Enfermedad Inteligente
Entre todas las aplicaciones y dispositivos que se lanzan al mercado a diario, los de salud están teniendo bastante aceptación por parte de los consumidores. Tal es el caso de Kinsa Smart Thermometer, un aparato que además de medir la temperatura al instante, ayuda a determinar si el usuario podría estar incubando alguna enfermedad puntual. Dichos termómetros se conectan mediante un cable USB a smartphones y pueden ser administrados oralmente, debajo del brazo e incluso vía anal. Además de medir la temperatura en pocos segundos, proyecta animaciones y mensajes, principalmente para que los niños se distiendan mientras el termómetro hace su trabajo.
Innovación a la antigua
Lejos de reemplazar por completo a los medios de comunicación tradicionales, las herramientas digitales están funcionando como complemento del mundo analógico. La Moleskine Smart Notebook es un claro ejemplo de cómo lo viejo y lo nuevo puede convivir en perfecta armonía. Se trata de un anotador de bolsillo que permite dibujar y hacer trazos a mano con total libertad. Luego, captura cada creación, la vectoriza y almacena en Adobe Creative Cloud en formatos jpg y svg. Por la módica suma de 32 dólares, la libreta inteligente ya puede ser adquirida en internet y tiendas seleccionadas.
Despertadores humanos
En base a estudios científicos que señalan que las personas están más despiertas cuando se encienden en el cerebro componentes sociales, nació Wakie. Se trata de una aplicación que permite recibir una llamada anónima, mejor dicho, proveniente de un extraño o usuario aleatorio para ser despertado. La duración máxima de la llamada es de un minuto, a fin de evitar silencios incómodos y participan individuos de más de 80 países, con lo cual, la persona nunca sabe desde qué lugar van a llamarlo. Además, la plataforma funciona como una alarma estándar, permitiendo programar llamados automáticos en caso de que nadie se ofrezca a entablar la comunicación telefónica.
Otro ejemplo de esta rara tendencia es la alarma que Nescafé introdujo en las tapas de sus envases, que despierta a la gente con ruidos y luces que solo pueden ser pausados abriendo dicha tapa.
Defectos artísticos
Las redes sociales actúan como vidriera de ciertas modas que adquieren popularidad entre los consumidores. En Instagram y Flickr, por ejemplo, los pies
en la playa, los desayunos y los animales son conceptos retratados hasta el hartazgo. Rompiendo con estos paradigmas, han aparecido nuevas tendencias como la impulsada por William Miller. Tras comprar una polaroid defectuosa, el fotógrafo profesional recolectó varias imágenes con colores estridentes y ondulaciones psicodélicas, como si se tratara de gráficos intervenidos en Photoshop. Por la popularidad inesperada que adquirió la serie accidental de Miller, las fotos se expusieron en varias partes del mundo. Más allá de este caso puntual, instituciones como el MetropolitanMuseum of Art están atentas a estas nuevas formas de expresión artística.
Drones de elite
Gestados como piezas tecnológicas y de vanguardia, los dispositivos aéreos no tripulados intervienen cada vez más en distintos ámbitos. De hecho, en marzo, Nueva York será sede de la primera edición del Dron Film Festival. La idea es del director Randy Scott, quien fascinado por los videos hechos por drones, decidió darles un espacio exclusivo. Además de este evento, hay un creciente interés por estos artefactos. En algunos países hay legislación al respecto y no se descarta su participación en alguna categoría del Festival de Creatividad Cannes Lions.
Anonimidad y transparencia
Dada la gran exposición que circula en internet, no es difícil meterse en problemas, generar discusiones y conflictos con otros usuarios. Por eso, han surgido espacios donde las personas pueden expresarse y publicar contenidos de manera anónima. Además de proteger la identidad, es una alternativa para hacer catarsis en momentos de ira, tristeza o después de una ruptura amorosa sin invadir los perfiles sociales de sus amigos y contactos. Vent, YikYah y Secret son algunas de las plataformas anónimas más populares actualmente.
Por otro lado, varios estudios arrojaron que las personas dudan, en su mayoría, de la veracidad de los anuncios publicitarios. En este sentido, valoran a aquellas marcas que hablan sin rodeos y no generan falsas promesas ni exageran acerca de las bondades de un producto o servicio.
Música para los ojos
Basado en los efectos visuales que generan las ondas de sonido, el músico Nigel Stanford hizo un videoclip llamado Cymatics, primer sencillo de su disco Solar Echoes. En él, se puede ver como los actores mueven objetos e interactúan con fuego y arena a partir de las vibraciones producidas por la música.
