Publicidad Argentina

COLUMNA EXCLUSIVA PARA ADLATINA

Cinco cosas que aprendí de mi coronababy, por Damasia Merbilhaa

La VP growth and operations de TBWA Latinoamérica, madre en pandemia, reflexiona sobre los momentos de crisis y la importancia de centrarse en el hoy.

 Cinco cosas que aprendí de mi coronababy, por Damasia Merbilhaa
Merbilhaa, madre durante la pandemia, con Teo, su primer hijo: nadie llega lejos solo.

Por Damasia Merbilhaa
VP growth and operations de TBWA Latinoamérica


Me costó mucho quedar embarazada: fue tras años de tratamientos de fertilidad. Por eso, cuando finalmente dio positivo, empecé a planear los meses de licencia casi como si fueran un año sabático. El bebé iba a nacer en el verano de los Estados Unidos y lo íbamos a pasar entre salidas, amigos y con mi familia de la Argentina de visita. También me iba a dar el tiempo para finalmente aprender portugués y para volver a escribir — antes de la publicidad, me dedicaba al cine. ¡Qué errada estaba! Teo nació en verano, justo a un día del Memorial Day (el arranque de temporada acá), pero no tuvo nada de idílico. Estábamos solos, en cuarentena, y en NYC, el centro de la pandemia en ese momento. A pocos días de su nacimiento tuvimos que pasar por cuidados intensivos; por suerte fue sólo una falsa alarma, y después sufrí de ansiedad posparto los primeros meses. Ansiedad posparto, no depresión posparto (googleenlo, es diferente). Fue duro, muy duro; de hecho, todo ese primer mes apenas lo recuerdo. Pero somos fuertes, y al tiempo y con todo el apoyo virtual que pudimos conseguir, nos acomodamos y nos convertimos en esa familia tipo —mamá, papá, bebé y perrito— que hoy muchos siguen en Instagram.

Este mes, después de una licencia de maternidad que no habrá sido perfecta, pero sí bien fuerte y muy real, vuelvo a TBWA con algunos de los aprendizajes que convertirme en mamá en medio de una pandemia me dejaron.

Hay que estar preparado, pero prepararse para lo peor no es necesario. Cuando enfrentamos una crisis, muchos tendemos a imaginar los peores escenarios. Cuando tenía siete meses de embarazo, la curva de covid estaba tan alta que los hospitales empezaron a cancelar actividades y a restringir accesos. En un momento, llegaron incluso a negar el ingreso de las parejas al parto. Por ese tiempo, un barco hospital militar llegaba a Nueva York y un hospital de emergencia se estaba instalando en Central Park. Me llevó un segundo imaginar que me iba a tocar dar a luz en el medio del parque, sin mi marido y sin el anestesiólogo, porque obviamente él iba a estar ocupado con alguien más. De más está decir que nada de esto pasó. Es fácil imaginar las circunstancias más distópicas, en nuestra vida y en nuestro trabajo, con una pandemia dando vueltas. Pero enfocar nuestra energía en eso no ayuda. De lo único de lo que tenemos certeza, además de que tenemos que cuidarnos, es de que va a haber mucho cambio. Nos tenemos que preparar colectiva y emocionalmente para esto, para adaptarnos, para evolucionar y para estar listos para un futuro que va a ser diferente. Nuestra industria no va a ser igual luego de la pandemia de covid-19, pero eso, de hecho, no es algo malo.

Hoy es lo único que importa. Una de las principales lecciones que aprendí de Teo es vivir en el presente, disfrutar el hoy. Hoy, cuando te agarra el dedo por primera vez, cuando te mira fijo, cuando te sonríe. Hoy, cuando sos feliz haciendo nada, pero nada, con tu bebé. Cuando pasan los años, se vuelve cada vez más difícil enfocarse en el hoy. En el trabajo, pareciera que la mayoría de nuestros días se pasan analizando el pasado o planeando el futuro. Hoy, con covid, se hace evidente que reflexionar sobre la agencia de antes no tiene sentido y, honestamente, tampoco lo tiene obsesionarse con todas las incógnitas de mañana. Como yo lo veo, las proyecciones de 2021 son como mucho un plan Q1. Por supuesto que tenemos que seguir dedicando tiempo a pensar cómo evolucionará nuestro negocio y nuestra industria. Pero muchas veces, tanto cuando las cosas vienen bien como cuando vienen mal, estar realmente presentes en el día a día funciona mejor. 

Hoy no es mañana. Como venía diciendo, el hoy suele ser muy lindo con tu bebé; pero también, digámoslo, hay días que son un infierno. Especialmente cuando sos un padre primerizo. La gente me suele preguntar si Teo es un buen bebé, a lo que respondo “Teo es un bebé normal; a veces sonríe; otras, llora". Un día estaba hablando con una amiga (una amiga que trabaja en procurement, para todos los que dicen que agencia y procurement no pueden ser amigos). Ella tuvo un bebé poco antes que yo y me estaba intentando consolar en uno de esos días. Como nada de lo que decía me llegaba realmente, cerró con una línea muy simple: “Hoy no es mañana”. En ese momento no me hizo mucho sentido, pero al otro día, cuando Teo y yo tuvimos un día perfecto, entendí su punto. De vuelta en el trabajo, sé que vamos a seguir enfrentando días muy duros, post covid también. En esos días planeo tener esto muy presente.

Nadie sabe lo que no sabe. No es verdad que cuidar a un bebé es siempre intuitivo: otra amiga me dijo esto. Recuerdo que cuando nos dieron el alta del hospital mi primer pensamiento fue ¿cómo nos dejan ir? ¡No tenemos ni idea de cómo seguir! Y luego mi segundo pensamiento fue ¿cómo es que tantos recién nacidos sobreviven a los papás primerizos? Con el tiempo uno aprende, o con el tiempo los bebés te enseñan; pero de cualquier forma me dejó pensando. Enfrentarse a una pandemia tampoco es intuitivo. Algunos pueden tener experiencia en manejo de crisis, pero nadie tiene experiencia con pandemias globales. Ahora, y este es el punto, lo que uno no sabe siempre se puede aprender. Hace ocho meses nadie sabía cómo migrar a toda una agencia a un modo remoto de un día al otro y que todo funcione bien. Y hoy ahí estamos todos. Este debería ser nuestro foco, lo que sabés lo aplicás y lo que no, lo aprendés.

Apoyate en tu círculo. El último punto, y seguramente el más importante. Rodeate de gente que te pueda ayudar. Al nacer Teo, sin planearlo realmente, me empecé a conectar con distintas amigas de la Argentina y otras de acá. Amigas que yo sabía que de una u otra forma me podrían apoyar, con algún tema, alguna pregunta. Desde una amiga pediatra con la que chateaba a diario, a mi muy sabia amiga de procurement cuyo consejo se volvió mi mantra para los días difíciles. Y así me armé un ring, un grupo de amigas que me sacó adelante los primeros meses de maternidad. Lo mismo aplica para la vida profesional: nadie avanza lejos solo. Y esto es aún más importante en una pandemia. Ni bien la crisis de covid-19 arrancó, nos conectamos entre las diferentes regiones de TBWA. Asia, por ejemplo, nos ayudó a prepararnos, ya que a ellos la covid-19 les había llegado antes y además ya habían pasado por otras crisis como el SARS. Nos compartieron sus éxitos y sus fracasos, hablamos de cómo mantener la cultura viva, de cómo manejar el work-life-balance, de las licitaciones virtuales, etc. También nos unimos mucho en la región, y armamos varios grupos para apoyarnos y atravesar esta pandemia juntos. Si no te armaste tu ring todavía, hacelo. Y si lo hiciste, mantenelo cerca.

Estos momentos críticos tienden a recordarnos lo que es realmente importante. Y aunque tal vez estos puntos no sean nuevos, pienso que todos son útiles de revisar hoy. En lo personal me están ayudando mucho a pasar este año. Espero los ayude a ustedes también.

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

Compartir nota