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ENCUESTA SOBRE LA FUNCIÓN SOCIAL DEL DISEÑO

De cómo aportar al bienestar y el deleite

Joan Costa, catalán, autor de la primera Enciclopedia del diseño y destacado especialista en comunicación corporativa, es uno de los fundadores del Grupo Iberoamericano de Estudios de la Comunicación Institucional -Gieci-. En este trabajo argumenta que el debate actual sobre la cultura debe incluir el diseño, lo que plantea algunos interrogantes acerca de los cuales invita a opinar a los lectores

De cómo aportar al bienestar y el deleite
¿Cuáles son las necesidades y posibilidades del diseño en una sociedad posindustrial y posbauhausiana?, se pregunta Costa.

En socioeconomía, se llaman “bienes” a los productos y servicios que satisfacen necesidades, proporcionan bienestar o deleite a los individuos. Se llaman “bienes” porque su nivel de utilidad y sus relaciones entre calidad y precio “están bien”. Así, la idea de “bien” está relacionada con la de “valor” (relativo), en el sentido simplemente de lo que “está bien” para las personas.

En la declaración de Jorge Frascara: “El diseño se ocupa del bienestar de la gente”, ese “bien estar” significa “estar bien” con los bienes que produce (o debería producir) el diseño.

Dicho esto, en primer lugar tendríamos que preguntarnos si, efectivamente, el diseño industrial y el diseño gráfico, cada uno por su lado y en conjunto, aportan bienestar o deleite, y si satisfacen verdaderas necesidades de la sociedad. Pero la cuestión debe llevarse a lo concreto, es decir, en qué clase de satisfacciones se materializan en la gente, y por qué medios.

En segundo lugar, si los productos y servicios reclaman al diseñador satisfacer necesidades, bienestar o deleite, tal vez se le pudiera pedir que contribuya a la promoción de la educación, el civismo, la cultura, el conocimiento, que colabore en proyectos de interés público o de responsabilidad social.

Es evidente que el diseño tiene muchas facetas que interesan a los diseñadores, como por ejemplo, las relaciones con sus clientes, los problemas conceptuales y metodológicos, los aspectos técnicos y los de la formación profesional, etc. Sin embargo, pienso que el más urgente de todos es el de los efectos del diseño sobre la sociedad. Los demás son problemas internos que conciernen al trabajo personal de cada diseñador. Pero no a su función social.

Creo que será esclarecedor explorar estos problemas desde las disciplinas principales de diseño: industrial y gráfico en la medida que ellos contribuyen a configurar nuestro entorno y hacerlo más inteligible y mejor utilizable.

 

¿Quieres colaborar?

Desde esta posición de autocrítica positiva, te propongo reflexionar juntos sobre las verdaderas necesidades y posibilidades del diseño en una sociedad posindustrial y posbauhausiana. Problemas y posibilidades que deben replantearse en términos de aportación a una acción responsable en el momento presente y mirando al futuro.

La opinión de todos, diseñadores y no diseñadores, es importante para esta encuesta, que aspira a comprender cómo el devenir de la profesión debería reposicionarse ante los nuevos retos de las sociedades hipercomplejas. ¿Cómo vemos hoy las relaciones entre los individuos y los productos de diseño a ellos dirigidos? ¿Cómo, a través del diseño, se puede contribuir a una sociedad más solidaria y culta? ¿Cuáles son los campos de libertad del diseñador, de los clientes y del público? Y, ¿cuáles pueden ser las orientaciones del diseño en el futuro? He aquí algunas de las cuestiones que se podrían plantear. Pero son demasiado amplias y complejas para una encuesta de este tipo -aunque de todos modos puedes considerarlas aquí, si lo deseas-.

 

Encuesta

Así que, para concretar, aquí van las preguntas que te invito a responder:

¿Son los productos de diseño industrial (los objetos) un bien o un servicio al público?

¿En qué casos concretos lo son, o no?

¿Son los productos de diseño gráfico (los mensajes) un bien o un servicio al público?

¿En qué casos concretos lo son, o no?

Si los productos de uso y los servicios (transporte, salud, banca, etc.) se adquieren por la utilidad o el valor de ellos mismos, ¿son los productos del diseño gráfico un bien o un valor en este mismo sentido?

¿En qué casos?

¿Por qué?

Si hay productos industriales no duraderos (inferiores a 6 meses), semiduraderos (entre 6 meses y 3 años) y duraderos (más de 3 años), ¿pueden aplicarse estos parámetros a los productos gráficos?

¿Cuáles de éstos son no duraderos? Ejemplos

¿Cuáles semiduraderos? Ejemplos

¿Cuáles duraderos? Ejemplos

Si entre los productos industriales los hay de primera necesidad (ropa, calzado, cobijo) y de no esenciales (adorno, lujo), ¿podemos decir lo mismo del diseño gráfico?

¿Esenciales en diseño gráfico? Ejemplos

¿Inesenciales en diseño gráfico? Ejemplos

Si existen productos industriales de amplio consumo (funcional o puramente decorativos) y otros de prestigio, ¿sucede lo mismo en productos de diseño gráfico?

¿Amplio consumo en diseño gráfico? Ejemplos

¿De prestigio en diseño gráfico? Ejemplos

¿Es un producto gráfico consumido como lo es un producto industrial?

¿Por qué?

¿Es un producto gráfico consumido como lo es un servicio?

¿Por qué?

¿Qué clase de productos son más aptos para operar y realizar funciones, y cuáles más apropiados para transmitir informaciones?

Ejemplos

Hoy no sólo se diseñan cosas y mensajes, sino también procesos, eventos, acciones y estrategias.

¿Qué tipo de profesionales crees que deben diseñarlos?

¿Crees que los diseñadores industriales y/o gráficos deberíamos trabajar también en este campo?

Responde libremente en lo que quieras. Y plantea los temas que te parezcan interesantes para añadir a esta iniciativa.

Aparte de agradecerte tus respuestas y comentarios, una vez terminada la encuesta te enviaré los resultados a tu e-mail.

 

Joan Costa

jcostass@teleline.es

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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