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EL ESPACIO ES DIRIGIDO POR MELINA BERKENWALD

URRA! Tenemos una residencia de artistas en Bs As

(Por Martín Bonadeo) - La residencia nació en 2010 en la búsqueda por apoyar la producción y difusión de los artistas desde un lugar de libertad e inspiración, incentivando la interacción entre pares y el intercambio de conocimientos. El formato de residencias propuesto por URRA incluye una intensa agenda para el grupo de artistas participantes.

URRA! Tenemos una residencia de artistas en Bs As
Plotter de URRA y obra de S Mark Gubb al fondo - Expo 2011.

Si hay algo que disfruto del mundo del arte o, mejor dicho de algunos artistas en particular, es la generosidad. Es cierto que las ganas de compartir algo, ya sea una sensación, una visión del mundo, un pensamiento o simplemente una experiencia son inherentes a la personalidad artística. Y esta necesidad de dar, de darse al mundo, se traduce en obra. En el caso de las artes visuales, el resultado puede ser una pintura, un dibujo, una escultura, un objeto o, en términos más contemporáneos, una instalación, una experiencia o una performance. En esta nota voy a contarles parte de la obra de una talentosa artista argentina: Melina Berkenwald, quien, además de hacer trabajos más comunes en la escena contemporánea como objetos con vidrio tallado, telas que combinan costuras de distintos colores y hacen un dibujo, hilos que remarcan ciertas formas en fotografías, sombras, video y hasta máquinas, hace unos años decidió dedicar buena parte de su tiempo y energía en hacer residencias para artistas en Argentina. URRA! residencias de arte, es el nombre de su último emprendimiento. Urra! Yo festejo un evento de estas caracterísiticas en Buenos Aires.

 

Un espacio para que otros artistas se desarrollen

El año pasado, se escuchó por primera vez URRA relacionada con residencias dentro de la escena de arte local. Según palabras de Melina, su directora: “URRA es un nuevo proyecto cuyo objetivo es crear espacios de trabajo e inspiración que incentiven la producción artística y la reflexión sobre el arte contemporáneo”. URRA no es la primera incursión de Berkenwald en el mundo las residencias artísticas; ella participó como residente en varios programas de diferentes lugares del mundo. Y disfrutó tanto de esas experiencias y le sirvieron tanto a nivel personal para su práctica artística que vio necesario hacer este tipo de proyectos en Argentina. Entonces decidió pedir asesoramiento Triangle Network -una red que existe desde los 80 y gestiona proyectos de arte y residencias entre los Estados Unidos y el Reino Unido- quienes le dieron el know how para desembarcar con proyectos de residencias en Argentina. El primero de estos emprendimientos fue RIAA (Residencia Internacional de Artistas en Argentina), co-fundada por ella junto a otros artistas nacionales con experiencia en gestión -Gachi Hasper, Roberto Jacoby y Diana Aisemberg-. Durante 4 ediciones realizadas entre 2006 y 2009, RIAA fomentó el intercambio de información y la experimentación artística en un ámbito alejado de presiones cotidianas, promoviendo nuevas formas y formatos de trabajo. Era una especie de “retiro” de la ciudad de un grupo de aproximadamente 20 artistas (mitad argentinos y mitad extranjeros) que se instalaban en el Hotel Ostende, en la costa Atlántica argentina.

 

Residencia Berkenwald 2.0

En 2010, y con otro equipo de gente liderado por Melina, nació URRA, como una plataforma más completa y compleja aún. Esta residencia busca apoyar la producción y difusión de los artistas desde un lugar de libertad e inspiración, incentivando la interacción entre pares y el intercambio de conocimientos. El formato de residencias propuesto por URRA incluye una intensa agenda para el grupo de artistas participantes. La densidad cultural de la ciudad de Buenos Aires en el mes de mayo (cuando se realiza ArtBA, la enorme feria de arte contemporáneo local) resulta ideal para sacarle el jugo a un proyecto de estas caracterísitcas.

Desde lo formal, los artistas vienen en un hotel y tienen un lugar de trabajo con sus talleres en otro edificio que funciona como lugar de trabajo y de reunión al mismo tiempo. Junto a una serie de encuentros internos e informales que supone esta vida conjunta, la experiencia  URRA cuenta con tres eventos principales y públicos a lo largo del mes: una muestra, paneles de conversación con los artistas y un cierre en el que se abren los estudios de los artistas al público. Todas estas actividades están abiertas al público en general, son libres y gratuitas.

En primer lugar, se realiza una exhibición grupal de obras ya realizadas en la Galería del Infinito que presenta a los participantes entre ellos, a la ciudad y al circuito artístico local. Esta instancia de exposición de obras ya concluídas resulta una importante puesta en contexto para el trabajo que luego hacen los artistas en residencia, que por lo general se presenta más como work in progress, obras inconclusas o incursiones más experimentales.

Luego el segundo espacio de socialización pautado es una tarde de paneles de conversación con los artistas, donde cada uno de los participantes presenta documentación de su obra y abren el diálogo con el público presente. Por último, el evento más rico a mi entender, es la culminación de la residencia que consite en un Estudio Abierto en el que se pueden visitar los talleres y ver distintas instancias en la producción de cada uno de los participantes sea en obras finalizadas, proyectos experimentales en proceso. No hay obligación de proponer un proyecto de antemano, ni de terminar un trabajo en un mes, con lo cual, lo que se ve en los espacios de trabajo de los artistas es de lo más variado. Esta residencia sirve mucho para generar nuevas ideas y proyectos y no necesariamente para concluirlos. Lo más fuerte del cierre suele ser ver el vínculo forjado por el grupo en ese intenso mes de trabajo continuo.

 

Algunos desafíos

Hay varias preguntas que se planteó Melina antes de desarrollar esta residencia:¿Cómo conseguir que el grupo se conecte entre sí y a la vez interactúe con todo el entorno, sin atomizarse y perderse en la ciudad? ¿Cómo articular instancias grupales e individuales, y a la vez con el medio artístico y con la ciudad en su conjunto? Antes de responder estas preguntas, es necesario recordar la libertad implícita de los artistas: se está trabajando con un grupo de personas que básicamente hacen lo que deciden, cómo lo deciden y cuándo lo deciden. No es tan sencillo como organizar un congreso o una actividad en un área más formal. Por esta razón, en primer lugar se plantea un espacio de trabajo en común y las actividades conjuntas descriptas anteriormente. También se le da a los integrantes del grupo una flota de teléfonos con comunicaciones gratuitas entre ellos. Además constantemente se proponen salidas y eventos informales como cenas, visitas a colecciones locales u otros sitios del ambiente, que favorecen el diálogo entre el grupo y con otros invitados, ampliando las redes de contactos de todos.

Un tema no menor a la hora de organizar un evento artístico es la financiación. En este sentido resulta casi heroica la labor de Melina para el fund raising ya que consigue 40 organizaciones -entre empresas, fundaciones, embajadas, galerías y otros actores culturales- que apoyan URRA ya sea con dinero o por canje con sus servicios. Resulta interesante ver cómo algunos patrocinantes ayudan en convocatoria de participantes, hay artistas que traen sus propios sponsors y luego hay canjes que se realizan con el hotel, el espacio de los talleres, la galería conde se realiza la exposición, etc.

Otra cuestión importante para el funcionamiento del programa es la selección de los residentes. Para esto, URRA cuenta con un grpo de asesores internacionales compuesto por curadores, artistas, grupos directivos y otros profesionales del medio, que han ayudado en la sugerencia y selección de artistas para la conformación del grupo.  El criterio de selección toma en cuenta la práctica del artista, el concepto del proyecto y la conformación final del grupo. Los artistas deben tener un nivel medio de dominio del idioma inglés. URRA recibe también aplicaciones de artistas interesados que son evaluados según los criterios antedichos. De acuerdo con el crecimiento del proyecto, se realizará una convocatoria abierta en las próximas ediciones, sin dejar de cursar algunas invitaciones directamente acordadas con asesores de todo el mundo.

 

Los participantes, lo protagonistas

En su primera edición en 2010, la residencia convocó a 18 artistas; 5 de Argentina que viven en el interior del país, en la ciudad de Buenos Aires y el exterior, 2 suizos y un representande de Perú, Israel, México, Brasil, Venezuela, Bolivia, Paraguay, España, Noruega y Bélgica. Durante un mes, los artistas experimentaron un fuerte intercambio de conocimientos y experiencias, fortaleciendo vínculos y tejidos sociales en la comunidad artística.

Los participantes de la segunda edición que acaba de terminar incluyen a: Alfredo Márquez, de Perú (http://www.madeinperu.com.pe); Axel Straschnoy, de Argentina pero vive en Helsinki (www.axel.straschnoy.com); Enrique Ježik, de Argentina pero vive en México DF

(www.enriquejezik.com); Andrés Bedoya, de Bolivia, vive en La Paz y Nueva York (www.ohnosir.blogspot.com); Anne Sauser-Hall, de Suiza; Carolina Illanes, de Chile; Christian Vinck, de Venezuela (http://www.carmenaraujoarte.com/artista_vink1.html); Cynthia Kampelmacher, de Argentina (cynthiakampelmacher.blogspot.com); Endre Aalrust, de Noruega, vive en Berlín (http://www.raulflores.com.ar); Florencia Bohtlingk, de Argentina (www.florenciabohtlingk.com); Geli González, Argentina, provincia de Tucumán (http://www.boladenieve.org.ar/node/304); Guillaume Constantin, de Francia (guillaume.constantin.free.fr); Halina Kliem, de Alemania (http://halinakliem.com); Mako Ishizuka, de Japón (http://makois.com); Niamh McCann, de Irlanda (www.niamhmccann.com); Raúl Flores, de Argentina, provincia de Córdoba pero viviendo Buenos Aires); S Mark Gubb, de Reino Unido (www.smarkgubb.com) y Tamir Lichtenberg, de Israel (http://www.rg.co.il/exhibitions.asp?exbID=378).

Para cerrar, Melina sostiene que para ella las residencias son muy útiles para relacionarse con nuevos ámbitos y colegas, y posibilitan una manera de salir al mundo y de difundir el trabajo, en modos menos explícitos que, por ejemplo, una exposición formal, pero no por eso menos efectivo. Son ámbitos educativos para toda edad y etapa profesional. Inspiran, incentivan, y favorecen la reflexión y el diálogo en ámbitos en los que se trabaja muchas veces en soledad.

Año a año la propuesta evoluciona, crece y se adapta a lo que el contexto proponga y desde estas páginas le deseamos que continúe con evolucionando y contagiando esa energía que propone.

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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