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Por Redacción Adlatina |

La mitad de los adolescentes no distingue entre publicidad e información

“Los chicos y las pantallas”, un estudio presentado por el Enacom, señaló la relación que tienen los adolescentes que estudian en la Ciudad de Buenos Aires con la información que encuentran online.

La mitad de los adolescentes no distingue entre publicidad e información
Cinco de cada diez estudiantes secundarios porteños dijeron que usan una sola página web sin comparar la información.

La mitad de los adolescentes que estudian en Buenos Aires “no distingue entre publicidad e información en Internet”, informó el Ente Nacional de Comunicación (Enacom) al presentar el estudio Los chicos y las pantallas, que compara estadísticas locales con cifras de otros países. La encuesta fue realizada en 2017 y tiene en cuenta la respuestas de 350 de escuelas públicas y privadas de la Ciudad de Buenos Aires.

Roxana Morduchowicz, coordinadora de la investigación y doctora en comunicación de la Universidad de la Sorbonne, señaló: “Ocho de cada diez chicos respondieron que eligen la primera página que encuentran. Esto significa, por ejemplo, que pueden tomar un artículo patrocinado por un banco como si fuera un análisis de la economía hecho por una universidad”. La investigadora agregó: “Los resultados son similares en distintos países, se repite la dificultad para distinguir entre géneros —informativo y publicitario— y hay una alta credibilidad hacia lo que está en Internet”, comparando el sondeo hecho en Buenos Aires con encuestas realizadas en Estados Unidos e Inglaterra.

En la encuesta, cinco de cada diez estudiantes secundarios porteños dijeron que “usan una sola página web” sin comparar la información y la misma proporción usa el sitio “más conocido” sin distinguir fuentes y guiándose por su popularidad.

A su vez, un relevamiento que realizó la Universidad de Stanford en 2017, con una muestra de 7.800 estudiantes secundarios de varias ciudades de Estados Unidos, sacó a la luz que “8 de cada 10 adolescentes no diferencian entre publicidad e información y además creen que toda la información que está en Internet es verdadera”, continuó Morduchowicz.

De forma similar, en Inglaterra 7 de cada 10 estudiantes de entre 12 y 15 años no distingue publicidad de información y 5 de cada 10 “creen todo lo que dice Internet”, argumentando que “si Google lo incluyó es verdadero”, siguiendo una encuesta realizada en 2016 a 1.500 chicos por la Ofcom, el ente regulador de los medios de comunicación del país europeo.

Si bien el acceso a la información es cada vez más extendido, las competencias reflexivas son limitadas y, aunque Internet da la posibilidad de chequear y comparar fuentes, los chicos no lo hacen”, apuntó la investigadora.

La investigación del Enacom advierte en sus conclusiones que “no comparar la información tiene riesgos”, como no desarrollar el pensamiento crítico, no identificar la intencionalidad de quien produce los contenidos y no distinguir datos falsos de verdaderos.

Los adolescentes no identifican la fuente y se basan en la confiabilidad del contacto. Aún cuando ignoran quién produjo la información la comparten si viene de un amigo. Este problema está en el origen de algo que tiene mucha actualidad, las noticias falsas o fake news”, alertó Morduchowicz.

Con la finalidad de que los estudiantes puedan evaluar la confiabilidad de la información que reciben, el Enacom dio una serie de pautas que los padres y docentes pueden transmitirles como ir a varias páginas y comparar su contenido, analizar si los sitios web son de una institución o de autores conocidos que “existen en la realidad”, “prestar atención” a los títulos y analizar la relación que este mantiene con el resto del texto. El Enacom comenzó a distribuir en 13.000 escuelas secundarias públicas de todo el país estas y otras recomendaciones, que también se pueden descargar de su sitio web.