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Redacción Adlatina |

Txell Miras: “Tengo buena suerte, pero el trabajo es todo”

Formada en Bellas Artes, su trabajo se acerca a la moda desde su vertiente más conceptual. Austera en los colores, complicada en las formas, detallista, deja ver sus influencias del diseño belga o japonés.

Txell Miras: “Tengo buena suerte, pero el trabajo es todo”
Estudió Bellas Artes y ha expuesto sus ilustraciones en más de una ocasión.

Su nombre está presente en todas las conversaciones sobre moda de Europa. En sólo cinco años esta diseñadora pasó de joven promesa de Gaudí a ser una marca consolidada. Con el blanco y negro como sus colores bandera, y una sabia combinación de elegancia y efectismo, fue una de las 10 finalistas del concurso de moda internacional Botón Mango –premio de 300.00 euros- y a ser la cara más conocida de la próxima 080 Barcelona, Fashion is everywhere.

Fue Premio Barcelona es moda en 2006, Premio Lancôme al mejor diseñador joven en Gaudí 2005, Diseñadora joven más prometedora de Italia según la Camera della Moda Italiana en 2003, finalista en los Onward Tokyo Grand Prix Fashion Awards en 2002, ganadora del Insideouting 2001 en Milán. Y su última colección titulada Leyendo Orlando –libro de Virginia Woolf en que el protagonista es durante parte del libro hombre y en otra mujer- se desprende de lo que está armando para el Botón Mango.Las prendas juegan con las formas de los libros, sus páginas, el lomo. Los colores son el blanco, negro y natural. El trasfondo conceptual trata de la identidad y la ambigüedad, los sueños y la realidad”, dijo en una entrevista a un medio español.

Dice que su mayor inspiración es “el trabajo duro. Tener un bagaje lo más amplio posible ayuda a que surjan las ideas pero no creo en la inspiración divina. Me interesa mucho el cine, la literatura, el arte y la música, y de alguna de estas disciplinas o de todas mezcladas surgen los embriones conceptuales de mis colecciones. Aunque trabaje con patrones, formalmente me siento más próxima a la escultura que a la sastrería”.

En unos pocos años logró hacerse de una marca propia, a lo cual Miras relaciona con “tener un sello personal honesto y tratar de crear en los desfiles un discurso global que vaya más allá de mostrar prendas y punto”.

Sus referentes dentro de la moda son Comme des Garçons, Ann Demeulemeester y Martin Margiela. “Aunque no soy una gran experta en moda, creo que diseñadores como Olivier Theyskens o Nicolas Ghesquière hacen un muy buen trabajo”, agregó refiriéndose a la nueva camada de jóvenes talentos.
Su línea se basa principalmente en la construcción y deconstrucción de formas con una notable herencia de su formación en Bellas Artes. También se destaca la sobriedad de los colores –predominantemente el negro-o, y una gran fuerza visual en los desfiles.

 

Un poco de su historia

Meritxell Miras Abella -Sabadell, 1976- debuta en la Pasarela Gaudí en septiembre de 2003 con su primera colección inspirada en la película Persona de Igmar Begman. En febrero de 2004 vuelve a la Pasarela con la colección  2+1=3 y repite en  septiembre del 2004, con Biografía de biografías. Desde febrero de 2003 trabaja en Milán para la línea femenina del diseñador británico Neil Barrett (el diseñador que inventó el hombre Prada y que viste con su firma a famosos como Brad Pitt, Orlando Bloom y Chris Martin). Barret dirigió el trabajo final de master de Miras en la escuela Domus de Milán, a la que fue tras ganar otro premio. Y la fichó para diseñar su línea de mujer. "Me conformaba con trabajar para alguien como él, pero me animó a presentar mi marca", comentó.
Sus diseños siempre se mueven entre
juegos de capas y volúmenes, con una paleta de color escasa, en la que encontramos el negro, el blanco y el crudo. Miras también se caracteriza por experimentar con distintos tejidos como el algodón, que transforma en diferentes tejidos gracias a los diferentes tratamientos planteados por la diseñadora catalana.

Es destacable la infinidad de detalles papables en cada una de sus prendas, marcadas por la desestructuración. De a ratos puede vislumbrarse un dejo de estética victoriana, con prendas abullonadas o detalles de época que mecha para darle a sus colecciones un toque de elegancia pero sin abandonar la simplicidad y modernidad.
Muchas veces, siguiendo con sus colores establecidos e inevitables, el blanco y el negro, juega con los volúmenes y con las prendas multiuso. Por ejemplo, un abrigo que se convierte en pollera. La superposición también es parte de su estampa personal.

Además de diseñar ropa, Miras es ilustradora. El año pasado presentó Mans, una exposición de dibujos, algunos de los cuales pudieron verse ya en su último desfile. “El dibujo es una cosa que siempre ha ido conmigo. Empecé a ilustrar mucho antes que a diseñar ropa. En Bellas Artes me centré sobre todo en la ilustración del cuerpo humano y en piezas conceptuales a partir de montajes fotográficos o de objetos tipo ready-mades. En el diseño me fue de gran ayuda haber dibujado tanto. Ahora, como diseñadora de ropa, la necesidad me sigue acompañando más allá de su practicidad. Aprovecho cualquier excusa para ponerme a dibujar”, concluyó.