Publicidad > Alemania
Redacción Adlatina |

Introducción a la mediología

Introducción a la mediología
El título de este recomendado, conviene aclararlo de entrada, seguramente presenta un equívoco: el de pensar que Mediología es la ciencia que estudia los Medios de comunicación. No es así, puesto que objetivamente la Mediología se especializa en los imperativos de la transmisión frente a las urgencias de la comunicación. Aunque próxima a la Sociología de los Medios, el propósito de la Mediología son las interacciones, tanto pasadas como presentes, que se dan entre la técnica y la cultura y que configuran el proceso mismo de transmisión. Proceso que, obviamente, involucra la comunicación pero que la supera. También toma en cuenta a los medios pero va más allá de ellos puesto que privilegia el fenómeno cultural de la transmisión de lenguajes, valores, creencias, mitos y saberes. Después de dos siglos de esfuerzos, conocemos al hombre que habla (Lingüística), al que también desea (Psicoanálisis), y que asimismo produce (Economía), se agrupa (Sociología), es gobernado (Política), aprende o enseña (Ciencias de la Educación). El hombre menos conocido es el que transmite (Mediología). Mucho más que comunicar Aunque la Comunicación es uno de los ítems prioritarios de la agenda y de las preocupaciones de la sociedad contemporánea, no agota el fenómeno de la Transmisión. Además, como lo advierte Debray, es preciso trascenderlo para precisar objetivamente el análisis. “Comunicar es el momento de un proceso más largo, el fragmento de un conjunto más vasto que denominaremos, convencionalmente, transmisión”. Porque comunicar es transportar una información dentro de un espacio temporal mientras que transmitir es transportar la información dentro del tiempo. La transmisión siempre tiene un horizonte histórico; relaciona un antaño con un ahora y produce un continum denominado cultura. Transmisión es un proceso Como advierte el autor, “no ha habido, ni podrá existir nunca una máquina de transmitir”. La transmisión es una comunicación optimizada por un cuerpo, individual y colectivo. Es siempre un proceso y aunque comienza con la educación no se detiene allí. Este es un proceso complejo, rico, dinámico e integrador pero, también, arduo, azaroso, imprevisible y constante. Va mucho más allá de los paradigmas, de las tendencias y de las oleadas (Toffler). Porque busca explicar el porqué acontecen estos mismos fenómenos. Precisamente, descifrar el porqué se implantan en la sociedad ciertos valores y no otros. Específicamente, porque el fútbol es “pasión de multitudes”, porque la juventud tiene más rating que la madurez, porque tantas y tantas veces la razón se subordina a la emoción. Para los publicitarios, este reconocimiento determina que las creaciones simbólicas, como las marcas, van más allá de la comunicación y de la publicidad. Son, esencialmente, fenómenos culturales difíciles de reconocer y mucho menos de domesticar. Puesto que “no existe creación de valores que no sea producción o reciclaje de objetos y de gestos; no hay movimiento de ideas sin movimiento de hombres y de bienes”. En conclusión, para comunicar basta con interesar; en cambio, para transmitir adecuadamente hay que transformar y convertir. “Comunicación y transmisión no son registros que haya que yuxtaponer sino coordinar. Ambos se sostienen entre sí”. La comunicación es condición necesaria pero no suficiente. Como advertirán los lectores que llegaron hasta aquí, Introducción a la mediología es un libro que se las trae. Debray obliga a leer con cuidado, a pensar, a sacar conclusiones. A iniciar un viaje largo, lleno de incomodidades y exigencias pero, también, colmado de sorpresas y de desafíos. Un recomendado para leerlo de a poco, para subrayarlo y anotarlo, para saber que recién estamos descubriendo un territorio que tiene mucho que ofrecernos y exigirnos. Régis Debray es docente de filosofía en la Universidad de Jean-Moulin, de Lyon, y autor, entre otros textos, de Vida y muerte de la Imagen.