Publicidad > Argentina | DIRECTOR DE CINE DE LA SEMANA
Redacción Adlatina |
Pablo Tufaro comenzó su carrera como director de arte. Pasó por algunas agencias argentinas hasta que encontró su vocación: “Un día fui al cine a ver la película Bichos, y me di cuenta de que a lo que quería dedicarme era a la animación”, recuerda. En diálogo con adlatina.com, cuenta como fue filmar un largometraje con Terry Gilliam: la película Brothers Grimm.
-Adlatina.com: ¿Cómo decidió fundar La Posta Cine?
-Pablo Tufaro: Vimos con mi socio Eduardo Walger –con quien nos conocemos desde la época en que trabajábamos en una presentación para el cine que funcionaba en Metrovisión- que en el mercado había un agujero en el que nadie ofrecía hacer los trabajos con FX y efectos digitales, y nos pareció una buena idea montar una productora que pudiera dedicarse a eso.
-¿Cuál era ese agujero que ustedes observaban?
-P.T: Desde que ocurrió la crisis a finales de 2001 en la Argentina, muchos profesionales se separaron y cada uno puso su empresa. Muchos hacían online, 3D, pero nadie estaba ofreciendo todos esos servicios en un solo lugar. Trabajar de esa manera era tedioso, porque tenías que bajar secuencias, pasarlas a un lugar y si había cambios, volver, con una pérdida de tiempo y con un costo bastante grande. Ahí vimos que faltaba un lugar que ofreciera todos esos servicios de buena calidad.
-¿Por qué decidió llamar a la productora La Posta?
-P.T: Es un juego de palabras. Post por postproducción y la “posta” porque venimos a ocupar ese lugar que nadie estaba ocupando.
-¿Qué objetivos se propusieron?
-P.T: El objetivo primordial era básicamente poder plasmar en Buenos Aires todos los conocimientos que adquirimos en Europa.
-¿Cuáles son los primeros movimientos que realizó la productora?
-P.T: Empezamos hace once meses. Hicimos trabajos para agencias como Nazca, Grey, Young & Rubicam.Tenemos 4 ó 5 productoras fijas como clientes, que apostaron una vez y no se fueron más.
-¿Qué nivel tiene la Argentina en lo que a animación respecta?
-P.T: A nivel profesional es muy buena, pero a nivel producto se queda en un nivel medio. Hay mucha gente que sabe mucho, pero por razones presupuestales y de falta de tiempo, el producto final no está cerca de lo que, por ejemplo, se hace en Londres.
-¿Qué podrá aportar su productora para paliar ese deficit?
-P.T: Dentro de estos problemas que mencioné, nuestra idea es poder encajar ahí en el medio y sacar un producto con un nivel de alto estándar, manejándonos como lo hace el mercado.
-¿Cuál es el expertise diferencial de La Posta Cine?
-P.T: La postproductora concretamente hace 3D y online. Tiene todos los campos que brindaría cualquier postproductora, así que cualquier comercial que tenga efectos, por más complejos que sean, entra en digibeta y se va en master con todo terminado.
-¿Cómo fueron sus comienzos en la animación y en la publicidad?
-P.T: Yo estudié publicidad en la Escuela Superior de Creativos y trabajé como director de arte durante tres años. Un día fui al cine a ver la película Bichos y me di cuenta de que a lo que quería dedicarme era a la animación. Entonces me compré una computadora y un libro y me puse a estudiar animación.
-¿Cómo fue el proceso desde que comenzó a especializarse en la animación hasta sus primeros trabajos?
-P.T: La verdad es que fue todo muy pasional. Yo sabía que quería hacer eso, aunque no sabía por dónde empezar ni a dónde ir. Las computadoras en esa época eran inalcanzables y estudiar afuera para mí era imposible; y lo único que me quedó fue comprarme un libro en inglés (yo sabía ese idioma) y pude estudiar a base de libros en mi casa. Un día llamé a Metrovisión y les dije: “Quiero ayudarlos”; y a los dos días me contrataron y a partir de ahí fue todo suerte.
-¿Qué diferencias encuentra entre la animación que se realiza en la Argentina y la del primer mundo?
-P.T: La única diferencia es presupuestaria. Allá se hacen unos trabajos increíbles porque creen en lo que van a hacer e invierten dinero en talentos creativos.
En la Argentina, cada vez que me piden un trabajo, me piden una referencia y yo tengo que mostrar un trabajo realizado en Londres. Pasa que muchas veces que te piden un trabajo no saben bien lo que quieren. En Europa, los directores y creativos ya saben lo que quieren.
-¿Por qué decidió emigrar a España? ¿Cómo fue su experiencia laboral allí?
-P.T: Al principio tuve una mala experiencia en Barcelona. Luego fui a Madrid y la verdad es que me sentí muy bien. Se trabaja muy bien, hay grandes profesionales. Tuve la posibilidad de trabajar en 3D en cine.
-¿Cómo es el proceso de animación?
-P.T: Consiste en primer orden en tener un store board bastante sólido y planeado. Una vez que esto está definido, se modelan los objetos que se van a ver, y luego se les da textura y colores. Posteriormente se anima realmente, se ilumina la escena de la misma manera que fue iluminada realmente y se pone una cámara virtual que tendría que ser colocada de la misma manera que la real, para que el objeto 3D quede pegado. Luego se hace el dibujado de todo lo que se hizo anteriormente.
-¿Qué tiempos se manejan para este proceso?
-P.T: Es un proceso largo y lento. Cualquier trabajo estándar de un comercial no baja de las dos semanas, hasta llegar a los 30 ó 60 días. Yo he estado trabajando para un comercial dos meses.
-¿Cree que la animación puede ser un negocio rentable en la Argentina?
-P.T: Sí, creo que sí. Me gustaría que se empiece a hacer un trabajo más serio, que se busque y se exija mejor calidad en los trabajos que se solicitan. Me parece que los clientes resignan calidad con tal de tener el trabajo más rápido, cuando se podría esperar un poquito más para tener un producto más terminado.
-¿Cómo evalúa la experiencia de haber trabajado con Terry Gilliam para la película Brothers Grimm?
-P.T: Fue la experiencia profesional más grande de mi vida. De repente me entero de que el director Terry Gilliam, uno de mis preferidos, estaba buscando gente para su nueva película. Yo mandé un demo y quedé seleccionado. Ahí fue cuando me fui a Londres y me puse a trabajar para Brothers Grimm. La experiencia fue maravillosa, porque la verdad es que la empresa era chica; se le vino una película con 600 planos de efectos y tuvo que contratar a mucha gente nueva. Había una desorganización interna y yo estaba muy acostumbrado, por haber trabajado en mercados como el de Madrid o Buenos Aires, que generalmente es todo un lío. Me pude desarrollar muy bien. Lo interesante es que pude estar muy cerca de Terry. Él venía a mi máquina, se me sentaba al lado y decidíamos los planos juntos. Yo le podía proponer cosas, él aceptaba algunas veces y otras no; pero haber trabajado al lado de mi director predilecto fue una experiencia extraordinaria.
-¿Cómo se imagina a La Posta Cine en el corto plazo?
-P.T: La veo creciendo muy lentamente. Lo que nos pasó fue que el hecho de haber estado cuatro años trabajando en el exterior nos dio mucho conocimiento y perfeccionamiento, pero nos alejó del mercado nacional. Hoy en día nosotros contamos quiénes somos, pero para llegar a lograr una confianza con los clientes nos va a costar más tiempo. Eso va a ser un trabajo a largo plazo, a medida que el medio comience a confiar en nuestro trabajo.
-¿Cuáles son sus expectativas para el largo plazo con la productora?
-P.T: El objetivo va más allá de la publicidad. La idea es que de acá a un tiempo podamos crecer a nivel personal y a nivel cantidad de personal. Y a Eduardo y mí nos gustaría dedicarnos a poder financiar las ideas que no se pueden hacer por falta de plata. Creo que deberían ser ideas que nada tengan que ver con la publicidad. Hay muchos creativos muy talentosos que tiene ideas de cortos, hay gente que tiene cosas muy buenas y frescas en la cabeza y por problemas de costo sería complicado llevarlas a cabo.