Marketing > Latinoamérica | ARCOS DORADOS INAUGURARÁ RESTAURANTES ECOLÓGICOS EN LA REGIÓN
Redacción Adlatina |

¿Y qué tal un “bici-Mc”?

La cadena de comidas rápidas anunció la inminente inauguración de una serie de locales ecológicos en Latinoamérica (comenzando por Brasil, Costa Rica y la Argentina). ¿Se trata de una nueva estrategia que apunta, cada vez más, a teñir a la marca de verde o a contentar a los consumidores más exigentes?

¿Y qué tal un “bici-Mc”?
Uno de los locales “verdes” que McDonald’s ya posee en Chicago

Entrado el siglo XXI, el apoyo a la ecología y el cuidado del planeta son causas que la mayoría de las marcas multinacionales han querido embanderar. No es para menos: el poder de los consumidores en la era 2.0 los convirtió en una especie de “censor” al cual se somete cada una de las acciones de las compañías. El ojo del consumidor, que ahora todo lo ve –y, lo que es peor, la boca del consumidor, que ahora todo lo dice–, no tardó en despertar cierto temor por parte de las compañías por “hacer lo correcto” y dejarlo bien explícito en sitios Web, blogs, anuncios oficiales y hasta campañas publicitarias.

No llama la atención, en este contexto, que McDonald’s –como el gigante que es en el terreno de la alimentación– continúe buscando nuevos caminos por teñir el amarillo y rojo característicos de su marca cada vez más de verde.

Primero fue la incorporación de nuevas opciones a su carta de comidas tales como las ensaladas, las manzanas y hasta las propias hamburguesas y papas fritas con una elaboración “más casera”. Ahora es el turno de la arquitectura de sus locales, verdaderos emblemas de la marca en el mundo.

En la región, la implementación del nuevo plan edilicio de McDonald’s –que planea inaugurar las primeras unidades a fines de este año– comenzará por Brasil y continuará en Costa Rica y la Argentina. Se trata de “restaurantes verdes”. O  ecológicos. O sustentables. Lo cierto es que estos nuevos locales se caracterizan, de acuerdo con la compañía, por reducir el consumo de agua potable (en un 50%) y de energía (en un 14%).

Algunas de las medidas que hacen posible el carácter ecológico de estos locales son mayores ventanales, paredes de vidrio, sensores de automatización del sistema de energía para un mejor aprovechamiento de la luz natural, lámparas de bajo consumo y películas adheridas a los vidrios para contribuir al uso eficiente de los equipos de refrigeración. Además, el consumo de agua se disminuye gracias a la recolección de agua de lluvia, que se utiliza en la carga de los sanitarios. Y en los espacios verdes, se tiende a utilizar plantas nativas que no requieran del riego constante.

La idea de los “edificios verdes” surgió a fines de los años ‘80 con el propósito de utilizar materiales reciclables y reducir al máximo el consumo de energía de las construcciones. En Estados Unidos, el Green Building Council regula estas edificaciones y otorga certificados a aquellas que cumplan con la reglamentación pertinente (la cual, por cierto, McDonald’s busca acatar). El citado organismo estima que, si en un proyecto edilicio se destina el 2% de la inversión a elementos de diseño ecológicos, la apuesta puede acarrear, después de veinte años, un retorno del 20% de la inversión total.

La preocupación de la compañía de comidas rápidas por su asociación con la conciencia ecológica en la mente de sus consumidores quedó explícita en las declaraciones de Flávia Vígio, vicepresidenta de comunicación de Arcos Dorados en América latina. La ejecutiva sostuvo que las investigaciones llevadas a cabo por McDonald’s indicaron que los nuevos restaurantes reforzarán los lazos de la marca con sus clientes, quienes “manifiestan una preferencia por las empresas preocupadas por la preservación del planeta y la calidad de vida de las comunidades en donde actúan”.

Más allá de que se trate de una postura útil para la construcción de un branding acorde a los requerimientos del consumidor del nuevo siglo, es indiscutible que estrategias como ésta no hacen sino favorecer al cuidado del medio ambiente. Habrá que ver si resulta suficiente para acercar a los consumidores más esquivos a la marca. ¿Resulta demasiado ilusorio pensar que en un futuro los auto-Mc puedan dar paso a los bici-Mc?