Publicidad > Global | HASTA LOS GENERALES EMPIEZAN A OBJETAR LA MANERA DE INFORMAR DE LAS GRANDES CADENAS DE NOTICIAS
Redacción Adlatina |

Infotainment, palabra clave de la controvertida cobertura bélica

El jefe máximo de las tropas británicas en el Golfo se quejó públicamente de la manera superficial en que se informa sobre la guerra, especialmente en la TV. El hecho reactualizó las objeciones que se formulan desde distintos sectores al tratamiento que dan las cadenas a todo lo que les llega desde Irak, con abundancia de efectos escenográficos y auditivos, exceso de conjeturas y, en general, la t

Infotainment, palabra clave de la controvertida cobertura bélica
Mariscal del aire Brian Burridge: “Se está informando superficialmente”.
Antes de comenzar la guerra en Irak, la palabra infotainment aparecía rara vez en los medios de difusión mundiales. Confinado al uso de expertos en comunicación y directivos de cadenas de televisión, el vocablo -sofisticada mezcla entre information y entertainment- alude a la tendencia cada vez más acentuada de “vestir” a las noticias televisadas con efectos especiales (especialmente música y escenografía) para atraer la atención del espectador y asegurar su permanencia en determinado canal o cadena. Por cierto, el infotainment está rodeado de objeciones de todo tipo: muchos analistas lo consideran una manera de “lavar” y trivializar la información, para hacerla más potable al gran público. Muchos agregan a estos objetivos otros más crudamente políticos: el concepto que encierra la palabreja puede ser una manera de disimular la desinformación, en cuyo caso es una pieza más de la guerra psicológica cuando de una guerra se trata. Guerra como la que ahora se libra en Irak, y en la que la palabra ha saltado varios escalones hasta dejar de ser una expresión reservada a los especialistas. Ayer, por ejemplo, el comandante de las fuerzas británicas en el Golfo dejó de lado la temática normal de sus conferencias de prensa y dedicó todo el tiempo disponible a crucificar a la infotainment . “Los medios han convertido a la guerra en un deporte para los espectadores -bramó el mariscal del aire Brian Burridge en el cuartel central de la coalicion de Qatar-. Es más, han armado un reality show con algo tan delicado”. “Una cobertura superficial” El comandante confesó sentirse “frustrado” ante la “cobertura tan superficial” que estaba viendo de la guerra. “Hay demasiada conjetura y muy poco de información directa y análisis fundamentado”, se quejó ante los representantes de los medios, en su mayoría gráficos y televisivos. Aparte, en una entrevista con el diario londinense Daily Telegraph<, fue más allá en su descalificación de la cobertura periodística de la guerra en Irak. “Los medios de difusión británicos han perdido la pista de lo que está pasando aquí. No están apoyando a nadie, no representan nada, sólo critican y dejan caer gotas de información aislada. Es una especie de deporte de espectadores, criticar a algo o a alguien, sabiendo, como se sabe, que los medios siempre alimentan la expectativa pública”. El mariscal Burridge ya había tenido choques con reporteros y enviados especiales durante las reuniones de información de la coalición anglo-estadounidense. Sostuvo que estaba “enojado” porque las cadenas dicen un día que se obtuvo un triunfo y al día siguiente afirman que todo está estancado y que nada se había logrado en la jornada anterior. Los periodistas suelen contestar diciendo que el triunfalismo proviene muchas veces de las propias fuentes militares, y no es su culpa reproducir sus dichos. Pero el enojo del mariscal británico no se limita a los medios televisivos; también objeta el contenido de la prensa gráfica. “Si miran lo que hoy está llenando los diarios, es el equivalente a los reality shows de la TV: una cobertura superficial, con muy pocas noticias reales, muy poco análisis... solamente conjeturas e hipótesis”. Esto no es Hollywood “Los medios pensaban que esto iba a ser una superproducción de Hollywood de una hora y media. Pero no es así. La guerra es sucia, desagradable, fea, y a mi me preocupa que se la intente dignificar con la infotainment”. Burridge no está seguro de que el sistema aplicado en esta guerra -de los periodistas embedded o enrolados en determinadas unidades armadas- sea realmente efectivo. “Tengo una opinión un poco ambigua sobre ese punto. Admito que los periodistas enrolados ven sólo una acción muy localizada, pero, de todas maneras, la práctica sirve para que tengan una vivencia del combate real que de otro modo no tendrían”, estimó. Aseguró estar convencido de que “es bueno que la gente vea lo que estamos haciendo. Lo que ha estado fallando, en cambio, es el trabajo de los programas noticiosos de la televisión, que no fueron capaces de brindar una visión estratégica de los hechos”. Cuando uno de los periodistas de la rueda de prensa le preguntó acerca del progreso de la guerra, el militar volvió a ofuscarse: “Ustedes no deberían informar de cada nimiedad que están viendo y convertirlas en una noticia sensacional. Porque simplemente no es así como son las cosas”. Recientemente, en otra rueda, tuvo un encontronazo que se emitió en vivo con Jawad Omari, reportero de la cadena árabe al-Jazeera, que acababa de mostrar imágenes de soldados británicos muertos. “Yo sé que los directivos de al-Jazeera quieren producir una estación de la que puedan estar orgullosos -dijo-. Quieren lograr una información balanceada. Pero ese informe no es balanceado. Nadie debería enorgullecerse por difundir esas imágenes”. Operaciones de información Los expertos señalan que después de las primeras horas del conficto, en las que se produjo el frustrado intento de “decapitación” del régimen (bombardeo a los lugares donde se suponía estaba Saddam Hussein), y los informes casi sin aliento de los cronistas enrolados que cruzaban el desierto, las noticias reales empezaron a diluirse en una bruma de operaciones combinadas de información. “Hacer zapping en los canales y revisar las páginas de los diarios de Estados Unidos fueron dos cosas que expusieron al lector-espectador a una dosis muy alta de exhibicionismo de tecnología y voyeurismo de medios”, señaló James Der Derian, investigador principal del InfoTechWarPeace Project, perteneciente al foro Lbo-Talk, en el que se discuten temas de economía, política y cultura. “Después del 11 de septiembre, la información bélica pasó a competir con la guerra en sí misma; aquélla se convirtió en un multiplicador de fuerzas, tanto para persuadir como para desviar la atención del que recibe el mensaje”, siguió el especialista. Para Der Derian, “la carta clave de esta nueva arma son los periodistas enrolados con las tropas. Después de las protestas que hubo en la prensa por su exclusión en las invasiones a Granada, Panamá y la primera guerra del golfo, el Departamento de Defensa tuvo la idea de ubicar selectivamente a periodistas en los distintos servicios armados, bien sobre los barcos en el mar o acompañando a las divisiones en el campo de batalla. “Fue una decisión en cierta medida valiente, porque existía la posibilidad de que los militares tuvieran que lamentar una guerra distinta a la que tanto difundieron en los cálculos previos, virtuosa y rápida, que se convirtiera de pronto en una guerra llena de bajas y prisioneros de guerra”. Generales retirados y oficiales de distintos rangos aparecieron en la TV abierta y cerrada, en estudios preparados especialmente, con mapas interactivos y abundantes maquetas para explicar las bondades teconlógicas de las armas de destrucción. Todo ello, sumado a una banda musical de combinó dramatismo con fuerza, redondeó la versión más avanzada de la infotainment. “La relación entre las cadenas y los militares, que siempre pareció íntima, ahora, en tiempos de guerra parece incestuosa”, estimó Der Derian. “Los comentarios de color y los matices de opinión fueron reducidos al máximo con el fondo verde de las imágenes transmitidas por videofono desde el desierto, que se convertían en rojo, blanco y azul al saltar a los estudios”. En las cadenas se inauguraron nuevos sets que trataron de imitar a los salones de los comandantes y centros de control. El caso extremo en esta materia fue el “War room” de la Fox News. “Se crearon gráficos generados por computadora para cada lugar de batalla en Irak, y sus fabricantes fueron las mismas industrias afectadas a la Defensa, como Evans & Sutherland y Analytical Graphics, o firmas que trabajan con satélites comerciales, como Space Imaging y Digital Globe, abastecedores, a la vez, del ejército norteamericano”, señaló el experto. “Una vez más, la imagen triunfó sobre la palabra -concluyó Der Derian-. Cuando lo que se veía en pantalla era difícil de entender, los famosos conductores de los noticieros se vieron limitados a pedirles explicaciones a sus reporteros. Apoyar a las tropas fue el método elegido para evitar todo análisis o juicio de valor acerca de cuándo se justifica el uso de la fuerza, bajo qué circunstancias o con qué consecuencias potenciales”. Es muy difícil que la maquinaria que utiliza el infotainment renuncie a usarlo en un futuro inmediato. Porque esa técnica asegura no sólo una cobertura más extensa en el tiempo, sino también un atractivo visual y auditivo contra el cual no podría competir la emisión seca y despojada de las noticias. Hay que tener en cuenta que para una emisión “wall to wall”, sin publicidad, como realizó la TV estadounidense en la primera semana de la guerra, las informaciones potables son siempre escasas. El mariscal del aire Burridge seguramente no ignora que en ese contexto no hay posibilidad de emitir una cobertura informativa “sólo con hechos y análisis, sin conjeturas y pequeñeces”. El infotainment, trivializador de los hechos más graves, “ha llegado para quedarse”, como dice la clásica expresión norteamericana.