Publicidad > Gran Bretaña | EL ENTE REGULADOR DIO UN PASO AL COSTADO Y NO INVESTIGARÁ LAS QUEJAS QUE SURJAN DE LA CAMPAÑA ELECTORAL
Redacción Adlatina |

Los partidos políticos británicos no estarán sujetos a ningún control ni en vía pública ni en gráfica

Ante un comienzo tormentoso de la campaña política, con varios avisos de publicidad exterior objetados por el público y los partidos –ya se han acumulado 40 protestas-, la ASA (Advertising Standards Authority) dejó en claro que su rol no se extiende a la propaganda política, y que los partidos serán responsables de lo que afirmen en esas piezas. En cambio, otro ente, la Ofcom, todavía tiene injere

Los partidos políticos británicos no estarán sujetos a ningún control ni en vía pública ni en gráfica
En 1997, la ASA había ordenado levantar este aviso, al considerar que los conservadores habían “denigrado ilegalmente” a Tony Blair.

La publicidad política británica para las próximas elecciones tendrá esta vez una característica inédita: el ente de control respectivo ha dicho que se podrá decir cualquier cosa en los avisos de gráfica y vía pública, sin que ningún partido (ni tampoco el público) tenga derecho a protestar por las afirmaciones del otro.

El director general de la ASA (Advertising Standards Authority), Christopher Graham, ha enviado a los líderes de los partidos una nota escrita en forma personal para confirmar que “no intervendrá en ninguna disputa publicitaria”, a pesar de que ya ha recibido cerca de 40 quejas en torno a los afiches de vía pública pre-electorales.

Graham dijo que su mensaje a los políticos y al público con respecto a esas quejas fue: “No fastidien. Nosotros no vamos a hacer ese trabajo”.

“Ahora que están calentando los motores para la elección, creo que tiene sentido recordarles tanto a los partidos como al público en general que la ASA no tiene nada que hacer en ese terreno”, añadió. “Que todos se metan en la cabeza que no van a hacer sonar un silbato y convocar a la ASA cuando el aviso de los otros no les guste”.

 

Un “cerdo volador”

Controvertidos posters políticos -incluyendo un aviso del laborismo que describía al líder conservador judío Michael Howard como un “cerdo volador”- han provocado que la campaña arrancara de manera tormentosa. Graham les escribió tanto a los laboristas como a los conservadores y a los demoliberales que no tiene un rol preestablecido en la regulación de esas piezas publicitarias, cuando están destinadas a ganar voluntades para los votos.

En el año 2000, la ASA ya había dispuesto exceptuar a la publicidad política de la aplicación de las reglas del Comité de Práctica Publicitaria, que rige para todos los avisos no televisivos.

Esa exención, dispuesta en una cláusula del código que rige a dicho Comité, se puso en práctica a partir de ese mismo año y fue insertada a raíz de una dura controversia que había surgido en las elecciones generales de 1997.

Durante esa campaña, la ASA dispuso levantar un poster del Partido Conservador, titulado “New Labour, New Danger” (Nuevo Laborismo, Nuevo Peligro), que mostraba los ojos de Tony Blair como demoníacos, al considerar que “había denigrado ilegalmente” al líder laborista.

Pero poco después, la ASA no fue capaz de hacer lo mismo con un cartel de vía pública del laborismo, titulado “Same old Tories, same old lies” (Los mismos viejos tories, las mismos viejas mentiras), porque adujo que la afirmación de que los conservadores hubieran mentido estaba lejos de su poder de discernimiento.

 

No hubo acuerdo

En junio  último, la Comisión Electoral Nacional no logró que los partidos se pusieran de acuerdo sobre un nuevo sistema de autorregulación. El fracaso se hizo patente cuando, al concluir las reuniones, una vocera de la Comisión anunció resignadamente: “No tenemos ningún rol en regular la propaganda política”.

Todo esto desembocó en la actual declaración de prescindencia de la ASA, que deja a los partidos políticos en sí mismos como las únicas instituciones ante las que el público podrá quejarse si ve algún poster que considere ofensivo para alguien. En cambio, el ente Ofcom sigue reteniendo un rol de control en la publicidad televisiva de los partidos.

El código del Comité de Práctica Publicitaria requiere que los avisos sean “legales, decentes, honestos y veraces”, y Graham dijo que los partidos siempre han rehuido elaborar una respuesta escrita y formal cuando se les pide que sustancien sus quejas. “Los partidos nunca quisieron hacerse responsables, como cualquier anunciante lo hace, si les hacen un pedido que pueda dar lugar a una sustanciación objetiva”, indicó.