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Redacción Adlatina |

Buenos negocios son aquellos en los que se gana dinero

(Por Verónica Rímuli, jefa de redacción de Adlatina Magazine) – El anuncio del ad plan de Facebook, más la reciente compra del 1,6 por ciento de su capital (?) por parte de Microsoft en 240 millones de dólares, dispararon todo tipo de especulaciones acerca de la viabilidad económica de la web 2.0. Quienes se quemaron con leche al estallar la burbuja de las punto.com siete años atrás, lloran ante l

Buenos negocios son aquellos en los que se gana dinero
Kevin Johnson: lo que cuesta, vale, afirma el hombre de Microsoft.

En los últimos cinco años del pasado milenio, el mundo de los negocios y la tecnología vivió la burbuja de las punto.com. Frescos aún sus rastros -en los bolsillos de los inversores y las expectativas de los emprendedores-, hay quienes ya abren sus paraguas frente a lo que temen se convierta en un nuevo temporal cibernético.

Claro que el escenario y los actores no son los mismos. Hoy se vive la euforia de la Web 2.0, denominación que engloba básicamente a las redes sociales y los contenidos generados por usuarios. Google compró YouTube en 1.650 millones de dólares, DoubleClick (una empresa de publicidad en línea) fue adquirida por Microsoft en 3.100 millones de dólares, y el sitio de llamadas online Skype fue comprado por eBay en 2.600 millones de dólares.

Un atributo común de todas las adquiridas es su escasa disposición a generar utilidades. Característica que comparte Facebook, la red social –de contactos mayormente profesionales- que abrió apenas un año atrás, y hace sólo semanas le vendió a Microsoft 1,6 por ciento del site en 240 millones de dólares. De acuerdo con ello, su valor sería hoy de 15 mil millones en moneda estadounidense. Algo así como un tercio de Coca Cola ó una cuarta parte de General Electric.

Según estimaciones financieras, Facebook estaría ganando unos 30 millones al año. O sea que su tasación –según la compra de Bill Gates- superaría 500 veces el monto de sus utilidades anuales. Kevin Johnson, presidente de la división de plataformas y servicios de Microsoft, justificó lo pagado por el potencial de esta red social: espera que tenga 200 o 300 millones de usuarios en el corto plazo. Hoy tiene 50 millones registrados y agrega 250.000 nuevos suscriptores cada día. “Ese potencial convertirá a Facebook en un gran canal para el mercado de publicidad en línea, que hoy se estima en 40 mil millones de dólares, y se espera que crezca significativamente en dos o tres años, hasta llegar a un valor de 80 mil millones de dólares”, dijo cuando se anunció la compra.

 

Idea inteligente se necesita 

El pasado miércoles, Mark Zuckerberg –CEO de Facebook-, presentó ante clientes y periodistas el plan publicitario de la empresa. Básicamente, se trata de que los usuarios de esa red se comprometan con una marca y la compartan con su propia network –amigos, colegas, familiares- usando un newsfeed o un mini-feed (dispositivos que reproducen noticias). Facebook permitirá a los anunciantes adosar un ‘mensaje publicitario’ a estas notificaciones de ese usuario. Los marketineros se encargarán de detectar a los candidatos para diseminar las buenas nuevas publicitarias sobre la base de los perfiles que los usuarios hacen de sí mismos cuando se registran.

A esta altura, las y los lectores se estarán preguntando: ¿los perfiles que uno pone en la Web son siempre reales? ¿Los usuarios querrán compartir sus hábitos de compras con amigos, colegas, parientes? ¿Les gustará que su afición por algunas marcas o productos sea utilizada por las empresas para convertirlos en ‘mulas’ publicitarias?

Y, de última, suponiendo que todo eso no ocurra, ¿en cuánto se estiman los ingresos a generarse por esa vía? Porque SecondLife, el paraíso previo, fue un fiasco.

El tema es, otra vez como en la burbuja que estalló en 2000, cuál es el modelo de negocios de estos emprendimientos. Que pueden ser –y muchos lo son- atractivos para comunicarse, compartir, crear, entretenerse, y tantas cosas más. Actividades todas ellas extraordinarias en sus posibilidades humanas, sociales, informativas, tecnológicas. Pero con escasa –por no decir nula- aptitud para dar frutos económicos. Esto es, ¿cómo y cuándo se monetizarán las expectativas de los inversores?

¿O estaremos simplemente frente a una puja territorial entre Google, Microsoft y Yahoo? Puja por un territorio que, de nuevo, no se sabe bien cuánta riqueza puede producir.

Como advirtió Rob Norman, CEO de Group M Interaction, hace falta alguna idea inteligente sobre cómo recolectar los huevos sin matar a la gallina de oro.