La muy animada pantalla argentina

Aunque los dibujos animados tienen mucho público, extrañamente tienen pocos comentadores y mucho menos historiadores. De hecho, no había una historia de dibujo animado en la Argentina hasta que un especialista como Raúl Manrupe escribió ésta que, ahora, recomendamos.

 

La pantalla muy animada

Quién no se ha criado viendo en la pantalla grande, o frente al televisor, las aventuras o desventuras del ratón Mickey, el pato Donald, Andy Panda o el inefable dúo de Tom y Jerry. Los dibujos animados forman parte de nuestros mejores recuerdos y experiencias infantiles. Porque no sólo nos entretuvieron, también nos enseñaron y, muchas veces, nos emocionaron hasta las lágrimas.

La publicidad, ni lenta ni perezosa, pronto tomó en cuenta estas experiencias y echó mano de estos personajes animados. De hecho, todos los años, cuando se acerca el verano, los mosquitos de Raid llegan a la tanda con sus diálogos y apariciones. Kellogg’s adoptó el Tigre Tony, Nesquik eligió a un conejo como protagonista y el Topo Gigio, con María Perego, auspició a varias marcas. Los gatitos de las lanas San Andrés, las perritas de las salchichas Tres Cruces y las ardillitas de la ginebra Llave  animaron la pantalla chica por muchos años. La Pandilla que publicitó Mantecol, al poco tiempo se convirtió en la serie de Anteojito y Antifaz.

 

La historia animada

El libro que recomendamos comenzó como seminario y, cuando se decidió convertirlo en texto, Manrupe se sorprendió “del poco conocimiento que se tiene, fronteras afuera, de nuestro dibujo animado”. Al documentar todo este proceso, encontró que se diferenciaban claramente tres períodos. La primera y pionera etapa está vinculada con las películas de Quirino Cristiani. A esta belle époque le sigue una caída que abarca el primer tercio del siglo pasado, en razón de la falta de medios y la inaccesibilidad de tecnologías avanzadas. El tercer período, que se inicia hacia fines del siglo pasado, llega con un notable auge del largometraje animado con decenas de creadores.

En esta breve historia, el autor rescata “algunos de los nombres de una legión, por lo general anónima y siempre apasionada”. La metodología elegida es el relato cronológico, secuenciado con testimonios; la realidad local se inserta en el contexto internacional. “Dada la brevedad del texto”, señala Manrupe, “esta breve historia se propone como un punto de partida para futuras investigaciones”.

“Si el cine es ilusión, el cine de animación es lo imposible hecho realidad delante de nuestros ojos”.

 

Raúl Manrupe es creativo publicitario y, en la actualidad director de la productora Frente al Mar. Publicó, juntamente con Alejandra Portela un Diccionario de Films Argentinos que abarca dos períodos: 1930-1995 y 1996-2002. En 2000 comienza a filmar explorando la fusión de la imagen con la música. En 2001 presentó el documental Cruel en el cartel y en 2003, Danzarín. El año pasado hizo una puesta en el Teatro Colón de Buenos Aires: De luz y sombra: una historia del jazz contemporáneo.

 

Orlando C. Aprile