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Por Redacción Adlatina |

Joan Costa: “2016 fue el año de los algoritmos”

El presidente del Instituto que lleva su nombre, escritor, catedrático y uno de los consultores empresariales más relevantes de Europa, escribió este artículo que adaptó para Adlatina.com el columnista y corresponsal del Instituto en el país, Alberto Borrini.

Joan Costa: “2016 fue el año de los algoritmos”
“Si bien siempre un algoritmo puede ayudar a encontrar una solución si es que ésta existe, no todos son igualmente eficaces”, explicó Costa.

En la era digital, un algoritmo informático es una regla operativa para el procesamiento de datos. Los algoritmos organizan la información, la filtran, la agrupan y la discriminan. Sin algoritmos no de podría buscar algo en Google. Las prioridades temáticas de Facebook son reguladas por algoritmos. Las batallas de opinión en Twitter son arbitradas por algoritmos que establecen las jerarquias ( Trending Topic). Los servicios de inteligencia usan algoritmos para buscar agujas en el pajar de las conversaciones y mensajes mediáticos. El historiador israeli Yuval Noah Harari sostiene que, en el siglo XXI, quien controle los algoritmos controlará el mundo.
Palabra de origen árabe, deriva de Mohamed ibn Al-Juarism (780-850 d.C). Matemático y bibliotecario del califa de Bagdad, Al-Juarism es considerado el padre del álgebra y principal difusor de la numeración hindú. Sus reglas para las operaciones matemáticas fueron llamadas aljuarismos.

Algoritmos bioquímicos. El ordenador copia el funcionamiento de nuestro cerebro. En las últimas décadas, los biólogos han llegado a la conclusión de que el hombre que realiza sus rutinas no verbales es también un algoritmo.
Un ejemplo de supervivencia ilustra prácticamente el procedimiento. Un babuino ve unos plátanos colgados de un árbol, pero también detecta cerca un león en acecho. ¿Tendría que arriesgar la vida el babuino por estos plátanos? Todo se reduce a un problema matemático de cálculo de posibilidades: la de que el babuino muera de hambre si no puede comer los plátanos, frente a la posibilidad de que el león lo atrape. Para resolver el problema, el babuino tiene que hacer muchos más cálculos. ¿A qué distancia estoy de los plátanos? ¿A qué distancia está el león? ¿Con qué rapidez puedo correr? ¿Cuán rápido es el león? ¿El león está despierto o dormido? ¿Parece hambriento o harto de comida? ¿Cuántos plátanos hay? ¿Son grandes o pequeños? Además de estos cálculos externos, el babuino debe tener en cuenta datos de su propio cuerpo. Si se muere de hambre, tendrá que arriesgarlo todo para satisfacerla.
El premio por haber hecho los cálculos correctos es más grande, es la supervivencia. Estos algoritmos están sujetos al control de calidad constante de la selección natural.

En términos teóricos, un algoritmo es un conjunto de reglas precisas, que definen un procedimiento de razonamiento sistemático con vista a obtener un resultado determinado.
Los especialistas en investigación operacional han construido algoritmos para resolver modelos, cuya verificación requieren ser sometidos a varios ensayos.
Es importante comprender que si bien siempre un algoritmo puede ayudar a encontrar una solución si es que ésta existe, no todos son igualmente eficaces, por lo cual un investigador tiene la tarea de encontrar el mejor.
Gracias a los adelantos tecnológicos, ahora es posible recibir una cantidad enorme de información. Pero para procesarla, seleccionarla hacen falta algoritmos. “2016 ha sido el año de los algoritmos”, opinó el etnógrafo Joseph Granyet. Ellos anticiparon la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos a partir de las primarias.
Por los algoritmos, se pudo descubrir la falsedad de tendenciosas imágenes distribuidas por algunas redes, como la de la Napalm Girl, la chica que salió corriendo desnuda en Vietnam para evitar ser alcanzada por un estallido de napalm. Mediante un algoritmo se descubrió que el cuerpo desnudo no era el real, sino que se le aplicó otro para aumentar el impacto político de la información.         
(Los algoritmos pintan no sólo para ser eternos, sino también imprescindibles no importa la actividad, negocio o mensaje cuya solución depende de múltiples variables. Acabo de leer en el diario La Nación, una nota titulada “Para vestirte mejor, Personalización, algoritmos y Big Data llegan a la moda… Más allá de las ventas, el objetivo es conseguir información de las consumidoras con el objeto de predecir que van a necesitar o querer en el futuro y ofrecérselo primero”.)