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Redacción Adlatina |

La mujer del medio

Autora: Adriana Amado Suárez. Buenos Aires: Libros del Rojas, 2003 (208 páginas).

La mujer del medio
Por Orlando Aprile.
Para la autora, la televisión es la mejor amiga del hombre y la socorrida compañía de la mujer en sus horas muertas, de angustia, de novela, de relax. Para este público tiene una inagotable oferta de telenovelas, magacines, tiras, recetas de cocina y chismes del mundo del espectáculo. Entonces, por qué no empezar a ver que dice la televisión de la mujer? Porque no hacer una fotografía de las mujeres que muestra la televisión para armar un álbum de figuras femeninas? Esto es lo que se propuso Amado Suárez.
Como investigadora experimentada partió de esta premisa básica: la televisión es mucho más que un medio de comunicación porque “se ha convertido en un vínculo social que solo se parece a si mismo, una incógnita para los estudiosos, una promesa incierta para los poderosos que se tientan con el presunto poder de las imágenes, una fruición siempre renovada para los espectadores”.

Televidente irredenta
Ya de entrada, la autora confiesa que es una lectora voraz de textos y una consumidora irredenta de medios masivos y particularmente una adicta a la tele. En este libro buscó conjugar todos esos intereses: la investigación, los textos de estudiosos de los medios y –como quiere Orozco Gómez– la televidencia. “Para compensar estos desequilibrios, aclara Amado Suárez, vamos a intentar ver más que hablar, y describir más que reflexionar sobre lo que vemos”. Esta investigación respondió a una consigna: encontrar fragmentos televisivos que tenga a la mujer como supporting role y como destinataria, en la seguridad de que se concibe a la mujer como compradora compulsiva.
A partir de estas hipótesis, “el único criterio de selección del material televisivo fue considerar los espacios de la televisión abierta de no ficción y también los espacios publicitarios. A los que sumó Utilísima, el canal de cable dedicado al público femenino. La intención, confiesa la autora, no fue explicar nada. “Apenas si cumplí con la intención de registrar con espíritu capcioso los fotogramas femeninos que desfilaron en la pantalla televisiva durante el 2002”. A esta asunción de humildad científica (antropóloga improvisada) es preciso agregar que lo hizo con lograda solvencia académica.

Programación registrada
Este recomendado está dividido en seis capítulos tan amenos como detallados. En el primero, La mujer pantalla, toma muy en cuenta la publicidad puesto que el visionado revela que la televisión dedica hoy casi tanto espacio a la publicidad como a la programación. “La publicidad no es solo la fuente principal de ingresos de la tevé sino, además, un género en si mismo”. De esta manera, y juntamente con los programas van desfilando muchos de los comerciales que invadieron la pantalla a lo largo de esos 365 días.
En el capítulo 2, Pedazo de mujer, la autora sigue sumando comerciales y, en algunos casos, los compara con avisos de gráfica de otros tiempos. Los comentarios pertinentes de Giles Lipovetsky llegan como anillo al dedo y, asimismo, la opinión de varios expertos entrevistados. En Las muchachas periodistas (capítulo 3), Amado Suárez registra los programas que las tienen como conductoras o partícipes necesarias. Aquí el fenómeno del techo de cristal se revela en toda su magnitud.
En el capítulo que sigue, La mujer es un ser humano, comenta un informe de la Asociación Argentina de Marketing, obviamente sobre la mujer, y repasa un sinnúmero de temas femeninos como la belleza, el lavado de la ropa (blanco perfecto) y la cosmética. En el capítulo 5, La mujer es utilísima, hace incursión en el cable dedicado exclusivamente a los quehaceres femeninos. En el capítulo final, Bajando el cierre, Amado Suárez adelanta algunas reflexiones y comentarios sobre todo el material registrado. También arriesga algunas conclusiones como esta que citamos. “Entonces podríamos postular que más que imponer modelos femeninos, la televisión es una especie de arcón de los recuerdos que permite que mujeres y hombres vean imágenes, suspiren aliviados y digan, ah sí, estás ahí”. Entonces, lo que verdaderamente importa es que la televisión es uno de los pocos vínculos sociales que todavía no se ha fracturado del todo. En suma, “mientras haya televisión, podremos seguir viéndola, criticándola, disfrutándola pero, especialmente, perteneciendo”.
Para concluir esta recomendación vale sintetizar estos valores.
Lo ameno de la exposición, rara avis en textos de investigación; no en vano la autora se graduó en letras. El detallado registro de campo vinculado con la mujer. Los aportes de los entrevistados, todos sumamente pertinentes. Y las oportunas y frecuentes citas y fragmentos de los Simpsons.

Adriana Amado Suárez es licenciada en letras, magister en comunicación institucional, tiene un postgrado en opinión pública y medios y está culminando su doctorado. Es docente universitaria y autora, entre otros libros, de Prensa y Comunicación, un reciente recomendado de adlatina.com.