(Ad Age) – Durante las pruebas olímpicas del mes pasado, la gimnasta Simone Biles realizó un trabajo notable, que fue ovacionado en la finalización. Pero cuando Biles desarrolle su performance en Tokio el 23 de julio, su rendimiento sólo recibirá algunos aplausos: los organizadores de los Olímpicos han prohibido el ingreso de los espectadores a los eventos en la capital japonesa porque el coronavirus ha resurgido hasta obligar a las autoridades a declarar un estado de emergencia.

La NBC necesitará hallar otras formas de inyectar interés a las transmisiones de los Juegos. “Van a ser unas competencias tranquilas ―dijo Lee Berke, presidente de LHB Sports Entertainment y Media, una firma consultora―. Desde el punto de vista de la televisión, la falta de sonido del público puede reducir el entusiasmo”.

NBCUniversal, división de Comcast Media, está enfrentando desafíos adicionales debido a que los atletas olímpicos siguen enfrentando problemas derivados de la pandemia. A pocos días del comienzo de los Juegos, un creciente número de deportistas ha recibido testeos positivos por coronavirus, lo que podría complicar la transmisión o incluso privar a la cadena de algunos de los choques mayores. El domingo pasado, la tenista norteamericana Coco Gauff anunció que había recibido un resultado positivo y que se perdería el evento.

“Cada vez es más posible que la NBC tenga que improvisar algunas de sus coberturas si los competidores caen debido a la covid-19 ―dijo Berke―. Podría haber sustituciones de último momento entre los atletas y cambios forzados en los programas”.

A pesar de estas turbulencias, la cadena espera recaudar más de 1.250 millones de dólares en comerciales de los Juegos, lo que constituiría un nuevo récord. Esta vez, el precio de un comercial de 30 segundos es de alrededor de 1.200 millones durante el prime time, un 15% más que el de los Juegos de Río de cinco años atrás.