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UN PROBLEMA RECURRENTE

Por qué los avisos fraudulentos no desaparecen ni después de ser expuestos como tales

(Advertising Age) – La reaparición de los esquemas conocidos revela las deficiencias de las respuestas de las compañías ad-tech.

Por qué los avisos fraudulentos no desaparecen ni después de ser expuestos como tales
Los fraudes publicitarios se han constituido en una preocupación para toda la industria del ramo.

Cuando Ad Age reportó el mes pasado una operación fraudulenta multimillonaria en dólares, aquellos que estaban detrás de la escena cerraron inmediatamente. Pero ahora, a poco más de tres semanas de la aparición del artículo, la operación está nuevamente en marcha.

Otra vez avisos en video en ventanas casi invisibles corren en websites legítimos por la vía de compras en banners. Esos videos publicitarios pueden ser vendidos a 20 veces el precio de los avisos de banners, y los autores del fraude embolsan la diferencia.

La firma Telemetry, de seguridad online, que descubrió la estafa, cree que unas 100.000 de esas impresiones falsas se están vendiendo cada día en estos momentos. El número no es cercano al que existía cuando la operación estaba en su pico, pero marcas gigantes como Unilever están todavía pagando por este inventario.

La reaparición del fraude pone a la luz una dolorosa realidad para la industria publicitaria digital: aun después de que las operaciones de este tipo son expuestas, raramente desaparecen por completo. “Ellos se mantienen operando porque alguien sigue enviándoles un cheque por correo”, dijo Geo Carncross, vicepresidente ejecutivo de Telemetry, culpando a los intermediarios que continúan haciendo pagos.

Una razón para que esto ocurra es que las compañías de ad-tech a menudo se manejan sólo con las listas negras de websites fraudulentos conocidos, una táctica que evaden fácilmente los autores de esas acciones. “Por sólo 20 dólares uno puede comprar un website pre-construido y un nuevo nombre de domino para eludir a la lista negra”, explicó Carncross.

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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