Publicidad > Estados Unidos | ACOSADA POR SERIAS ACUSACIONES DE FALTA DE ETICA EMPRESARIA
Redacción Adlatina |

La Boeing apeló a una solicitada para defender su imagen

Una carta abierta, publicada ayer en forma de solicitada en los principales diarios de Estados Unidos, entre ellos The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal, fue el camino elegido por el gigante de la industria aerea y aeroespacial para defenderse de las acusaciones de haber ganado un enorme contrato de defensa, por fabricación y venta de misiles, con información confidenci

La Boeing apeló a una solicitada para defender su imagen
Phil Condit, chairman de Boeing, firmó una inusual solicitada en defensa de los valores de su compañía, pero reconociendo la inconducta de algunos de sus empleados.
Acosada por una investigación federal y juicios por inconducta empresaria, la Boeing Co. publicó ayer en los mayores diarios de Estados Unidos una solicitada a toda página con una carta abierta destinada a defender la “integridad” y la “honestidad” de la compañía. Al tomar el inusual paso de llevar al nivel público un debate sobre la ética en los negocios de temas de defensa nacional, Boeing reconoció por primera vez públicamente que algunos de sus empleados “se comportaron no éticamente” en la licitación con la compañía rival Lockheed Martin, por un contrato de miles de millones de dólares para la fabricación de misiles de utilización bélica. El aviso-carta abierta, firmado por el chairman Phil Condit, señala que “ha quedado claro que algunos de nuestros empleados no se comportaron como corresponde durante esa competencia” por el contrato de los misiles. Boeing, un gigante de la industria aeronáutica y espacial con base en Chicago, es el mayor fabricante de aviones del mundo y el tercer contratista de defensa, en orden de volumen, de Estados Unidos, con unos 35 mil empleados en su staff. Hace cinco semanas, la compañía reveló que el Departamento de Justicia estaba investigando acusaciones de que había utilizado ilícitamente documentos obtenidos del interior de la Lockheed Martin para ganar el contrato. Enseguida, varios grupos de contralor gubernamentales incrementaron sus críticas hacia la empresa, y pusieron bajo la lupa otros grandes contratos de defensa que Boeing ganó en los últimos tiempos. Acusaciones de fraude El mes pasado, el Pentágono había aprobado un discutido contrato por 16 mil millones de dólares destnado a alquilar 100 aviones jet de Boeing para la Air Force, que serán destinados a tareas de recarga de combustible en vuelo. Algunos miembros del Congreso objetaron el acuerdo como “una donación” hecha a la compañía, sin oposición de ofertas. Un senador -John McCain, republicano por Arizona- llegó a calificar a la operación como “un fraude de la industria militar” norteamericana. Los ataques se intensificaron la semana pasada, cuando un grupo de control publicó un aviso en un diario del Congreso criticando la ética de negocios de la Boeing. Esa fue la gota de agua que rebalsó el vaso y que movió a los ejecutivos de la firma a publicar la carta abierta de ayer martes. Entre los firmantes de la carta hay una extraña alianza de grupos conservadores y liberales, como Project for Government Oversight, Public Citizen y Americans for Tax Reform. Condit señaló en la carta abierta que “normalmente, no deberíamos decir nada hasta que se se complete la investigación judicial”, pero, agregó, “la duda planteada acerca del compromiso de Boeing a los valores de integridad y justicia no pueden dejarse pasar sin respuesta”. “El cuestionamiento sugiere que las acciones de unas pocas personas que se comportaron en forma no ética son representativas de nuestros valores, y no lo son”, define. Un misil confiable y barato El centro del conflicto fue la forma en que Boeing sobrepasó la oferta de Lockheed para el contrato de los llamados “Evolved Expendable Launch Vehicles”, un misil de uso militar especialmente diseñado para ser a la vez confiable y barato en su utilización. Según algunas fuentes citadas por el diario Los Angeles Times, los papeles básicos del proyecto fueron traspasados por un empleado de la Lockheed que cambió súbitamente de lugar de trabajo al ser contratado por la Boeing en 1997. En ese momento, ambas compañías estaban trabajando a full para el desarrollo de tales misiles. Los investigadores creen que al tomar a Kenneth Branch, un ingeniero que pertenecía a la Lockheed, la Boeing obtuvo una “ventaja competitiva injusta” en dicha porfía. Branch se habría llevado consigo miles de páginas con documentos de Lockheed, incluyendo algunas que habían sido clasificadas como “propiedad exclusiva”. Dos años después, la Boeing cesanteó a Branch y a su supervisor, aludiendo a “una violación de la política de la empresa de utilizar información exclusiva de otra firma”. Esto puso en alerta a Lockheed y a funcionarios de la Air Force, que comenzaron a investigar el caso. Un año más tarde, los dos empleados trabaron un juicio a Boeing alegando “injusta cesación de relación laboral”. Aunque un juez de Florida no hizo lugar al caso, los documentos obtenidos durante la fase de investigación impulsaron al gobierno a lanzar su propia investigación del tema. El propio Condit ha estado bajo presión en los últimos tiempos. Una entidad que impulsa “la ética en la función de gobierno” -llamada The National Legal and Policy Center- ha reclamado al Private Sector Council que le retire al chairman de la Boeing un premio que le acaban de conceder, el 2003 Leadership Award, diciendo que “la simple idea de que la Boeing merecería una distinción después de años de conducta antiética nos suena como algo muy poco serio. Por eso queremos que ese premio sea retirado y rescindido”.