Digital > Global | COLUMNA SOBRE MARCAS Y METAVERSO
Redacción Adlatina |
El director de grupo de Ipsos México sostiene que la pregunta no es si las marcas incursionarán en el metaverso, sino cuándo y cómo lo harán.
El mundo se mueve a una velocidad nunca vista y el dinamismo del mundo digital ha obligado a las marcas a adaptarse rápidamente a entornos parcialmente conocidos y con muchas aristas aún por descubrir. Al igual que se hacía en los años 60 sobre la televisión o en los 90 sobre internet, hoy las marcas están discutiendo, analizando y evaluando la mejor manera de acceder al metaverso, aún cuando este entorno no está completamente desarrollado en la actualidad.
Iniciemos tratando de definir qué es el metaverso. Hoy se define como un ecosistema conectado que integra una gran cantidad de tecnologías digitales en que los mundos físico y digital se funden para proveer experiencias “figitales” a lo largo de nuestro día a día. Si bien para la mayoría de nosotros actualmente es una incursión limitada, ya sea a través de juegos, entretenimiento o experiencias de compra, lo que se busca es proveer un entorno para trabajar, socializar y divertirse de manera integral.
De acuerdo a nuestras más recientes investigaciones, el 35% de las personas afirma tener “familiaridad” con el metaverso, pero en Ipsos sabemos que quienes mayormente están familiarizados con este entorno son los grupos más jóvenes de la población (52%) y especialmente aquellos que conocemos como “gamers” y, si bien dicen conocerlo, los pertenecientes a este grupo tienen dudas sobre el futuro de este ecosistema.
Pero ¿qué significa esto para las marcas? Sin dudas, despliega un gran número de oportunidades de contacto, comunicación e interacción inmersiva, pero también abre una serie de cuestionamientos sobre el papel que las marcas jugarán en este entorno: desde el entendimiento que se tenga del “medio” en sí mismo y su efectividad como canal de comunicación y vinculación, la composición de sus audiencias y actividades, hasta identificar el valor que aporta para los anunciantes y su capacidad de conversión a compra.
La pregunta no es si las marcas incursionarán en el metaverso: la pregunta es cuándo y cómo lo harán. Hoy las marcas deben experimentar el metaverso, probar nuevas fórmulas y tomar riesgos calculados para familiarizarse y familiarizar a sus audiencias con esta nueva forma de socializar, jugar y trabajar, extrayendo aprendizajes de cada incursión y contribuyendo al aprendizaje colectivo sobre este nuevo canal de interacción con los consumidores.
El horizonte es amplio y las posibilidades, infinitas, pero las marcas deben considerar tres elementos clave para su incursión en el mundo “figital”:
• Acceso al entorno: es decir, ¿qué dispositivos requiere nuestro consumidor para tener presencia? De poco servirían nuestros esfuerzos en el metaverso si nuestras audiencias clave no puede acceder a él.
• Infraestructura: aún hoy, este entorno está desconectado y fragmentado y se requiere colaboración entre múltiples actores para desarrollar protocolos sin costuras que conviertan al metaverso en un ecosistema vivo en el que se materialice la convivencia de entornos físicos y digitales.
• Usabilidad: es decir, garantizar que el entorno es fluido, accesible y amigable para que la marca lo utilice como un lugar de interacción con sus consumidores y logre sus objetivos de negocio.
Conjuntando estos elementos, garantizamos acceso a las audiencias correctas, generamos una experiencia realmente inmersiva y provocamos que la interacción del usuario con las marcas en este entorno fluido entregue una experiencia accesible, atractiva y valiosa. La búsqueda por encontrar la mejor manera de incorporar a las marcas en el metaverso está comenzando y promete ser un proceso apasionante y lleno de posibilidades para aquellos valientes que decidan dar el primer paso.
Usted, ¿qué espera?