Publicidad > Estados Unidos | EL NOMBRE DE LA OBRA ES SLEEPWALKERS
Redacción Adlatina |
El Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York junto a Creative Time –organización de arte y arquitectura- presentó el 16 de enero pasado la nueva obra de Doug Aitken, Sleepwalkers. Esta obra de arte público incluye ocho imágenes en movimiento que son proyectadas en las fachadas del MOMA y muestran a cinco personajes urbanos: un mensajero, un electricista, un cartero, un hombre de negocios y un trabajador administrativo.
Hasta el 12 de febrero próximo, se podrá ver Sleepwalkers desde las cinco de la tarde hasta las diez de la noche desde varios lugares de la ciudad, como el Abby Aldrich Rockefeller Sculpture Garden -que estará abierto de forma gratuita a todos aquellos que quieran ver las proyecciones-.
Esta instalación fue pensada por el artista específicamente para las superficies de vidrio, acero y granito del museo; y su inspiración fue la densidad de la construcción en el Midtown de Manhattan. La misma muestra a la metrópolis como un organismo vivo alimentado por los deseos, ambiciones y energías de sus habitantes, y continua el estudio del artista de las grandes urbes y la gente que las habita.
“Nueva York es definida por su extraordinaria vida cultural, que este invierno incluye la dramática obra de arte público en el MOMA, ofreciendo a los neoyorquinos una razón más para experimentar la ciudad”, dijo el gobernador Michael Bloomberg. “La pieza única y provocativa de Aitken –filmada en cinco barrios suburbanos- es otra estrella en la constelación artística de la ciudad”.
De esta manera, una vez más Nueva York se muestra como un centro creativo para las artes. De hecho, el año pasado un récord de 44 millones de turistas visitaron Nueva York, y casi 50 por ciento de ellos asistió a eventos culturales.
¿Cómo nació la idea?
Ésta es la primera vez que el MOMA trabaja junto a Creative Time. La idea nació en discusiones entre el director del museo y artista, Glenn D. Lowry; y el presidente y director creativo de la organización, Anne Pasternak.
“Proyectos experimentales ambiciosos como el de Doug Aitken requieren de una inmensa visión, recursos y creencia en la habilidad del arte para transformar las experiencias de la gente”, dijo Pasternak. “Sleepwalkers empezó como una discusión de café siete años atrás en Creative Time, pero sólo con la sumatoria de del MOMA se pudo realizar esta obra de arte extraordinaria, convirtiendo el edificio del museo en una flor de imágenes cinemáticas, y trayendo la arquitectura a la vida. Un proyecto así propone un diálogo muy diferente con el público”, dijo Lowry. “Esta obra estará al alcance de una audiencia diversa de neoyorquinos y visitantes”, añadió.
Sleepwalkers mezcla historias acerca de cinco típicos neoyorquinos, personas nocturnas que se levantan cuando el sol se pone, y se preparan para salir a sus destinos en la ciudad. A medida que se mueven, se ven momentos de su vida privada y de su trabajo, y se ve como se relacionan con la ciudad y sus habitantes. Todo yuxtapuesto en diversas caras del museo. Por momentos, todos los movimientos de los personajes quedan perfectamente sincronizados, con el fin de enfatizar la idea de soledad de la gente en las grandes ciudades en contraposición con su pertenencia a una sociedad urbana. Todo esto se disuelve y los personajes entran en una transición más abstracta, en la están como soñando. Mientras camina la calle, el hombre de negocios se choca con un taxi, luego se sube al auto y empieza a bailar alocadamente sobre el auto atropellado. El mensajero encuentra un balde en el subterráneo y se pone a tocar hasta entrar en una especie de trance. Por su parte, la mujer administrativa ve como su oficina se empieza a disolver y ella aparece en un concierto de violinistas. Y el electricista, siguiendo unas cables a lo largo de la calle, es tomado por una manija y empieza a jugar con el cable como si fuera una personaje de circo.
Cada una de las cinco historias dura trece minutos y tiene más o menos la misma estructura. Durante la noche se van recombinando las historias y recreando nuevas maneras de contar una misma cosa de manera continua. De esta manera se genera una ambiente de simetría y unidad.
Durante la obra, Aitken no sólo explora nuevos materiales de proyección, sino que investiga en las mismas imágenes. En los momentos clave de la proyección, las imágenes caen en la abstracción, a veces convirtiéndose en pixeles que son bloques que se van moviendo.
“El uso de Aitken de los volúmenes, superficies y transparencias de la arquitectura, y específicamente de la dinámica urbana de Maniatan, fue llevado a un nuevo nivel de complejidad, escala y visibilidad en Sleepwalkers. Ésta es la primera instalación creada para la fachada del museo. Además, él imaginó la obra con una activa participación de la audiencia, sintiéndose como los personajes que ven un gigante”, agregó Biesenbach.
El artista trabajó en el proyecto junto a importantes músicos y directores de cine. Los actores incluyen al baterista callejero Ryan Donowho (Broken flowers y Strangers with candy) como el mensajero; el actor y músico Seu Jorge (Ciudad de Dios, Vida acuática, con Steve Zissou) como el electricista; Chan Marshall (Cat power, North country, V de vendetta) como el trabajador del correo; Donald Sutherland (M*A*S*H, Klute) como el hombre de negocios; y Tilda Swinton (Orlando, Crónicas de Narnia) como la trabajadora administrativa.
Los protagonistas de la película llevan a los espectadores a un viaje por Nueva York, su arquitectura y su arqueología psicológica, sus subterráneos, edificios públicos, palos de electricidad y centros de procesamiento. La película se filmó en los cinco suburbios de Nueva York, incluyendo el túnel de Atlantic Avenue en Brooklyn; el Pavilion para patinar en Staten Island; la compañía Lettera Sign, donde se arreglan los carteles de Time Square en el Bronx; una oficina de correo en Queens; el Museo de Tránsito de New York; y otras numerosas locaciones como las calles de Harlem y Lower East Side. De esta manera, se dan a conocer partes de la ciudad casi no ignoradas, como una pista de helicóptero en el último piso del edificio de MetLife en Manhattan, y el detrás de las luces de neón de Times Square. Las imágenes se ven con ocho proyectores que trasmiten las cintas en ocho fachadas del MOMA.