Cine Publicitario > Latinoamérica | LOS GESTORES DE UN PROYECTO SOLIDARIO EXPLICAN LA IDEA
Redacción Adlatina |
Responde Alejandro Saevich, cofundador y socio de la productora Madrefoca, de México: sus explicaciones alcanzan y sobran para entender la idea y valorar los resultados de la acción concebida junto a sus socios y también cofundadores Vanessa Hernández y Jorge Aguilera.
―¿Cómo surgió el proyecto?
―Por las ganas y la responsabilidad de ayudar. En la redes sociales notamos que se estaban propagando altísimos niveles de ansiedad e incertidumbre. Y eso contagia, angustia. No ayuda. La gente, nuestros colaboradores, nosotros mismos, de repente éramos presa del miedo. Imaginamos entonces lo que serían pequeñas burbujas de tranquilidad en medio de lo que estábamos viviendo. Un regalito a las redes, un cachito de poesía, un contrapunto a todo eso que nubla el pensamiento y te deja estático. Un paréntesis al bombardeo de noticias duras y tristes, tan difíciles de comprender.
―¿Está pensado para ayudar a quiénes, concretamente?
―México es un país muy solidario. Y muy desigual. Muchas de las personas con las que colaboramos son técnicos que viven al día, que no cuentan con ningún tipo de seguro o asociación que los ampare o que los cobije. Y la crisis les iba a pegar a ellas y a ellos más que a nadie. Así fue que surgió la idea de pedirles a nuestras fotógrafas y fotógrafos amigos, con los que siempre colaboramos, que nos ayudaran levantando material con el mejor equipo que tuvieran a la mano, en su lugar de confinamiento. La premisa: imágenes bellas, contemplativas, que generaran paz, armonía. Un descanso a todo aquello que nos angustiaba tanto. Nosotros las editaríamos, les haríamos un diseño sonoro, compondríamos canciones para terminar la piezas. Músicos, diseñadores sonoros, editores, todos quisieron ayudar.
―¿Cómo funciona y qué éxito van teniendo?
―A los fotógrafos les ofrecíamos el equivalente a un día de rodaje, pero les pedíamos que, en vez de cobrarlo, nos dijeran a quién de sus colaboradores querían donar sus honorarios. Hoy la lista de beneficiados ya llega a casi 40 personas. Son muchas familias que van a recibir una pequeña ayuda en tiempos muy complicados e inciertos. El éxito del proyecto, pues, es todo eso. Todo eso que ya sucedió. ¿Lo más hermoso del proyecto? Que sigue vivo y que disparó un montón de propuestas de colaboración, de ideas y de gente sumándose: directoras y directores de arte, más fotógrafos, músicos y actores nos ofrecen la ayuda que tienen a su alcance. Otras casas productoras mexicanas tomaron la iniciativa de Un Paréntesis y la replicaron con sus propios colaboradores. Eso nos llena de alegría, porque justamente de eso se trata, de replicarlo para ayudar a los que más lo necesitan, con lo que podamos.
―¿Cómo sigue?
―Hoy estamos generando nuevas piezas que tendrán la posibilidad de ayudar a todavía más gente. Iniciamos esta primera etapa colaborando con cine fotógrafos, pero son muchos los departamentos con los que ya estamos trabajando y que también necesitan ayuda. Obviamente, nosotros no podemos solos, y por eso nos llena de gusto y agradecimiento cuando se nos acercan anunciantes que quieren aportar para que el dinero siga en movimiento, mientras las redes van recibiendo piezas de calidad que armonicen con un poco de calma, belleza y generosidad el complicado panorama que nos rodea.
CINCO CORTOMETRAJES RESULTADO DE “UN PARÉNTESIS”
Albatros, por Flavia Martínez
Flux, por Federico Barbabosa
No encierro, por Matías Penachino
Origen, por Sophia Stieglitz
Picabú, por Emilio Valdés