Publicidad > EEUU Hispano | UN FENÓMENO DESTACADO ANTEAYER POR UNA NOTA DEL DIARIO LOS ANGELES TIMES
Redacción Adlatina |

El consumo latino de carne provoca cambios en la oferta

La industria estadounidense de la carne, en particular en la zona sur de California, está viéndose obligada a reconsiderar cuán frescos son los productos que se ofrecen al consumidor, a partir de las exigencias del público latino, acostumbrado en sus países de origen a hacer las compras todos los días y a consumir productos recién faenados (algo que no figuraba, hasta ahora, entre las prioridades

El consumo latino de carne provoca cambios en la oferta
La Mexican American Grocers Association estima que la cantidad de carnicerías independientes que existen en todo el estado rondan las 4.800, la mayoría de ellas en Los Ángeles.
El artículo de Los Angeles Times, firmado por Elena Gaona, obviamente publicado en inglés, está plagado de palabras en español que sirven, evidentemente, para que el lector anglosajón promedio reconozca los vocablos que día a día descubre en los carteles de las carnicerías u oye en las conversaciones de sus momentáneos compañeros de cola en el mercado: carnicería, albóndigas, carnes, cortes latinos, milanesa, ranchera, diezmillo (mal escrito diesmillo), tortillerías, panaderías, carne asada, longaniza, menudos y hasta familias son algunas de las expresiones que pueblan un análisis de tiempo y de lugar que sirve para describir a fondo un fenómeno que parece estar modificando, incluso, los hábitos de los consumidores anglosajones. De acuerdo con la nota, los pequeños y medianos supermercados de la región están agregando a su oferta cortes de carne que hasta el momento desechaban y, además, incorporando a su staff a carniceros de oficio, como un modo de permitir que un público que ellos consideran casi especializado encuentre en sus locales lo que estaba buscando. Algunas de las cadenas pioneras en experimentar esos cambios fueron Superior Warehouses, Jon’s, Northgate’s, Tresierra’s y El Tapatío. Y últimamente se agregaron a la lista algunas marcas más importantes, como Kroger Co., Vons Cos. y Albertson’s Inc. “El consumidor latino está haciendo enormes modificaciones en la industria de la carne”, declaró a Los Angeles Times Bruce Berven, director ejecutivo del California Beef Council. Los californianos gastan cada año entre 5.000 y 6.000 millones de dólares en carne, y cerca de la tercera parte de ese gasto corresponde a consumidores latinos, afirma Berven. El promedio de veces a la semana que ese público consume carne (de cuatro a cinco) es claramente superior a la frecuencia con que el resto de las consumidores lo hacen (alrededor de dos veces por semana), y eso hace que el porcentaje de sus ingresos que un consumidor latino dedica a la compra de carne sea mucho mayor que el de un consumidor no latino. Un representante de la Mexican American Grocers Association, Steve Soto, informó además que lo que hace un consumidor latino cuando va al mercado no es únicamente proveerse de alimentos: “Además de aprovechar para conocer los puestos y los vendedores, se toma su tiempo para la parte social y hasta llega a hacer amigos”. Esta asociación estima que la cantidad de carnicerías independientes que existen en todo el estado rondan las 4.800, la mayoría de ellas en Los Ángeles. “No es una exageración decir que un carnicero merece la misma confianza que un médico -afirma Justo Frías, presidente de Gigante USA Inc., una cadena de supermercados basada en Santa Ana y perteneciente mayoritariamente a capitales mexicanos-. Uno descansa en su conocimiento sobre buenos cortes para obtener carne fresca, por eso debe confiar plenamente en él”.