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Redacción Adlatina |
La directora de cuentas de Ipsos UU (Qualitative) en Argentina analiza la integración de la IA (inteligencia artificial) y la HA (inteligencia humana), y cómo se potencian y transforman.
En un momento en que la inteligencia artificial domina los titulares, Ipsos destaca la sinergia entre ella y la inteligencia humana, priorizando la integralidad como piedra angular de sus principios. Esta fusión constituye el núcleo de la filosofía de la compañía, y de la plataforma de sus nuevas metodologías.
La inteligencia humana posee una capacidad única para imaginar, crear y explorar, y es el motor del proceso. Permite descubrir lo excepcional y otorgar voz a la persona detrás de los datos. Es un viaje con la empatía como brújula.
Por otro lado, la IA desempeña un papel crucial. Su integración brinda eficiencia y surge como una fuente inagotable de ideas. Más que una amenaza, la IA debe ser considerada una herramienta que potencia el trabajo, agiliza los procesos y amplía la visión.
En Ipsos, la conjunción de la IH y la IA nos permite generar soluciones innovadoras, como los workshops potenciados con IA, entre otras metodologías. Cada actividad se prepara de antemano, incorporando toda la información del proyecto a la IA y diseñando promptsad hoc para integrar en las tareas del taller. La IA facilita la generación de estímulos para la ideación de los participantes, la reducción de los procesos de análisis, la apertura de perspectivas y la evaluación de diferentes escenarios.
Un ejemplo de la eficacia de este enfoque es una experiencia de talleres realizados en Ipsos Ecuador, en los que, con apoyo de IA, se generaron más de trescientas ideas, se evaluaron y clasificaron según su potencial de éxito y se consideraron su contexto social y económico y sus posibilidades dentro de la empresa.
Este ejemplo, entre otros, nos hace creer que esta combinación de IH con IA es la que orienta a la industria hacia el futuro.
La clave radica en la calidad de los datos con los que se entrena la IA. Es importante que estos datos sean relevantes, representativos y perdurables en el tiempo.
Con frecuencia, modelos de IA estándar, incluso los modelos lingüísticos grandes (LLM), pueden quedarse cortos al intentar entender las necesidades humanas y su comportamiento. Sin embargo, si “humanizamos” la IA, es decir le incorporamos la inteligencia humana mediante datos de consumidores reales, podemos potenciar el éxito de las innovaciones.
La IA no es sólo una herramienta analítica: también puede ser una herramienta creativa. En la fase inicial de ideación de un producto, la IA generativa puede ayudar a concebir nuevas ideas. Mientras que, en la fase de evaluación, la IA analítica puede ser útil para analizar su potencial en el mercado.
En definitiva, la humanización de la inteligencia artificial, mediante su integración con la inteligencia humana, ofrece interesantes perspectivas para el futuro de la investigación de mercados y de la innovación. Por lo tanto, el futuro de la industria estará marcado en gran medida por nuestra capacidad de entrenar la IA con buenos datos de consumidores reales. En este momento crucial, en la cúspide de una revolución tecnológica, los seres humanos y nuestra infinita complejidad seguimos estando al centro de la transformación.