Publicidad > Gran Bretaña | PERFIL DE DISEÑADORES
Redacción Adlatina |
Las hermanas Tamara y Natasha Surguladze estudiaron en la prestigiosa escuela de diseño indumentaria Central Saint Martin´s. Pero a diferencia de otros representantes de la escuela como Alexander Moqueen o John Galiano, ellas no tienen el estilo teatral y chocante de los bad boys. Su plan es otro. Sus inspiraciones están más ligadas al arte ruso, la literatura, los papeles de su abuela y, sobre todo, la nostalgia por lo que Tamara llama “memorias robadas” de Georgia, su país natal.
Aunque sus diseños son modernos y usables, ellas dicen no estar tan preocupadas por seguir la moda del momento sino por “usar la ropa como un viaje hacia la infancia, hacia esos momentos de felicidad del pasado que pueden reproducirse en el presente”.
Desde el principio Tata-Naka, la casa de ropa de las gemelas Surguladze, ha hecho honor a su bicefalia y ha diferenciado las dos líneas que la forman. Tamara se encarga de diseñar Stolen Memories -Memorias robadas-, una línea que se alimenta de la nostalgia y el esplendor decadente de su país de origen, Georgia, y donde aúna romanticismo y feminidad. En cambio, Natasha, que se ocupa de la línea Tata-Naka, aporta la experimentación y el modernismo de Londres: contrastes de color, cortes irreverentes y originales estampados en materiales innovadores. Dos líneas a primera vista totalmente opuestas pero que logran alcanzar un punto de equilibrio y armonía. Por eso, siempre se presentan juntas. Además, las chicas ya tienen su propia línea de accesorios y trajes de baños.
Impresiones maravillosas, colores exuberantes y técnicas decorativas en negrilla en formas que fluyen femeninas. En su labrar tienen a menudo una indirecta de los años '50 para un shapeliness formal pero romántico.
“A Natasha la gusta más el corte y confección, yo trabajo más en lo que es decoración”, dijo Tamara a una revista neoyorquina. “A mí me gusta la idea de que la ropa se ha hecho con trozos de lo que yo llamo memorias robadas. Por ejemplo, imagínense un collage de telas del siglo XVIII y lazos de la época Eduardina, mezclada con formas de los ‘50”. Por su parte, Natasha dijo: “A Tamara le gustan las telas antiguas y el Denim”.
Una rápida escala hacia la fama
El toque de gracia que consagró a Tamara y Natasha fue ni más ni menos que Topshop. En diciembre de 2001, la multinacional británica -sustituyendo a Marks&Spencer- se convirtió en sponsor de jóvenes talentos para que participaran en la London Fashion Week –LFW- a través de la beca New Generation Awards. Tata-Naka y Michelle Lowe-Holder fueron las marcas seleccionadas por Topshop junto con Blaak, Hamish Morrow, Sophia Kokosalaki y Russell Sage, los cuales repitieron galardón.
Las gemelas debutaron con el pie derecho en febrero de 2002 con una colección de otoño/invierno que plasmó a la perfección su bicefalia: nostalgia y experimentación inspirada en la Unión Soviética a través de vestidos largos con encaje de Chantilly y broches antiguos, y jerséis desaliñados sobre faldas holgadas y botas anchas.
Desde entonces, Tata-Naka, además de no bajarse de la pasarela británica donde han tenido algún que otro espectador de excepción en el front-row, ha extendido sus tentáculos. Uno de ellos es Tata-Naka Shrunk, una línea para niños inspirada en la colección de mujer: escogen algunas prendas y las reducen a proporciones infantiles. Además, también han lanzado una línea de accesorios, una de ropa de baño y otra de lencería que siguen el mismo patrón que la principal.
Las hermanas Surguladze consideran que sus clientas son mujeres con un sentido del estilo muy particular, de espíritu creativo y con suficiente personalidad como para no dejarse atrapar por las modas. Y, también, mujeres dispuestas a gastarse dinero en ropa de calidad. Entre sus clientas más famosas se destaca la estilosa Sarah Jessica Parker -que convierte en oro cualquier marca que luce- y su compañera de reparto en Sex and The City, Kim Cattrall. Otras actrices como Julianne Moore, Mena Suvari, Cameron Diaz y Helena Bonham Carter.
Aunque sus diseños nacen en Londres, muchos de los bordados o apliques son hechos por familiares o conocidos de Georgia y ellas siguen manteniendo mucho lo artesanal. Por eso, su estilo personal y romántico. Estas hermanas logran incorporar la influencia de géneros y colores de un pasado soviético a una audiencia occidental y más moderna.
Por ejemplo, Tamara una vez vio una cortina en su café favorito en Georgia que le llamó la atención; averiguó quién la había hecho y esa persona pasó a hacer de manera constante viñetas, alegorías y otras cosas para las colecciones de Taka-Naka.
Nadie duda de que Central Saint Martin’s, la más prestigiosa escuela de Londres, es toda una usina de talentos. O, al menos, de expertos en marketing. Estudiar allá es un aval que abre muchas puertas y que permite codearse en las fiestas de ex alumnos con artistas de la talla de Alexander McQueen, Stella McCartney, Kim Jones, Sebastian Pons y Phoebe Pilo, por citar sólo algunos ejemplos.
El día que las gemelas Surguladze decidieron estudiar moda, eligieron la mejor escuela, Central Saint Martin’s. Una decisión complicada, pues las dos hermanas tuvieron que abandonar Tbilisi, la capital de Georgia, e instalarse en Londres.
Tras cuatro años de estudio, se graduaron en 2000 y fue entonces cuando lanzaron su propia marca Tata-Naka -diminutivos familiares de Tamara y Natasha-. Y no pudieron tener un mejor inicio. De entrada, comercializaron con éxito su colección de graduación, lo que les valió que su nombre empezara a hacerse un hueco en una ciudad donde la competencia es abundante y, en muchas ocasiones, letal. Y es que si entre los primeros compradores están Barneys de Nueva York y Liberty’s de Londres es que algo va bien. Pero si el éxito llega tan rápido a veces suceden imprevistos, como cuando una tienda japonesa les hizo un pedido de ¡200 camisetas! que las gemelas tuvieron que estampar a mano sin descanso para cumplir el plazo de entrega.
Su primera colección salió en Vogue, que viajó a Georgia a hacer unas tomas de sus prendas. Para llevar a cabo las tomas, las hermanas contaron a un medio londinense cómo iban tocando puertas, irrumpiendo en casas y armando las tomas en el momento, con todo el equipo de aparatos y fotógrafos.