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Redacción Adlatina |

No existe el hombre estreñido y las mujeres no miran fútbol

(Por Verónica Rímuli, de la redacción de adlatina.com) - Cabe aclarar que lo que se plantea en este breve opus no es una cuestión de género -que lo es, pero no está orientada desde esa perspectiva-, sino de marketing, y más exactamente de definición de targets.

No existe el hombre estreñido y las mujeres no miran fútbol
Al repasar comerciales de laxantes y yogures reguladores de lo que elegantemente se da en llamar “tránsito lento”, cualquiera notará que las protagonistas son indefectiblemente mujeres.

Si comenzamos por el tema fútbol, que se apoya en datos estadísticos, encontraremos que según un estudio dado a conocer en la Argentina, 49 por ciento de las personas que miraron los partidos del mundial por televisión eran del sexo femenino. Sin embargo, la pauta publicitaria en todos los canales fue absolutamente “varonil”. Más allá de las voces airadas que se estarán alzando ya en las agencias, centrales de medios y demás players del negocio tratando de refutar esa información con argumentos tan sólidos como: “las que miraron los partidos lo hacían para acompañar al novio, marido, padre, etc.”, o “hacían como que miraban el partido pero sólo les interesaba si los jugadores eran pintones” u otras banalidades por el estilo, lo cierto es que la mitad de la platea cautiva y cautivada por el campeonato mundial no recibió mensajes publicitarios acordes con sus intereses propios como target.

 

Pudor del tránsito lento

En cuanto al estreñimiento, la inquietud surgió luego de repasar comerciales de laxantes y yogures reguladores de lo que elegantemente se da en llamar “tránsito lento”. Como cualquiera puede observar, las protagonistas son indefectiblemente mujeres. Que se toman una cápsula por la noche y a la mañana se levantan frescas, radiantes, hiperactivas. O bien comentan a cámara sus padecimientos por el dichoso embotellamiento de tránsito intestinal con cara amarga, apesadumbrada, hasta que descubren que hay un yogur que pone los semáforos en verde y las libera de tamaña carga.

Luego de ardua búsqueda en sitios especializados, no se pudo encontrar ninguna causa de este mal que no fuera atribuible a una incorrecta alimentación, problemas psicológicos, estrés, efectos de algunos medicamentos. Y el embarazo, claro, situación tan obvia que no amerita ser explicada y que es la única estrictamente femenina.

¿Qué pasa entonces con los hombres? Aún en el supuesto –hipotético- de que estadísticas sanitarias reportaran mayor cantidad de casos femeninos, el sentido común obliga a imaginar que muchos varones padecerán este problema. ¿Por qué pues no aparecen en los comerciales? Es sabido que la masculinidad no tiende a comentar sus disfunciones, por ejemplo, eréctiles, y mucho menos les place que se aluda a ellas en la televisión. Pero, ¿el “tránsito lento” también les resulta embarazoso? ¿No se animan a comprar laxantes o yogures reguladores? ¿Les piden a su esposa, madre, novia que se los compren? ¿Les sacan cápsulas o cucharadas a escondidas?

En fin, señores creativos, -y digo señores porque es de público conocimiento que se cuentan con los dedos de la mano las féminas que acceden al olimpo de la creatividad publicitaria-, quizá los preconceptos les estén jugando una mala pasada, seguramente manifiestos también en los focus groups. No está mal que las mujeres cuiden mejor su “tránsito”. Y es cierto que la pasión futbolera se identifica automáticamente con el imaginario masculino. Pero, quizá, tan sólo quizá, la definición de targets demande una sintonía un poco más fina.