Estamos en la industria de la creatividad aplicada. 
Vivimos en la intersección entre Hollywood, Silicon Valley, Madison Street y Wall Street. Ahí vivimos. Ese es nuestro mundo.
Y si entendemos eso, vamos a entender que somos un lugar atractivo para los talentosos, los creativos, los emprendedores, los innovadores, los arriesgados y los valientes.
Algunos talentos “fugan” de malos jefes, otros de malas empresas. El talento no fuga de este mundo. Fuga porque no le explicaron, o porque su agencia no entendió el mundo en el que vivimos y ellos sí.
Sí, hay mucha competencia. Los fees tienden a bajar. Siempre hay alguien dispuesto a hacer lo que tú haces por menos. Pero, ¿qué vendemos exactamente? Si vendemos un producto genérico, si vendemos sólo "publicidad", estamos fritos.
¿Qué hacemos? ¿Nos ponemos a llorar en el hombro de otro colega? No. Todo lo contrario.
Entendiendo que vivimos el mundo de la creatividad aplicada para resolver problemas de negocios, debemos hacernos más relevantes, más audaces, tener más ideas que entren a la cultura pop, tener más información, ser más integrales, más inteligentes, más estrategas y menos "publicitarios". Para eso necesitamos atraer talento de todas las avenidas que cruzan nuestro mundo. 
Soy optimista. No creo que las agencias estén en alerta roja. Creo que ciertas agencias y ciertas filosofías de trabajo se quedaron en los años 80. Y creo que mientras entendamos y valoremos el mundo en el que nos movemos, estaremos en alerta verde.
Tema freelancers. 
Los freelancers pueden ser talentosos o no, convenientes por momentos, o no. No soy gran fan.
Siempre he preferido relaciones permanentes. Pero entiendo su necesidad, por momentos. Pueden ser tácticos, jamás estratégicos.
Tal vez yo me quedé en los 80 con mi filosofía. Puede ser.
Finalmente, si nosotros no entendemos lo que hacemos y no nos valoramos, no esperemos que nuestros clientes lo hagan.
Alerta verde, alerta verde.
 
Eduardo Maruri, presidente y CEO de Grey Latin America