Publicidad > Argentina | DIÁLOGO CON FERNANDO VIZCAÍNO A DOS AÑOS DEL “NACIMIENTO” DE EURO RSCG BUENOS AIRES
Redacción Adlatina |
El presidente de Euro RSCG Buenos Aires realizó un balance de lo conseguido a dos años del comienzo de la operación y anotó ganancias en todos los items: ingresos, rentabilidad, cantidad de clientes, calidad creativa y, sobre todo, la consolidación de un equipo de trabajo. De sus palabras se desprende que logró el objetivo que proclamara en una entrevista con adlatina.com a fines de 2005: que Euro fuera una agencia tal a la que la gente fuera a “laburar” con gusto. Son varias, en realidad, las palabras del argot porteño que ha adoptado este español –en especial, las que se usan para protestar con énfasis- que llegó a Buenos Aires en 1997 y que dice que no piensa irse.
-Adlatina.com: ¿Qué significa “un negocio muy sano”?
-Fernando Vizcaíno: Que crecimos no sólo en facturación, sino también en rentabilidad. Que crecimos en dotación de personal: empezamos con 30 empleados y hoy somos casi 90. Que el balance entre los clientes que aporta la red y los que conseguimos localmente está equilibrado. Y por supuesto, que tenemos una creatividad muy efectiva: nuestros clientes están muy contentos con nuestro trabajo y la red, también. En suma, que conseguimos más objetivos que los que nos habíamos propuesto para este lapso, así que... genial. Estamos más que satisfechos.
-No le permiten hablar de facturación, ¿cómo podría indicar en qué rango se ubica Euro RSCG Buenos Aires en el contexto general de agencias en la Argentina?
-F. V.: Tenemos clientes apuntados en todas las categorías, no sólo en las que nombré. Y luego, el balance equilibrado entre las cuentas alineadas (como Peugeot Citröen, el BBVA o Danone Aguas) y las locales (como Sony, que localmente es nuestra; las bodegas Norton, Radio Mitre o las motocicletas Honda). Estos dos puntos, lo que demuestra este mix, es algo importante. No somos una agencia “monocliente”, atada a un solo cliente grande, lo cual sería muy riesgoso porque cuando la relación con ese anunciante tambalea, el negocio de la agencia se complica mucho. El balance también es bueno entre los clientes grandes, los medianos y los chicos. Y, sobre todo, todos nuestros clientes son rentables, y a ellos también les da resultado trabajar con nosotros. Ahora que acabamos de lanzar el comercial Mirando, para el BBVA Banco Francés (el pasado fin de semana), ya nos dijeron como se les incrementó la cantidad de llamados y entradas; eso es un termómetro genial. Yo diría que empezamos siendo una agencia mediana o chica y que ya estamos entre las grandes.
-Empezaron siendo una agencia “sólo” de cuentas internacionales, ¿cómo tuvo que modificar la estructura a medida que iba armando esta cartera de clientes que describe?
-F.V.: Debajo de Gustavo Reyes (director general creativo ejecutivo) y de mí hay un equipo muy horizontal que fue fundamental para llevar esto adelante. Tenemos cuatro directores creativos: Ezequiel Alchourrón, Tony Waissman, Maximiliano Sánchez Correa y Mariano Duhalde. También han aportado mucho las áreas de cuentas y de planificación estratégica, ésta a cargo de Marina Plen. Le damos mucho peso a la planificación estratégica, le damos una bola terrible tanto a Marina como a su departamento, que fueron claves en este proceso. Trabajamos mucho la publicidad efectiva, desde el branding hasta el marketing, trabajando siempre en el corto, mediano y largo plazo. Tan es así que ahora vamos presentarnos a los Effies, con Sony y con el BBVA Banco Francés.
-¿Qué objetivos tiene para la próxima etapa? ¿Están en algún pitch en este momento?
-F.V.: Ahora estoy a punto de emprender un viaje para ver un new business del que no puedo hablar... pero es a nivel regional. Y en cuanto al mediano plazo... Siento que lo que yo deseaba ya se hizo realidad. Me gustaría seguir creciendo en dos aspectos: uno, el orgánico, el que tiene que ver con el volumen y la calidad del trabajo; y el otro, en el bienestar de la gente que trabaja acá. Quisiera consolidar el paradigma de la agencia a la cual se viene porque se labura a gusto.