Publicidad > Estados Unidos | ESTUDIO DE CUATRO ESPECIALISTAS DE LA UNIVERSIDAD DE MICHIGAN DESARROLLADO ENTRE 1977 Y 1992, QUE ACABA DE PUBLICARSE
Redacción Adlatina |
Los adultos que vieron TV violenta en su infancia son más violentos
Publicada ayer en la revista Developmental Psychology que edita la Asociación Estadounidense de Psicología, la investigación de Rowell Huesmann, Jessica Moise-Titus, Cheryl-Lynn Podolski y Leonard D. Eron se titula “Longitudinal Relations Between Children’s Exposure to TV Violence and Their Aggressive and Violent Behavior in Young Adulthood: 1977–1992”. Los especialistas habían entrevistado a 557
Así ilustró la revista india The Week, cuatro años atrás, una nota sobre el tema, que preocupa a investigadores, medios y publicitarios de los cinco continentes.
Cuando supo de la investigación de Huesmann, Moise-Titus, Podolski y Eron, la educadora y escritora Bárbara Coloroso comentó sorprendida: “Durante tanto tiempo dijimos ‘No se puede establecer una relación tan clara. No se puede establecer una relación tan clara’. Pero la violencia televisiva es parte de la fábrica de la vida infantil y uno no puede borrar esa amenaza tan fácilmente”.
Algunos de los hallazgos del estudio son:
• Los hombres que durante su infancia miraron mucha televisión violenta tienen mayor facilidad para empujar o sacudir a sus esposas. A su vez, tuvieron mayor tendencia a responder con un empujón a cualquier clase de insulto, a ser condenados por un crimen o a cometer infracciones de tránsito. En estos puntos, la relación en esa tendencia con la registrada en otros hombres fue de tres a uno.
• Las mujeres que de pequeñas miraron mucha televisión violencia tienen más facilidad para arrojarles algo a sus esposos. A su vez, muestran mayor tendencia a responder a insultos con empujones, golpes o intentos de estrangulamiento. Como los hombres, estas mujeres suelen tener un prontuario criminal y tener más facilidad para cometer infracciones de tránsito. En este caso, la relación con las demás mujeres es de cuatro a uno.
• “Las peores escenas violentas que generan en los pequeños espectadores comportamientos de emulación –explican los investigadores– son aquellas en las que los televidentes se identifican con el personaje que perpetró el acto violento, el atacante es premiado por su violencia y los niños perciben que la escena les muestra cómo es la vida en realidad”.
El método del estudio incluyó, en los años 70, las preguntas –hechas a los entonces niños– de cuáles programas violentos miraban más, con qué personajes se identificaban y hasta qué punto les parecía que las situaciones violentas que veían en la tele les parecían realistas. En ese momento, algunos programas considerados entre los más violentos fueron el Correcaminos y Starsky & Hutch. Quince años después, los 329 entrevistados respondieron cuáles eran sus programas favoritos como adultos y sobre su comportamiento agresivo. Las esposas (y esposos) y amigos de los participantes también fueron entrevistados: se les pidió que calificaran la facilidad con que los participantes generaban un comportamiento agresivo. Los investigadores también tuvieron acceso a archivos criminales y prontuarios de violaciones a las reglas de tránsito.
Ante la pregunta –hecha por la prensa local– de si son los niños agresivos por naturaleza los que miran más programas violentos o es la TV la que los transforma en personas violentas, uno de los autores del trabajo, Huesmann, respondió: “A partir de nuestra investigación, yo concluiría que es más probable que la exposición a la violencia televisiva incremente la agresión en un niño (y, posteriormente, en la persona adulta que ese niño será algún día).
La principal conclusión, finalmente, se refiere a la posibilidad de prevenir la influencia negativa de la violencia televisiva en los niños:
• Los estudios han demostrado que si los padres miran este tipo de programas con sus hijos y comentan con ellos el comportamiento de los personajes, el efecto violento se reduce sensiblemente. Y no sólo eso: el niño se identificará mucho menos con el personaje violento –que a partir de los comentarios de sus padres ha dejado de ser tan admirable como parecía hasta un momento antes– y, sobre todo, su percepción de que esa violencia que se muestra en la televisión es el modo en que la vida ocurre en la realidad prácticamente desaparecerá.
Directo al original
Los lectores que deseen acceder a la versión completa de la nota publicada en Developmental Psychology, en formato PDF, podrán hacer clic aquí: Longitudinal Relations Between Children’s Exposure to TV Violence and Their Aggressive and Violent Behavior in Young Adulthood: 1977–1992