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Por Ad Age |

Así pueden hacer los creativos frente al hecho de que el idioma español es sexista.

(Ad Age) - El español, al igual que el portugués, italiano, francés y otras lenguas romance, no es inclusivo ni neutral en género. Con los años vamos comprobando que nuestro viejo y querido idioma parece ahora sexista, discriminatorio, y, a veces, estereotípico. Pero hay cosas que se pueden hacer para salir del problema.

Así pueden hacer los creativos frente al hecho de que el idioma español es sexista.
El autor de la nota, Juan José Quintana, es executive creative director de la agencia Orci.

La vida de un redactor hispano en Estados Unidos nunca fue sencilla. Cualquier cosa que escribimos para nuestros clientes tiene que ser doblemente buena. Antes que nada, tenemos que escribir en un perfecto español “neutral”–no demasiado mexicano, no demasiado cubano-, brillante, divertido, atrapante. Después, previo a la presentación y aprobación, tenemos que escribir eso otra vez, pero ahora en perfecto inglés, mientras nos aseguramos de que ese texto va a capturar toda la agudeza y el encanto de su lenguaje original. Nosotros hacemos esto día tras día para radio, medios sociales, TV, websites, folletos y demás.

Sí, trabamos doblemente más duro. Y últimamente nuestro trabajo se ha convertido en todavía más complicado.

Con el reciente movimiento #metoo y todo el progreso que hubo en la comunidad LGBTQ, yo, como muchos otros escritores en español, he llegado a la conclusión de que nuestro viejo y querido idioma parece ahora sexista, discriminatorio, y, a veces, estereotípico. Es obvio que nuestro lenguaje necesita cambiar y adaptarse a los nuevos tiempos.

Estos son los puntos básicos: el español, al igual que el portugués, italiano, francés y otras lenguas romance, no es inclusivo ni neutral en género. Los adjetivos, pronombres y sustantivos son o bien masculinos (palabras que normalmente terminan en “o”) o femeninos (que terminan en “a”). Usted habla de un “niño” o una “niña”, y si quiere referirse a ellos en plural, entonces la forma masculina “niños” se hace cargo de la tarea. Eso es así; no hay nada en el medio.

Durante años, el español no proveyó una palabra femenina para witness, judge, engineer o president. A veces esto refuerza los estereotipos, como el de suponer que una secretaria o una porrista siempre serán una mujer. Y, aun peor, algunas palabras tienen una gran diferencia en el significado. Por ejemplo, un “aventurero” es un explorador, mientras que una “aventurera” es una ramera.

Desde los años ‘90s, o tal vez aun antes, la gente empezó a darse cuenta de eso y a quejarse, y varios intelectuales aparecieron con hábiles ideas para tratar de solucionar el tema. No me entiendan mal: yo amo al español y estoy totalmente conciente de que no hay idiomas perfectos. Pero también amo y abrazo la diversidad y la inclusividad. Yo mismo, como muchos otros escritores, estoy convencido de eso, y ahora más que nunca. Nosotros sabemos que habrá desafíos y, como siempre, trabajaremos dos veces más duro para hacer que esto funcione para todos.

Lo que me lleva al punto de qué cosas podemos hacer como comunidad. Darle vueltas al asunto debería convertirse en nuestra nueva norma. Por ejemplo, como creativos y redactores, podemos balancear el “sexismo” existente utilizando palabras femeninas que incluyen a ambos géneros. Como decir “la teleaudiencia” en lugar de “los televidentes” (los viewers). O “la comunidad empresarial” (the business community) en lugar de los empresarios (the business men). Y una más: “las personas” (people) en lugar de “los hombres” y “las mujeres”.

No será maravilloso, pero, repito, esto apunta a hablar del problema. En el caso de which debemos hacer un esfuerzo concertado para referirnos a ambos géneros cada vez que podamos, o, al menos, cuando sea necesario. Podemos activamente decir “los directores y las directoras” (the directors), “los artistas y las artistas” (artists), “señoras y señores” o “damas y caballeros” (ladies and gentlemen). Está en nuestras manos poder enfatizar a ambos por igual.

Y finalmente, cuando no hay otra opción que usar la forma masculina, podemos dar algunos pasos para asegurarnos de que usamos la palabras más inclusiva que dispongamos. Como “el ser humano” (the human being) en lugar de “el hombre” (the man), o “el personal médico” en lugar de “los doctores” (the doctors).

Puede tomar algún tiempo acostumbrarse a eso, pero vale la pena. Cuando damos pasos para asegurarnos de que estamos dirigiéndonos a toda nuestra audiencia –y no sólo a la mitad- estamos haciendo nuestro trabajo. Y eso es algo que todos podemos dejar atrás.