Como líder creativa de una compañía que está expandiendo globalmente su práctica de diseño, paso una gran cantidad de tiempo entrevistando, reuniéndome y reclutando diseñadores a todo nivel. Reviso más de cien portfolios llenos de imágenes lustrosas y pequeños titulares interesantes, el tipo de trabajo al que el mundo de las agencias denomina como “ad-like objects” o “ad-lobs”, por su similitud con los avisos impresos.

Todo esto me ha llevado a una decepcionante conclusión: muchas escuelas de arte que han sido tradicionalmente semilleros de talentos, y estaban al tope de las listas de cada reclutador de creativos, están ahora fuera de sintonía con el estado de nuestra industria de hoy.

Históricamente, el camino más seguro para el éxito de una persona joven con talento creativo ha sido ir a la publicidad. Las escuelas respondían armando curriculas y programas para acomodar a ese camino a la carrera.

Durante décadas, la fórmula funcionó. Pero con el paso del tiempo, el foco fue haciéndose cada más angosto. Se sesgó fuertemente hacia la ejecución (el producto final, o el aviso en sí mismo) para ayudar a los estudiantes a construir sus propios books, lo suficiente para llegar a esa ansiada gran agencia.

Ese arreglo fue mutuamente beneficioso: las escuelas podían jactarse de su alta tasa de ubicaciones en las agencias, y los graduados podían alcanzar grandes éxitos por tratarse de la persona con la “gran idea”.

El algún punto del camino perdimos la narrativa. El diseño es, y siempre lo fue, algo que sirve a un propósito. El diseño provoca cambios y resuelve un problema de una manera que nunca se había hecho previamente. Es el pensamiento el que importa, y la ejecución le sigue. Y si el pensamiento está, el formato es irrelevante. Así, cuando abro un book lleno de ad-lobs, lo cierro. Porque muchos diseñadores que están entrenados de esa forma ingresan a la fuerza laboral sin preparación o mal equipados para tener éxito en el multimedia, el omnichannel y el mundo en que vivimos hoy cada vez más centrado en tecnología.

A medida que los métodos publicitarios tradicionales se fueron convirtiendo en menos efectivos, y la publicidad impresa sigue en su declinación, las marcas están buscando nuevos y mejores caminos para llegar a sus audiencias. Ha habido un vuelco sísmico en la forma en que los grandes clientes se alejan de la burocracia del “business as usual” para dirigirse hacia la creatividad, agilidad y velocidad.

Aquí en IBM estamos viendo eso. Atravesamos una masiva transformación para convertirnos en una cultura ágil, conducida por el diseño, que utiliza esquemas de diseño y metodologías para resolver problemas de negocios del mundo real.

A raíz de ese vuelco, la demanda por diseñadores talentosos es más alta que nunca. Estamos buscando verdaderos diseñadores, no “pixel-pushers”. Se trata de artistas que prosperan en los descubrimientos y el aprendizaje, que se adaptan fácilmente a las nuevas formas de trabajo y pensamiento en torno a los complejos proyectos de los clientes. En otras palabras, los Paul Rand, John Maeda, Zaha Hadid o Joshua Davis de mañana.

Este es mi consejo para los creativos que quieren tener éxito en el mercado laboral de hoy:

1. Acepte que el arte y el copy no son los únicos herederos del trono. El tradicional dúo “art and copy” es sólo un pintoresco símbolo de una era pasada. En su lugar, los equipos multidisciplinarios, que abarcan el diseño, tecnología, búsquedas, experiencia del usuario, contenidos, analíticas y estrategia, trabajan como iguales y colaboradores para que surjan ideas mayores y mejores.

2. Conviértase en una apoyo en algunos temas, y un maestro de uno. Mientras la marcas vuelcan vez más dólares publicitarios en lo digital, y la composición del equipo evoluciona para cubrir esa necesidad, una habilidad crucial para el éxito de cualquier creativo es volverse un “T-shaped”. Desarrolle el conocimiento del trabajo y de otras capacidades, mientras sigue profundizando su propia expertise. Eso no sólo incrementaría su valor en cualquier organización; aumentará el funcionamiento saludable del equipo.

3. Entienda que la curiosidad y adaptabilidad son habilidades totalmente necesarias; la experiencia es un plus. Ser creativo en el mundo digital significa que cada proyecto requiere que usted sepa y haga cosas que nunca había hecho antes. Abrazar el cambio, aprender nuevas habilidades y tener infinita curiosidad, son sólo parte del trabajo. Y mientras la experiencia y el conocimiento ganado es importante, conocer cuándo y dónde aplicarlos –y cuándo dejarlos ir- es aun mejor.

Más que nunca, las escuelas necesitan preparar estudiantes para trabajar en un entorno en el que el pensamiento es fluido, desde que la creatividad toma muchas formas y figuras. Es iterativo, colaborativo y nunca lineal. Las escuelas de diseño deberían enseñar a los estudiantes a explorar ideas y soluciones creativas en múltiples formatos, enfoques y ejecuciones. Es tiempo de matar el ad-lob y preparar a la próxima generación de talentos para el lugar de trabajo digital que está esperándola con los brazos abiertos.