El cierre de los ejercicios de 1999 de los monstruos de la informática arrojó cifras contundentes: mientras Compaq e IBM perdieron terreno, Apple creció nada menos que un 37%. En la Argentina, el desarrollo de la marca todavía depende mucho del boca a boca y del conocimiento que ciertos ambientes profesionales tienen de ella
Aún en tiempos de compañías virtuales y de compras millonarias de empresas aún sin equilibrio económico (pero con atractivísimo futuro, está claro), las cifras duras de la facturación anual siguen indicando los volúmenes y el pulso de la industria.
El crecimiento de Apple en 1999 -pasó de 1710 millones a 2340 millones de dólares- se relaciona, según los expertos, con el lanzamiento de la exitosa serie iMac, que incluyó a las portátiles iBook. Esto llevó las proporciones de la marca en el mercado mundial de un 2,5% (al cierre del tercer trimestre de 1999) a un 4% (al fin del cuarto trimestre).
En la Argentina, la famosa Macintosh es, hasta ahora, patrimonio casi exclusivo de la publicidad, el diseño gráfico y la producción y posproducción cinematográficas. Hasta que hizo su entrada en escena la mencionada iMac, el modo de ‘autopromoción’ de la marca tuvo que ver con un boca a boca y un fanatismo explícito o implícito cuya mejor expresión es la curiosa ‘oración’ que se copia a continuación, de presencia habitual en comercios, agencias y estudios de diseño:Diseño nuestro que estás en la vida
digitalizado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu network.
Hágase tu sharing setup
así en tu Mac como en la mía.
El file nuestro de cada día dánoslo hoy.
Cancela nuestras deudas
así como nosotros restarteamos a nuestros deudores
y no nos dejes caer en el Corel Draw.
Más líbranos de la PC.
Shut Down.