Publicidad > Global | AUNQUE SE PIENSE LO CONTRARIO
Redacción Adlatina |
(Ad Age) (Por PJ Pereira. creative chairman de Pereira O’Dell) - Una amplia gama de pasiones personales es una red de seguridad cuando llega la frustración, y el secreto de la longevidad profesional.
Soy cofundador de una agencia creativa y publicitaria desde hace más de 30 años. Pero también soy artista marcial con múltiples cinturones negros, novelista desde hace 12 años y padre y marido que ha vivido en cuatro ciudades y en dos países. ¿Cómo hago todo eso? La respuesta está en la propia pregunta: He podido hacer todo eso porque hago todo eso.
El burnout laboral se ha convertido en un tema candente últimamente, sobre todo en un mundo en el que los límites entre la vida laboral y la personal se han vuelto más difusos. Y como el problema se manifiesta como una forma de cansancio extremo, a menudo se nos hace creer que la solución es hacer menos. Yo tengo una teoría diferente.
Una vez escuché que el agotamiento no es el resultado de un exceso de trabajo, sino el resultado del resentimiento hacia tu trabajo y cómo te impide hacer otras cosas que te importan. Eso me hizo pensar.
La mayoría de las personas que conozco que llegaron a esa etapa de "agotamiento" coinciden con la descripción. Han trabajado duro durante un tiempo, tanto que han dejado de lado otras cosas importantes. Un día miraron atrás y se preguntaron por qué.
Cuando empecé a prestarles más atención, me di cuenta de que este momento de reflexión y decepción solía ocurrir cuando algo salía mal. Un proyecto en el que habían estado trabajando duro se echaba a perder, una idea que les encantaba se pasaba por alto, un ascenso no se producía o incluso alguna relación fuera del trabajo se venía abajo, y entonces ya era demasiado tarde.
Ese es el momento en que el trabajo se convierte en algo terrible, casi una violencia contra su espíritu y su identidad. No tienen la energía ni el deseo de arreglarlo; sólo quieren arreglar todo lo demás que el trabajo estropeó. Están quemados.
El burnout es el resentimiento hacia el trabajo
Hace un tiempo le consulté a Kurt Osiander, luchador de jiu jitsu, cómo salir de una posición particular en las artes marciales, en la que me encontraba con demasiada frecuencia. Se rió. "Si te encuentras ahí", me dijo, "te jodiste hace mucho tiempo". Entonces me enseñó el movimiento que debería haber hecho en primer lugar, y fue uno de esos momentos que lo cambian todo.
Me di cuenta de que podía aplicar este sencillo concepto para resolver muchos problemas de mi vida, incluido el burnout.
Si el agotamiento es resentimiento, esperar a que suceda para intentar remediar el daño no puede ser el enfoque adecuado. En lugar de eso, puede que necesites invertir tiempo en asegurarte de que otras partes importantes de tu vida nunca queden marginadas por culpa del trabajo. O, al menos, que siempre tengas algo más en marcha a lo que puedas aferrarte cuando se desate una crisis en el trabajo.
Parece contraintuitivo volverse más ocupado para prevenir una dolencia que siempre pareció causada por trabajar duro, pero una vez que rebobinas y analizas el resentimiento y las causas, resulta más fácil prevenirlo. Puedes hacerlo cultivando un amplio abanico de pasiones en tu vida, porque eso te permitirá tener una red de seguridad cuando te llegue la frustración laboral. Para los profesionales creativos, es fundamental porque nuestro orgullo por el trabajo está muy cerca de nuestro sentido de la identidad.
Aunque adquirir pasiones fuera de tu trabajo puede quitarte tiempo y energía que sientes que no tienes, también te obligará a ser más eficiente. Además, mantendrá vivas las cosas que te gusta hacer y te hará sentir creativo, de modo que si el jefe acaba con tu idea favorita, la jardinería, correr o pintar te darán tiempo para recuperarte.
A la larga, esto alargará tu carrera al menos una década, seguro. O el placer que le puedas sacar, que es lo mismo.
Esto me pasó a mí. Después de 30 años en el negocio, me doy cuenta de que muchos proyectos fracasan, se pierden lanzamientos, la gente deja la agencia, la vida pasa. Para mí, fue una mezcla de literatura y artes marciales. A los 50, acabo de publicar mi quinta novela y estoy trabajando para conseguir mi cuarto cinturón negro.
Ahora, cada vez que un proyecto no sale como yo quiero, tengo un momento de frustración -y sé que puedo sentirme así durante una semana o un mes-, pero como no he estado descuidando todas las demás áreas importantes de mi vida, al menos no siento que todo mi mundo se esté desmoronando. No soy un fracaso. Puedo curarme.
¿Puedo demostrar que el burnout es el resultado del resentimiento? No. ¿Puedo demostrar que estar más ocupado es la respuesta? No. Pero entre la observación y la práctica durante mi carrera, puedo asegurar que ésta es una creencia que me ha servido mucho en la vida.