo del uncanny valley, Matsuko-Roid aparece en público y trabaja tanto como su contraparte humana. Hace unos meses dio una conferencia en Cannes Lions sobre el futuro de los androides en la publicidad.

Tanto Pepper como Matsuko-Roid son lo que Sasaki llama robots de comunicación: están diseñados para relacionarse en forma positiva con humanos. “La interfaz con la que es más fácil que una persona interactúe es otra persona”, explicó. En ese sentido, el diseño del aspecto, el comportamiento, y la personalidad de estas inteligencias artificiales es fundamental. Es por eso que, mientras que los trabajos más monótonos y cansadores –afortunadamente– sí van a desaparecer, con más tecnología serán más y más importantes aquellos que tengan que ver con la creatividad y el conocimiento de la naturaleza humana. En las próximas décadas, la innovación consistirá, de acuerdo con Sasaki, en idear maneras en que la tecnología puede trabajar para las personas, y no éstas para ella.