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Redacción Adlatina |

Pérez Martí: “En España me trataron muy bien por ser del ‘país de las buenas ideas’”

Cambio y renovación. Dos palabras que definen la etapa que está viviendo Braulio Pérez Martí, recientemente incorporado al staff de directores de Vértigo Films. Tras ocho meses fuera del país, Pérez Martí contó cómo fue su experiencia en Barcelona, donde fue para hacer un master de especialización en dirección de fotografía y terminó sorprendiéndose a sí mismo al descubrir todo lo que tenía para d

Pérez Martí: “En España me trataron muy bien por ser del ‘país de las buenas ideas’”
Pérez Martí: “Lo mejor de los trabajos de Barcelona están por venir. Esto fue sólo el puntapié inicial”.

Positivo y renovado, Braulio Pérez Martí está atravesando una nueva etapa plena de cambios y nuevas metas desde que volvió de su viaje a Barcelona, donde residió durante ocho meses. Con el objetivo inicial de hacer un master intensivo de especialización en dirección de fotografía, Pérez Martí decidió tomarse “licencia” de su país natal por un tiempo, que se extendió gracias a diversas ofertas de trabajo que le surgieron en España.

Hoy, Pérez Martí cuenta que vivió una experiencia que lo dejó “muy movilizado internamente” y que pudo conectarse con personas de otras culturas y ciudades. “Explicarse y comprenderse en diferentes idiomas o entender diferentes actitudes culturales de las personas es algo que deja una enseñanza que no tiene precio”, sostuvo. “Nuestro cine está muy bien visto en España y en Europa en general, particularmente, la creatividad de nuestra publicidad les impresiona bastante. Tenemos que enorgullecernos de eso y saber explotarlo con solidez”, comentó también.

Tras su regreso a la Argentina, en julio, filmó como director de fotografía un comercial para el mercado nacional para Roby Chiralt, retomando la carrera de director que había iniciado a fines del año pasado en Ataxia Cine. Recientemente, se incorporó a Vértigo Films –productora que preside Chiralt, junto a Guillermo Ferraro- para seguir creciendo. Y, entre muchos otros proyectos, está “luchando” con su primer guión de largometraje.

Pérez Martí asegura que su viaje fue el puntapié inicial que le permitió dejar muchas puertas abiertas y expectativas puestas en Barcelona. “Alguien me dijo de pequeño que la experiencia de vida se refleja en tu trabajo y siempre me quedé convencido de eso. Y siento que en mi trabajo lo mejor siempre está por venir”.

 

 -Adlatina.com: ¿Por qué eligió el cine y cómo llegó a él?

-Braulio Pérez Martí: Luego de probar diversas cosas de índole artística en mi adolescencia, termine dándome la razón en que lo que necesitaba era el cine: el arte donde confluyen todas las posibilidades expresivas de imagen-sonido-tiempo y espacio para contar cualquier cosa que te urge. Llegué a través de la música: estudiar piano desde los 8 años, una vieja reflex FM de mi papá y un atelier de pintura de mi mamá. Soy totalmente autodidacta a través de la fotografía fija y luego, del paso a la imagen en movimiento, siempre relacionado con proyectos musicales en mi adolescencia. A partir de ahí, lo demás fue pulirse académicamente.

 

-¿Qué expectativas tiene con su incorporación al staff de Vértigo Films?

-B.P.M.: Seguir creciendo, apoyándome en la experiencia de una productora con tradición en el medio publicitario. En 2004 hice mis primeras películas publicitarias como director, y siento que, ahora, el relacionarme con una productora más importante me hace afianzarme, crecer en proyectos y al mismo tiempo, filmar más relajado. “Relajate, filmá con Vértigo” (risas).

 

-¿Cómo decidió incorporarse a Vértigo?

-B.P.M.: Al regresar de Barcelona, luego de recibir algunas propuestas para dirigir, elegí Vértigo, no sólo por la dinámica de trabajo que viví en la productora, sino también por el factor humano. Siento que acá puedo hacer carrera por un buen tiempo y tengo un diálogo bárbaro y mucha afinidad, tanto con Roby Chiralt como con Guillermo Ferraro. Con Roby filmé hace muy poco, como director de fotografía, un comercial en 35 y 16milímetros, que todavía está en la fase de post-producción off-line. Cuando esté listo y salga, podré contar para qué producto fue.

 

-¿Cómo fue su experiencia fuera de la Argentina?

-B.P.M.: Muy buena. Y lo hice en la edad justa. Me sorprendí un poco por todo lo que tenía para despertar dentro de mí, y este viaje era necesario para eso. Fue una experiencia que viví desde lo sensitivo al ciento por ciento, desde relacionarme con profesionales y artistas de Barcelona y otras ciudades hasta el impacto del intercambio cultural; y probar y conocer todo lo que fuera una experiencia nueva. No sé, tal vez pinto mi experiencia y la cuento desde un lugar muy sensible, pero es que así fue como la viví y me dejó muy movilizado internamente.

 

-¿Con qué expectativas se fue?

-B.P.M.: Estaba pensado como un viaje de especialización y de estudios solamente, desde hace años. Cuando empecé a estudiar tenía el objetivo de ganarme una beca y especializarme en el exterior para recibir otras influencias y, aunque me agarró ya trabajando, se dio como quería gracias a la Generalitat de Catalunya. Así que bien, mi expectativa inicial era cerrar una etapa académica como fotógrafo, que es algo que siempre busqué complementar como director, y, laboralmente, conectarme y mover mi material tanto audiovisual como fotográfico. En ese nivel pude dejar muchas puertas abiertas, y son expectativas que aún mantengo con Barcelona.

 

-¿Cómo surgieron los trabajos que realizó en Barcelona?

-B.P.M.: Moviéndome, sin más. Una cosa llevó a la otra, desde abajo. Los primeros meses me concentré en el master, que no me dejaba mucho tiempo; y en paralelo iba conectándome. Al principio tuve que lidiar con las normales burocracias de permisos laborales para extranjeros. Sin embargo, logré dirigir a nivel publicitario. De todos modos, creo que lo mejor de los trabajos de Barcelona está por venir, ya sea ellos viniendo acá o de mí viajando para allá. Esto fue sólo el puntapié inicial.

 

-¿Qué diferencias notó entre el cine latinoamericano y el español?

-B.P.M.: El cine latinoamericano tiene ese karma de reflejar un poco la idiosincrasia del sufrimiento, que no está mal; pero también siento que no habría que dejar en segundo plano la fantasía de la ficción, que allí es un poco más explotada. Y como la temática social y económica no es una problemática tan fuerte, entonces no dicta una influencia tan grande en el cine de largometraje como acá. Aquí contamos historias mas pequeñas con mayor entusiasmo; y allí, sacando lo consagrado -como Almodóvar, Medem, Amenábar, etc.- vi que hay un poco de vacío en las historias, aunque a nivel formal-técnico hay una calidad -y presupuesto- muy alta. Luego, el cine publicitario argentino no tiene nada que envidiarle al europeo. Aparte de un buen nivel técnico, tenemos una creatividad súper. Nuestro cine está muy bien visto en España y en Europa en general. Particularmente, la creatividad de nuestra publicidad les impresiona bastante, por lo menos en España, con las productoras con las que estuve en diálogo. Me trataron muy bien por ser del país de las “buenas ideas”; tenemos que enorgullecernos de eso y saber explotarlo con solidez.

 

-¿Qué cosas le aporta esta experiencia a su carrera?

-B.P.M.: Algunas las voy a empezar a descubrir ahora. Pero sí, a nivel profesional, creció mi estándar técnico en lo que se refiere a fotografía y post-producción; y, a nivel estético, respiré las influencias de las tendencias de cada ciudad en la que estuve ya que, aparte de residir en Barcelona, me interesé por mezclarme y conectarme un poco con gente de otras ciudades y países. Creo que lo que más rescato fue un cambio muy interno, de espíritu, y la manera de ver muchas cosas, la experiencia humana y también los lugares que conocí. Contrasté mi background y mi mundo con todo lo que viví y compartí, experiencias con personas de todas partes: Finlandia, Portugal, Alemania, Italia, Inglaterra, Francia, Chile, México, Colombia, Pakistán, Marruecos, Irán, los Estados Unidos. Explicarse y comprenderse en diferentes idiomas o entender diferentes actitudes culturales de las personas es algo que deja una enseñanza que no tiene precio. Alguien me dijo de pequeño que la experiencia de vida se refleja en tu trabajo, y siempre me quedé convencido de eso. Y siento que en mi trabajo lo mejor siempre está por venir.

 

-¿Qué condiciones se necesitan para ser un buen director de cine publicitario?

-B.P.M.: Síntesis, manejo de los códigos del acting, background artístico: el buen análisis de lo que se necesita contar, buscar una síntesis potente y siempre lograr añadirle un “toque” sutil de personalidad y actitud en cómo se cuenta. Si no, se pierde espíritu. Creo que por más que uno filma para vender algo, la narrativa en el cine publicitario vive de la experiencia o background artístico y de la sensibilidad personal, tanto del director como del creativo con el que se desarrolla la idea, etc. Manejar los códigos del timing y del acting según cada película. Lo demás es el buen manejo de la técnica, más que nada de fotografía, cámara y post-producción, lo cual te permite filmar tranquilo y holgado.

 

-¿Cuáles son hoy en día sus largometrajes preferidos?

-B.P.M.: Remitamos sólo al top ten, si no, no terminamos más: Los amantes del círculo polar, Magnolia, Delikatessen, La naranja mecánica, El día de la bestia, El milagro de P. Tinto, Blow Up, El gran pez, Canciones del segundo piso, Eterno resplandor de una mente sin recuerdos.

 

-¿Qué directores lo marcaron en su carrera y por qué?

-B.P.M.: Muchos, pero serían... Uno muy contemporáneo y que me influye actualmente es Michel Gondry, tanto a nivel videoclips como publicidad y ahora largometraje: mantiene un espíritu totalmente fresco y reconocible aparte de su original manejo de la post-producción. Paul Thomas Anderson, también muy actual, en sus películas de largo (Magnolia, Boggie Nights, Embriagado de amor, etc.) desarrolla la obsesión y la miseria del hombre, tanto desde costados dramáticos como ridículos o graciosos; y filma que da placer. Luego, de los “próceres” del cine me quedo con Stanley Kubrick, creo que por afinidad estética; de la ola francesa de los ‘60, que me gusta toda por el aire autoral, me quedo con Godard y Truffaut.

 

-¿En qué momento de su vida se encuentra hoy y qué proyectos tiene?

-B.P.M.: Una nueva etapa. Muchos cambios y renovación. Con una energía distinta. Viviendo todo a flor de piel, como si te dieran ganas de abrazar a todo el mundo.  Me relaciono con mi trabajo y con lo que me rodea de otra manera, con un espíritu mucho más positivo y con nuevas metas. Aparte de concentrarme en el cine publicitario, estoy terminando una campaña en 35 milímetros para un festival de cine corto apoyado por Fundación KINE y UNICEF, del cual también seré jurado en octubre. Por otra parte, con un proyecto de Barcelona con el que quedé trabajando -360 project-, proyecto muy potente sobre registrar lo diverso en una mirada al mundo desde la diversidad cultural. Me interesa el ambiente musical del videoclip  -ya dirigí algunos-, y me encantaría retomarlo en paralelo: así fue como empecé a dirigir. Para mí es muy importante experimentar y alimentarse con expresiones periféricas. Y por último, luego de varias ideas descartadas, estoy en lucha con mi primer guión de largometraje.

 

-¿Por qué está “en lucha”?

-B.P.M.: En lucha, porque el proceso creativo de tu opera prima es un poco ciclotímico. Quiero hablar del hombre, de lo raros que podemos llegar a ser al relacionarnos y de nuestros miedos más ocultos. Me di cuenta de que plasmar noventa o cien páginas que me convenzan de un primer guión es más complicado de lo que creía. Quiero madurarlo y que no me aburra con el tiempo, ya que luego viene la espera en la concreción de financiamiento y demás, que también suele ser un proceso de “largo metraje”.