Publicidad > Argentina | SIGUIÓ EL “CICLO DE GENIAS”
Por Redacción Adlatina |

Vanina Rudaeff en Adlatina Live: “Coincido con Savater en que la solidaridad convierte a una muchedumbre en sociedad”

La CEO de The Cyranos Argentina, agencia nacida justo antes de la pandemia, venía de ser durante casi seis años CEO de J. Walter Thompson; antes había pasado por Ponce Buenos Aires y por Vegaolmosponce. Además fue distinguida en la primera camada de Women to Watch de su país, en 2015. Ayer, en vivo en el Instagram @adlatinagroup, recorrió la falta de recetas del momento actual, el precise marketing, los aprendizajes de la cuarentena y el desafío de dirigir una agencia.

Vanina Rudaeff en Adlatina Live: “Coincido con Savater en que la solidaridad convierte a una muchedumbre en sociedad”
“Mi mensaje final es que seamos todos muy humanos”, cerró Rudaeff su diálogo en vivo con Adlatina.
―Es inevitable comenzar hablando de la pandemia, de la cuarentena, del aislamiento y de sus consecuencias en la industria: ¿hay recetas a seguir, hay manuales?
―Creo que no: esto sorprendió a todo el mundo y nadie tiene ninguna clave. Lo que para mí mejor funciona es mostrar lo que uno siente. Uno debe apelar a su sentido común, conectarse con lo que desde su corazón y sus sentimientos puede expresar: esto es muy inusual en todo aspecto, desde lo profesional hasta lo hogareño. Y hay que asumir todo con esa humildad, diciendo “no sé de qué se trata esto” y para mí eso es importante para nosotros como publicitarios. Porque somos híper responsables de lo que hacemos: y creo que no es algo que impere demasiado en nuestra industria. A veces falta un poco de humildad. Celebro, sí, a las marcas que pudieron reaccionar desde lo que son y desde un lugar que haya provocado un aporte o un cambio interesante para bien. Pero la crítica de si un logo se cambia o no, o esos comentarios más chiquitos, sí me molestaron. En cuanto a mí, me conecté más con lecturas y con escuchar gente piola, entre otras cosas. Creo que estoy escuchando cosas nuevas, distintas. Entre ellas, a Fernando Savater, filósofo español que vive en San Sebastián, que dice que la solidaridad convierte a una muchedumbre en sociedad. Creo que algunas marcas lograron dirigirse a esa sociedad; otras, no. Sí me hubiera gustado ver a alguna marca atreverse algunas cositas distintas, propias, pero no vi.

―Probablemente no les resulta fácil.
―¡Seguro! Es que esta situación tan extraordinaria nos puso un espejo gigante frente a nosotros como humanidad, y creo que empezó a hablarse de temas que hasta hace poco estaban tapándose por completo. ¿Diversidad, racismo? Hoy no hay tema que no se toque, que no se vea. Estamos todos frenados y mirándonos como especie.

―Conversando antes de esta entrevista usted me dijo que era el momento de precisar acciones de marketing. ¿Lo ampliaría?
―Sí, yo creo que en esa charla lo que comentábamos era cómo revisar el rol de cada actor de este ecosistema que integramos las agencias y los anunciantes. Creo que la crisis económica y la pandemia, mezcladas, nos obligan a un montón de replanteos. Si tengo que hacer una metáfora, creo que la humanidad completa está en un market test de lo indispensable. Nos están probando a ver cómo funcionamos con lo absolutamente indispensable. Algo que, para muchos, es completamente nuevo. Si lo indispensable es tener sólo tu casa como locación; o sólo comprar online; o comprar muchísimas cosas menos; ¿cómo te manejás? A partir de esto, empresas y marcas van a tener que ser más precisas: a eso me refería en nuestra charla. Hasta los que manejan la data y la programática van a tener que hacerlo de una manera distinta. No sé si esto está en un libro de marketing, y diría que no, pero surge de la observación. Pero a eso estamos dedicados en la agencia con nuestros partners: al precise marketing.

―Justo en la redacción de Adlatina estábamos pensando hacer una consulta referida a esas cuestiones: qué herramientas nuevas de marketing se están incorporando y cuánta precisión se está sumando al marketing. Y lo mismo con las agencias: hasta qué punto están cada vez involucrándose más en el negocio de sus clientes.
―Bueno, en realidad eso fue siempre así. Yo nunca pude concebir una agencia que no estuviera involucrada en el negocio de sus clientes: para mí, ese es el único rol que tenemos como agencias. Es cierto, estamos evolucionando a nuevas etapas en nuestro vínculo entre agencias y anunciantes, como dice una de las últimas notas de consulta de Adlatina; pero la publicidad siempre ha sido un proveedor de enorme impacto en el negocio de todos sus clientes.

―Saliendo un poco de la formalidad, ¿con este aislamiento incorporó alguna habilidad nueva en estos tiempos, aprendió algo?
―Yo siempre fui muy de hacer artesanías, algo heredado de mi vieja. Cocinando soy un desastre, pero con las artesanías me defiendo.

―Acá dicen que es una artista.
―¡Bueno, no creo que tanto! Pero sí estoy en estos días haciendo una enorme alfombra punto a punto, y aprendí a hacer macramé, y me encanta estar haciendo tantas cosas nuevas y distintas. Y en otros aspectos, conectarme con tanta gente sólo a través de un clic me parece maravilloso.

―Acá preguntan: ¿algo que disfrute y que padezca de estar al frente de una agencia?
―Disfruto mucho de estar en una mesa tan chica de decisiones. De tener muchisisisisisisísima libertad para mis decisiones. Yo disfruté cada etapa de mi vida, pero a esta la estoy disfrutando en particular. Por supuesto, decidiendo siempre al lado de Leandro Raposo y Gustavo Martínez, que como socios son dos capos totales y de los que aprendo cada día. ¿Qué padezco? Estar arrancando un proyecto en una situación tan tan tan insólita; pero bueno, hay gente que está padeciendo mucho más que yo, eso está claro.

―¿Y qué desafíos ve en esta etapa?
―Para mí, lo más importante es que seamos todos muy humanos. En la agencia, más que desafíos complejos, tengo desafíos lindos: en unos días llega el DGC de la agencia que viene del exterior, y además en breve estaré en muchos más proyectos con la agencia de España y con Leandro Raposo y su equipo: todo me da más ganas, la verdad. Pero bueno, mi mensaje final es ese, que seamos todos muy humanos.