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Redacción Adlatina |

Noelia Chessari, Paulina Cruz, Giuliana Tommasi y María Ferreiro: la curiosidad siempre viva

La Founder y CEO de Ninch Communication Company, la marketing senior director de Bodega Aurrera en Walmart México y Centroamérica, la directora y ejecutiva de desarrollo de The Maestros cine y la CEO de Montalvo serán distinguidas mañana, junto a otras doce mujeres del país, en el hotel Four Seasons de la ciudad de México. En diálogo con Adlatina hablaron del amor por su actividad, de aprendizaje y enseñanza y del uso de la inteligencia artificial en su profesión.

Noelia Chessari, Paulina Cruz, Giuliana Tommasi y María Ferreiro: la curiosidad siempre viva
Chessari, Cruz, Tommasi y Ferreiro: mujeres líderes.

Noelia Chessari
FOUNDER Y CEO DE NINCH COMMUNICATION COMPANY

¿Qué la llevó a enamorarse de la actividad que ejerce?
Amo la comunicación desde que comencé a escribir poesías a los 9 años. Desde que tengo memoria amo la comunicación en todas sus formas. Estudié y ejercí el periodismo durante años; luego me metí más de lleno en el diseño; más tarde, en la industria de la comunicación como un todo. En Ninch lo llevamos al extremo bajo el lema “Create or die”, porque creemos que si no apostás a crecer y crear, corrés el riesgo de desaparecer.

¿Qué enseñanzas y aprendizajes ha experimentado, en ambos sentidos —hacia ellos y desde ellos—, entre usted y su equipo de trabajo?
El aprendizaje es mutuo: aporto visión, estrategia y convicción; recibo ideas frescas, disruptivas y audaces. Construimos una cultura colaborativa en la que cada voz desafía lo convencional. El resultado: un equipo con un mindset de outsiders que crea sin filtros.

¿Qué expectativas le genera la posibilidad de utilizar programas de inteligencia artificial en su actividad? ¿Qué encuentra a favor y qué en contra?
La IA nos permite sacar nuestra mejor versión, ser más rápidos y más sensibles. Con Ninch Minds, entrenamos al equipo para liberar lo humano: que la IA escuche, detecte tendencias y optimice ejecuciones, mientras nosotros creamos desde la profundidad, la emoción y la cultura. El riesgo es volverse automático. Ahí radica nuestra misión: que la tecnología potencie nuestra creatividad, sin apagar la chispa humana.

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Paulina Cruz
MARKETING SENIOR DIRECTOR DE BODEGA AURRERA EN WALMART MÉXICO Y CENTROAMÉRICA

¿Qué la llevó a enamorarse de la actividad que ejerce?
Me enamoré del marketing porque me permite crear y dar forma a ideas, organizar y estructurar caminos para que se conviertan en realidad. Ha sido una aventura única que me ha llevado a conectar con diferentes personas, culturas y realidades; al escucharlas, he comprendido los porqués que realmente importan y he ampliado mi visión. Lo que más me apasiona es esa mezcla entre creatividad, análisis y empatía que da sentido y propósito a mi día a día: transformar aprendizajes y la data en propuestas que funcionan para otros, que resuenan en su vida cotidiana y que generan un impacto real tanto para las personas como para los negocios.

¿Qué enseñanzas y aprendizajes ha experimentado, en ambos sentidos ―hacia ellos y desde ellos―, entre usted y su equipo de trabajo?
Soy afortunada de haber trabajado con equipos que han marcado profundamente quién soy hoy. Con ellos aprendí que siempre hay nuevas perspectivas que explorar y que cada persona aporta talentos únicos y un gran valor humano. Lograr la sincronía entre esas capacidades y las cualidades personales es lo que realmente multiplica los resultados. También me han dejado grandes aprendizajes personales. Me han enseñado a ser menos dura conmigo misma, a disfrutar no sólo del esfuerzo, sino también de las pausas, las risas y los logros compartidos. Hemos aprendido a crecer juntos y a reír incluso en medio de los retos. Por mi parte, busco inspirarlos, acompañarlos y retarlos a crecer. Para mí, liderar significa crear un entorno en el que la curiosidad se mantenga siempre viva, en el que las preguntas y los cuestionamientos sean bienvenidos y en el que cada uno se complemente con el otro para alcanzar los objetivos.

¿Qué expectativas le genera la posibilidad de utilizar programas de inteligencia artificial en su actividad? ¿Qué encuentra a favor y qué en contra?
La creciente adopción de la inteligencia artificial me genera una gran expectativa por el potencial que ofrece para construir conexiones más profundas con la información y, por ende, con nuestras audiencias. Nos permite detectar patrones invisibles, anticipar comportamientos con mayor precisión y abrir la puerta a adoptar la experimentación como un mindset, acercándonos a fuentes de inspiración más diversas y menos obvias. Todo esto puede convertirse en un motor para generar experiencias más personalizadas, optimizar la toma de decisiones y fomentar una experimentación ágil y creativa. Al mismo tiempo, creo que hay que ser cautelosos: confiar únicamente en la automatización y la inmediatez puede llevarnos a la comoditización, haciéndonos perder lo más valioso: la mirada humana, el people centricity y la innovación genuina que surge de ahí. Para mí, lo ideal no es ver a la IA como un reemplazo, sino como un socio de trabajo constante que potencie lo que hacemos. La verdadera magia está en encontrar el equilibrio entre lo que la tecnología aporta y la sensibilidad humana que da sentido a todo.

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Giuliana Tommasi
DIRECTORA Y EJECUTIVA DE DESARROLLO DE THE MAESTROS CINE

¿Qué la llevó a enamorarse de la actividad que ejerce?
Desde que tengo memoria, cada vez que leía un libro o me contaban una historia construía un universo en mi cabeza. Siempre me fue muy fácil visualizar los personajes y cada uno de los detalles que los rodeaban. Es hipnotizante poner en pantalla lo que existe en nuestra imaginación. El camino es largo y complicado, pero sobre todo íntimo. Es un proceso personal lleno de dilemas el tomar cada una de las mil decisiones que necesitamos hacer y una lucha interior constante entre lo que soñamos y lo que realmente podemos tener. Como directora, hay que saber reaccionar y resolver. El momento de la verdad es el instante en el que te confrontas con lo que construiste en el monitor a la hora de filmar. La realidad es que nunca es como lo visualizaste originalmente, es imposible llegar a eso. A veces es mejor, muchas veces no, pero el soltar esa imagen mental inicial y abrazar lo que tienes enfrente es donde converge la imaginación individual de cada persona del crew y se convierte en una creación colectiva. Y esto es lo que amo de mi trabajo, la incertidumbre del resultado.

¿Qué enseñanzas y aprendizajes ha experimentado, en ambos sentidos ―hacia ellos y desde ellos―, entre usted y su equipo de trabajo?
Mi trabajo no existe sin todo el crew de filmación. Desde la preproducción, hasta el rodaje y la post, es la suma de la creatividad de cada uno de los involucrados lo que hace que un proyecto vea la luz de una forma específica. Una de mis prioridades es rodearme de un equipo en quien confíe, necesito sentirme tranquila en que tengo a las mejores personas para cumplir lo que tengo proyectado. Aunque como directores debemos marcar un camino, es clave alimentarnos de las ideas y las propuestas que cada cabeza de departamento trae a la mesa. Este proceso es el más divertido y es donde más se aprende gracias a la experiencia y la especialización de cada parte. Es durante este pinponeo entre todos cuando surgen las mejores ideas. Durante los últimos años, he aprendido que la trayectoria y los créditos del equipo, aunque importantes, no garantizan ningún triunfo. El trabajo es pesado y al final estamos aquí para pasarla bien. Hoy prefiero rodearme de personas que caminen a la par conmigo, que crean en el proyecto y que confíen en mi capacidad para concretarlo.

¿Qué expectativas le genera la posibilidad de utilizar programas de inteligencia artificial en su actividad? ¿Qué encuentra a favor y qué en contra?
La IA es inminente y lo que nos queda es definir límites. Puede llegar a ser una gran herramienta, pero su papel debería limitarse a ser un apoyo y a aumentar los alcances que tenemos al desarrollar nuestro trabajo, nunca como reemplazo. Particularmente, como directora, me resulta de gran ayuda al visualizar una idea y presentarla al cliente, porque no siempre se logra encontrar una referencia que represente exactamente lo que imaginamos. Pero aquí sigue existiendo una persona que ejecuta el trabajo; en lugar de hacer research, crea una imagen con IA. El problema viene cuando buscas sustituir una voz, dibujar un storyboard, crear personajes hiperrealistas (en lugar de actores reales) o escribir un guión con inteligencia artificial. Creo que es un tema ético, de respetar y conservar el talento y el trabajo de las personas. Fuera de lo moralmente correcto o incorrecto, que puede llegar a ser un tema bastante polémico, tengo la seguridad de que la IA nunca podrá superar la creatividad, la autenticidad y la sensibilidad de un artista.

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María Ferreiro
CEO DE MONTALVO

⁠¿Qué la llevó a enamorarse de la actividad que ejerce?
Me enamoré de la publicidad porque combina todo lo que me apasiona: la creatividad, la estrategia y las personas. Nunca hay un día igual al otro, siempre hay un reto nuevo y la posibilidad de crear algo que conecte con la gente. Me encanta esa mezcla entre ideas y resultados, entre la emoción y la disciplina.

⁠¿Qué enseñanzas y aprendizajes ha experimentado, en ambos sentidos ―hacia ellos y desde ellos―, entre usted y su equipo de trabajo?
Con mi equipo he aprendido que una nunca deja de crecer. Yo trato de orientar, organizar e inspirar, pero al mismo tiempo aprendo todos los días de su talento, de sus formas de ver la vida y de su energía. Creo que el intercambio es mutuo: yo les comparto mi experiencia y mi visión y ellos me aportan frescura, innovación y pasión por las ideas.

⁠¿Qué expectativas le genera la posibilidad de utilizar programas de inteligencia artificial en su actividad? ¿Qué encuentra a favor y qué en contra?
Me encanta la IA porque es una herramienta que potencia la creatividad, acelera procesos y abre posibilidades enormes. Lo que me gusta es que puede quitarles peso a tareas repetitivas y dejar más espacio a lo estratégico y lo creativo. Lo que me preocupa es que, si no se usa con criterio, puede hacer que todo se vuelva genérico. Para mí el reto está en cómo usarla para sumar, sin perder el toque humano, el pensamiento estratégico y el aporte creativo.