Publicidad > México | SEGÚN UNA INVESTIGACIÓN HECHA POR ACNIELSEN, TITULADA “ENTENDIENDO AL CONSUMIDOR MEXICANO”
Redacción Adlatina |
Las mujeres ejercen fuerte influencia en las decisiones de compra
La investigación analiza al nuevo consumidor mexicano, al entorno comercial y las implicaciones en los mercados de consumo. Sus conclusiones más interesantes son que el consumidor mexicano sigue madurando (nuevos estilos de vida, en especial para las mujeres; es más racional en sus decisiones de compra; es más exigente con la relación costo-beneficio y está expuesto a mayores opciones), que el cab
La mujer que trabaja busca productos que tengan menores tiempos de preparación, fácil consumo y salud.
De acuerdo con la investigación publicada recientemente por la filial mexicana de ACNielsen, el nuevo mercado mexicano se caracterizará por tener: • un consumidor que continuará buscando economía en productos para solventar el gasto en servicios y deuda; • una mujer que seguirá ingresando al mercado laboral, demandando productos que le ayuden a jugar su nuevo rol; • unos autoservicios que avanzan con sus esquemas de mayor eficiencia en el abasto, para ofrecer precios bajos; y • una tienda tradicional que continuará cediendo terreno, obligando a los fabricantes y mayoristas a buscar alternativas (productos que aporten valor al tendero y eficiencias para recuperar competitividad). Por otra parte, las recomendaciones que ACNielsen proporciona para tratar con el nuevo consumidor son: • entender las necesidades y aspiraciones de la mujer, que es fundamental para construir estrategias de marca; • penetrar con la tecnología en el hogar que genera oportunidades para productos de mayor conveniencia; • desarrollar conceptos innovadores que aporten beneficios a precios razonables (blindaje contra marcas baratas); y • ofrecer alternativas que incrementen las tasas de consumo en el NSE Bajo, para generar altos impactos de volumen.
La mujer como consumidora El papel de la mujer ha cobrado mayor importancia dentro de la actividad económica, puesto que entre 1990 y 2000 aumentó un 10,3 por ciento. Esto produce que el rol del ama de casa esté aún más diversificado y que sea más complejo. El ama de casa, generalmente, aporta parte de los ingresos al hogar, administra los recursos del hogar, está “obligada” a garantizar que el dinero alcance e influye en la decisión de compra (básicos, emergencias, lujos). Se puede distinguir, como se demuestra en el informe, un cambio en los hábitos de compra de algunos productos entre mujeres que trabajan o no. Las mujeres que trabajan suelen comprar más cereales, más yogurt, más postres y gelatinas preparadas, más fragancias femeninas, más cremas faciales y más colorantes. Estas diferencias corresponderían con la siguiente dinámica de consumo: la mujer que trabaja busca productos que tengan menores tiempos de preparación, fácil consumo y salud. Sin embargo, en las siguientes categorías no se distingue una clara relación entre la compra y la dinámica mencionada. Estos productos son: atolé (bebida de harina de maíz disuelta en agua o leche), consomé, cajeta (dulce de leche para los argentinos, manjar para lo chilenos), café tostado o molido, leche en polvo y mostaza.
La sociedad cambia Pero estas variaciones en el consumo se deben principalmente a los cambios producidos en la sociedad mexicana. Por ejemplo, la disminución del ritmo de crecimiento poblacional genera cambios en el perfil del consumidor. Se demuestra cómo mientras la población económicamente activa aumenta con el correr de los años, la tasa de crecimiento de la población media anual disminuye. Esto en gran parte podría deberse a que la población entre 15 y 64 años a aumentado; representando 50,1 por ciento del total de la población en 1970, 57,2 por ciento en 1990 y 60.9 por ciento en 2000. Al mismo tiempo, se demuestra que la población entre 0 a 14 años ha disminuido, en otras palabras se podría afirmar que bajo la natalidad. Por último diremos que la población entre 65 años y más ha aumentado, sin embargo hay que mencionar que tiene un muy bajo porcentaje, tan solo 5 por ciento de la población en 2003. Otro cambio es que se aprecia un crecimiento del nivel socioeconómico medio. En 1998 representaba al 26, 6 por ciento de la población mientras que en 2003 a 30,5 por ciento. Hay que aclarar que este crecimiento se debió tanto a una disminución del porcentaje total del nivel bajo como del alto, aunque en menor medida. A su vez, hay una orientación a tener familias menos numerosas. Hoy en día, 46,1 por ciento de la población tiene entre cuatro y cinco hijos mientras que 34,4 por ciento tiene entre dos y tres hijos, cifra mayor a la registrada en 1998. Además, según ACNielsen, el desarrollo de comunidades a través de los años de alta densidad tiene un impacto en la concentración de consumo. El 47,7 por ciento de las localidades tienen más de 1000.000 habitantes, en las cuales se produce el 75 por ciento del consumo. Por último, se destaca la creciente importancia de otros satisfactores que influyen en el estilo de vida: 55,4 por ciento de la población tiene VCR/ DVD, 43 por ciento microondas, 22,5 por ciento computadoras, 43,7 por ciento auto, 38,6 por ciento celular, 29,7 por ciento uso de internet y el 21,6 por ciento TV paga.