Glamour en versión azteca

Con grandes expectativas, comenzó el 4 de abril la máxima fiesta del glamour en el país: Fashion Week México temporada otoño-invierno 2006-2007. El evento tuvo lugar en las instalaciones del Hotel Camino Real y los desfiles de apertura estuvieron a cargo de L’Óreal, Roberto Villareal, Gustavo Helguera, Guillermo León, Carmen Rión, Carlo Demichelis y Manuel.
Guillermo León, Carlo Demichelis, Pineda Covalin, Fernando Torres, Armando Mafud, Macario Jiménez, Héctor Terrones y el accesorista Gustavo Helguera fueron algunos de los platos más fuertes en sus propuestas para la temporada Otoño-Invierno 2006/2007. En total, se vieron 30 diseñadores en escena, de los cuales sólo dos eran extranjeros: el colectivo estadounidense Nzania y el francés C.F.
Las propuestas que más llamaron la atención en el primer día de pasarela fueron las de Carlo Demichelis, Carmen Rión y Guillermo León. Los tres diseñadores proponen el uso de botas con faldas, pantalones y túnicas, tanto en lana como cashmere. Los colores predominantes para esta temporada: verde oliva, guinda, negro, blanco, algunas chispas de amarillo y muy poco gris. Un regreso inexorable es el del cinturón ancho. Al menos así lo propusieron Demichelis y Guillermo de León, que en sus desfiles mostraron chicas con anchos cinturones, principalmente en negro, porque afirman que acentúa las proporciones femeninas.
Se ve que el “flower power” está de vuelta y, con eso, todo lo que acentúa la femineidad de la mujer. En las pasarelas de la Semana de la moda mexicana, los cuerpos sinuosos estuvieron a la orden del día, desfilando en las pasarelas vestidos ceñidos a la silueta, dispuestos a develar formas pronunciadas y esbeltas. Por su parte, los escotes brillaron por su ausencia, a excepción de los vestidos de noche, en los que llegan a ser un poco más pronunciados o, en su defecto, strapless.
En esta edición, las modelos fueron vistas con frecuencia con textiles satinados en faldas con mucho movimiento y pliegues irregulares o sobrepuestos, blusas y pantalones con holanes a los lados, blusas de cuello halter y amplio escote.
Y no faltaron los pantalones de pierna recta y gran valenciana, camisetas de algodón de cuello en V, lazos que definen la cintura femenina tanto en vestidos como en chaquetas. El glamour se respiró en cada prenda. Y, una vez más, se reafirmó que el negro es el nuevo líder de la moda. En la mayoría de los desfiles fue el encargado de apoyar los diseños más espectaculares siempre acompañados de plumas, complementos varios, tocados, sombreros o sencillas chaquetas vaqueras.

Estilos y propuestas de los principales diseñadores mexicanos
-Guillermo León, el diseñador mexicano de mayor vuelo internacional, mostró como materiales para el 2006: telas naturales como el lino, la seda y el algodón, además de la lycra. Y los colores que propone son el naranja, verde, blanco, coral, morado y azul rey.
León estudió Diseño de Moda y Alta Costura en Jannette Klein. Y participó en diferentes eventos de la moda nacional e internacional como: Fashion Week México, Arte en la Moda, Vancouver Fashion Week  (Canadá), Modaza (Guadalajara), Exintex (Puebla), y Fashion Internacional View, entre otros. Actualmente es presidente de la Asociación Mexicana de Diseñadores de Moda AC, la cual fundó en 2004 junto con otros once diseñadores.
-Carlo Demichelis: de origen mexicano pero de padre italiano, comenzó su carrera en el medio de la moda hace más de 20 años cuando diseñaba prendas exclusivas para marcas como Hermes, Adolfo Domínguez, Cheste & Peck y Olegn Cassini:
Su fuente de inspiración es la propia mujer, a quien viste con diseños elaborados con telas que produce él mismo, de allí la exclusividad de sus prendas. Sus telas favoritas son definitivamente el lino, la seda y el algodón.
-Pineda Covalin (Dueños: Ricardo y Cristina Covalin): su inspiración está marcada por la tradición mexicana. Ellos siempre basaron sus diseños en los trajes tradicionales mexicanos. Colores como el rosa mexicano, verde olivo, azul eléctrico y amarillo huevo son combinados con estampados de mariposas monarca e imágenes de la cultura prehispánica y de tradiciones mexicanas, como el árbol de la vida, el cacao o la piedra del sol. También cuentan con una línea de accesorios que incluye aretes, collares, cinturones, zapatos y bolsas, todo en seda, reflejando parte del arte mexicano.
-Fernando Torres: con raíces mexicanas, este diseñador, especializado en técnicas de Prét á Porter, trabajó con importantes casas de alta costura internacionales como Lecoanet Hemant, Ted Lapidus y el departamento de vestuario de Televisa San Ángel. Actualmente, es el director creativo de la compañía “Spaghetti México”, y en esta edición de la Fashion Week presentó su colección titulada “Fusión”.
-Armando Mafud: es un enamorado de los bordados mexicanos. En sus colecciones, le gusta tomar algunos rasgos de la cultura mexicana, como la cerámica de Talavera, para luego plasmarlos en sus diseños. Holanes, moños, cintas de colores, además del arte pictórico contemporáneo, como el de Diego Rivera, Frida Kahlo, Rodolfo Morales o Tamayo, han sido parte de su inspiración. Sus materiales predilectos son las telas naturales como el algodón y lino, además del terciopelo, el rayón y la seda, la cual es su favorita por su caída noble.
-Héctor Terrones: es un modisto reconocido por sus creaciones, en las que destacan los corsétte. Con una trayectoria de 18 años, en esta nueva edición de FWM basó su propuesta en la  reconstrucción, es decir el uso de formas geométricas sin orden, creando una arquitectónica de líneas asimétricas con trazos simples y caprichosos. Todos sus diseños para el 2006 buscan despertar el erotismo de la mujer moderna con colores como el rojo sangre, negro, verde hoja y azul rey.

Helguera brilló
El triunfo de Gustavo Helguera en la Semana de la Moda en México fue indudable, a pesar de que ésta fue su primera pasarela de moda en joyería. El accesorista presentó en su colección de Otoño-Invierno 2007 soberbios accesorios hechos de cristal swarovski, perlas y turquesa.
Al ritmo de canciones mexicanas muy tradicionales como “La sandunga”, “La Llorona” y “Las brujas”, una a una fueron desfilando hermosas modelos ataviadas con  pesados y largos accesorios, collares que se prolongaban muy al sur de la cintura.
Helguera no plantea una tendencia definida o única sino que  propone la fusión de varias propuestas. Sus accesorios mezclan formas y colores que van de un estilo étnico a otro con aire dramático y victoriano. Los colores que se usarán en el 2006 serán: gama de azules, verdes, naranjas cobrizos y rojos, rosas y dorados.
Los materiales que utilizó el mexicano para esta colección fueron: cristal, perlas, plata y oro viejo, combinándolo acertadamente con mink, zorro y lana de cabra de Mongolia. Además, Helguera propone sombreros, tocados, largos collares, vistosas pulseras y suntuosos aretes.
De cierta manera, es como si el diseñador intentara robar a la naturaleza la magia de sus colores y la relación de equilibrio existente entre los cuatro elementos, iluminando a la mujer y haciéndola más bella.
En esta ocasión, deslumbró con diseños llenos de nuevas tendencias en color y forma. Diseños maximalistas que se destacaron por sus diseños coloridos.

Una visión muy particular
Jesús Ibarra y Bertoldo, son dos jóvenes arquitectos que se unieron para armar una nueva propuesta frente a la moda; de cierta manera ellos llevan la arquitectura al diseño de moda. Y  ven a sus modelos como edificios y calculan mentalmente la solución de los “problemas” de espacio que representan para ellos.
Y gracias a  su análisis de la estructura física de la mujer, JI+B diseña prendas únicas y personalizadas que este año desfilarán en el hotel Camino Real bajo el concepto de la Alhambra, el célebre conjunto de palacios moriscos localizado en la ciudad de Granada, España. Estos dos artistas nunca olvidan su oficio original, por lo que toman su inspiración de los edificios granadinos, no del estilo de vestir de las mujeres árabes de la época.
“No hacemos disfraces. Nuestro objetivo es recrear la belleza arquitectónica de la Alhambra y el elemento fundamental que se juega allí: el agua. Tenemos, por ejemplo, faldas en cascada. Las realizamos con holanes que a la altura de la cintura son muy pequeños y van creciendo hacia el ruedo hasta terminar en uno enorme que roza con el suelo. Ésta es nuestra interpretación de las fuentes de los patios interiores de los palacios”, explicaron a un medio mexicano.
Por ejemplo, los artesonados en los techos y los mosaicos de las paredes en sus diseños están representados gracias a los brocados bordados con hilo de seda y con aplicaciones de chaquira, piedras y cristales.
Los colores que utilizaron son los tradicionales de la temporada invernal: tonos oscuros que van del berenjena al vino, estampados florales en marrones y verde intensos. Si bien tiene la sobriedad del otoño, a esta gama se añaden toques brillantes y mezclas de materiales para dar peso y volumen a los vestidos. Pero ellos los cruzan con cortes modernos y atrevidos, varios tipos de escotes; espaldas descubiertas y profundas.
Además, aseguran que se niegan a trabajar en serie ya que apuntan a un producto único y más artesanal. “Trabajamos por cita, incluso en el almacén. Nuestra clientela puede ver algunos vestidos exhibidos, pero para la realización del suyo nos sentamos con ella a planearlo cuidadosamente. Así logramos que ninguna sea igual a otra”, dijeron a un medio español.