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Redacción Adlatina |

Álvaro Hernández: “Me atrapa el aspecto tecnológico y experimental del cine”

El cine es, para el director de Bendercine Álvaro Hernández, desde un “simple” entretenimiento hasta un método de observación y un lenguaje. Además de formarse en esta disciplina, estudió letras y diseño, lo cual le permitió entender cómo funcionan distintos signos y cómo un objeto genera una respuesta determinada; así como para trabajar el espacio, las formas, los colores y la luz. En diálogo con

Álvaro Hernández: “Me atrapa el aspecto tecnológico y experimental del cine”
Hernández: “En algún momento de mi vida pensé en seguir alguna carrera científica”.

Estudió realización de cine, animación, editó videoclips, fue asistente de dirección y finalmente hizo sus trabajos como director de cine publicitario y de televisión. Además, el director de Bendercine, Álvaro Hernández, cuenta que en algún momento de su vida se inclinó por alguna disciplina científica. Pero enseguida aclara que, igualmente, siempre le interesaron las artes.  

El cine tiene un aspecto tecnológico y experimental que me atrapa, así como esa cuestión de utilizar elementos de todas las otras artes sin necesidad de especializarse en ninguna”, asegura.

De una u otra manera, todos sus estudios tienen un gran valor en su carrera actual porque, sostiene Hernández, si bien el cine tiene su propia gramática ésta se ha ido construyendo con el lenguaje de artes más viejas. 

Y, aunque asegura que el cine le gusta mucho, no siente un apasionamiento por él. “A veces me apasiona, pero es más un estado que una cualidad”, dice. 

 

 

-Adlatina.com: ¿Por qué, de todas las artes, eligió el cine?

-Álvaro Hernández: En algún momento de mi vida pensé en seguir alguna disciplina científica, pero siempre me interesaron las artes. El cine tiene un aspecto tecnológico y experimental que me atrapa, así como esa cuestión de utilizar elementos de todas las otras artes sin necesidad de especializarse en ninguna. Me permite usar mi experiencia como espectador, como consumidor de arte, en la creación de productos audiovisuales.

 

-¿Qué significa el cine para usted?

-A.H.: Muchas cosas. Un entretenimiento, un método de observación y conocimiento, una disciplina, un oficio, un lenguaje.

 

-¿Se considera un apasionado del cine?

-A.H.: Me gusta mucho el cine pero no sé si usaría la palabra pasión. A veces me apasiona pero es más un estado que una cualidad.

 

-¿Cuál cree que es su principal virtud como director?

-A.H.: Creo que la honestidad y que me divierto trabajando. Me gusta sentir que estoy jugando.

 

-¿Qué aptitudes debe tener un futuro director?

-A.H.: Básicamente, ganas de dirigir, de expresar algo audiovisualmente. Después, está la formación que cada uno elija adquirir pero que siempre tiene que ver con la observación y la experimentación.

 

-¿Cuáles son en su opinión las virtudes y defectos de la región en cine?

-A.H.: Como virtudes, creo que la frescura, el no cargar con un bagaje artístico tan pesado como el europeo, por ejemplo. Un defecto, tal vez, sea cierto pesimismo. Igual no estoy muy seguro de ninguna de las dos cosas. Existen muchas obras y es difícil describir características que las engloben.

 

-¿Cómo es su relación con la agencia y el cliente?

-A.H.: En general, ha sido muy buena. Siento que puedo hacer mi trabajo con libertad en la medida en que acompañe las necesidades del cliente, en la medida en que mi libertad como realizador esté guiada por la interpretación de las necesidades  que llevan al cliente y a la agencia a realizar un comercial.

Los roles ya están definidos y son justamente esos, los de agencia y cliente. Ellos saben más que yo como actuar esos roles. Sí puedo apreciar que hay maneras distintas de jugar esos roles y algunas me gustan más o hacen más fácil mi trabajo.

 

-¿Cuáles son sus tres largometrajes preferidos y por qué?

-A.H.: Aunque parezca un cliché, realmente me es imposible elegir sólo tres películas. Hay muchas que me gustan y si me pongo a pensar empiezo una lista que no termina: Eraserhead, de David Lynch (esta es la primera que se ocurre siempre, es cine puro, blanco y negro, casi muda, absurda, oscura, una obra maestra), El increíble hombre menguante, de Jack Arnold, (un guión excelente y un final conmovedoramente optimista), Peeping Tom, de Michel Powell, (voyeurismo homicida, cine sobre el cine o sobre la fotografía) M el Vampiro de Duseldorff y otras de Fritz Lang, Ocho a la deriva, ocho actores en bote de Hitchcock, Un sombrero de paja de Italia, de René Clair, El hombre con la cámara de cine, de Dziga Vertov. Y, por supuesto, casi todo [Serguei] Eisenstein. Sopa de Ganso y casi todo hermanos Marx; The General y todo Buster Keaton.

No sé, muchos clásicos, muchos westerns, mucho terror de la Hammer, mucho [Roger] Corman, la trilogía de Volver al Futuro, la trilogía de Indiana Jones, mucho de Carpenter (sobre todo The thing, The fog, Prince of darkness, etc) Cromosoma 8, La zona muerta, Scanners, Videodromo (todas de [David] Cronenberg) Honkey tonk Man, de Clint Eastwod; por supuesto las de Harry el Sucio también, casi todo [Takeshi] Kitano, todo [Hayao] Miyazaki... Y si sigo pensando películas que me gustaron y se me siguen ocurriendo, y aún así, cuando lea esto me voy a arrepentir de no haber nombrado muchas que deberían estar por lo menos entre mis diez o veinte favoritas.

 

-¿Qué directores lo marcaron y por qué?

-A.H.: Todos los directores que me interesan, me marcan de alguna manera. Supongo, aquellos que más me marcaron son aquellos de los que vi cosas en mi infancia y adolescencia. Por supuesto, también me marcaron mucho algunos directores con los que trabajé y de los que aprendí (Kaplan y Sapir, por ejemplo).

 

-¿Con qué aspecto del proceso de creación de un comercial disfruta más?

-A.H.: Disfruto con mucha intensidad del rodaje y de una manera más tranquila pero también muy placentera del montaje. La preproducción es muy necesaria y fértil pero soy muy ansioso y a veces no veo la hora de filmar.