Director creativo de The Vidal Partnership, Mauricio Galván fue nombrado el año pasado vicepresidente de la agencia dirigida por Manny Vidal y elegido “director creativo del año” en el mercado hispano, en la 17ª conferencia de la Asociación de Agencias de Publicidad Hispana –AHAA-, realizada en Nueva York por la revista HispanicAd.
De la mano de su amigo Fedo Casillas, Galván comenzó su carrera publicitaria en 1993, en Leo Burnett México. “Un día me invitó a que fuera con él a conocer como se trabajaba en una agencia. Me dijo que llevara algunos trabajos. Ese día conocí a Marco Colín, Lourdes Lamasney, Raúl Cardós, Martha Soler y Tony Hidalgo, que fue el que me contrató”, cuenta Galván. Luego de su paso por Ogilvy y Terán TBWA, ambas del Distrito Federal, en 2000 se unió a The Vidal Partnership.
-¿Qué proyectos y expectativas tienen de aquí a fin de año?
-Mauricio Galván: Después de un buen crecimiento el año pasado, el proyecto ahora es asegurarse de que el tamaño de la agencia no acabe con la creatividad. La expectativa es acabar el año con un equipo súper sólido, que no sólo cumpla con el trabajo, sino que siempre busque un nivel creativo alto.
-¿Qué estrategias usa para establecer distintos puntos de contacto con el consumidor?
-M.G.: Más que distintos puntos de contacto, tratamos de encontrar mejores puntos de contacto. Para lograr esto, trabajo muy de la mano con Alex Pallete, nuestro planner.
-¿Cómo cree que debe ser la relación agencia-cliente?
-M.G.: Debe estar basada 100 por ciento en confianza. Creo que el mejor trabajo es resultado de una confianza mutua. Debe ser una sociedad que trabaje en función de la marca. El cliente debe confiar que la agencia esté haciendo las mejores propuestas para promover la marca, y la agencia debe confiar en que el cliente está tomando las mejores decisiones para la marca. La falta de confianza de cualquiera de las partes es un síntoma claro de una relación que no va bien.
-¿Qué particularidades tiene el público hispano?
-M.G.: Creo que la principal particularidad es que, de alguna forma, en mayor o menor medida, es un público bicultural. Este término va más allá de hablar dos idiomas. Significa, más bien, que constantemente, a lo largo del día y dependiendo de con quién se relacione, debe adaptarse a dos mundos distintos: el anglo y el hispano.
-¿Qué estrategias utiliza para llegar a él?
-M.G.: No sé si le llamaría una estrategia, pero es importante hacerlo sentir cercano a las marcas. Para lograr eso, hay que tratarlo con respeto y hablarle como a un ser pensante. Creo que el público, al final del día, se da cuenta de cuando los mensajes están diseñados para hablarle directamente y cuando están ahí sólo porque tienen que estar.
-¿Cómo ve la publicidad iberoamericana en general?
-M.G.: En general, creo que continuamos “siguiendo” en vez de “guiando”. Aún así, hay casos que sobresalen, como Colombia y los leones que ganó en medios en este año; y las potencias de siempre, como la Argentina, España, Brasil y también México y Perú.
-¿Cuánto tuvo que ver Fedo Casillas en su ingreso al mundo publicitario?
-M.G.: Fedo ha sido mi amigo desde hace como veinte años. Es una de las personas más creativas que conozco, más allá de la publicidad. Fedo estaba trabajando en Leo Burnett en México, y un día me invitó a que fuera con él a conocer cómo se trabajaba en una agencia. Me dijo que llevara algunos trabajos. Ese día conocí a Marco Colín, Lourdes Lamasney, Raúl Cardós, Martha Soler y Tony Hidalgo, que fue el que me contrató. Pero todo empezó por Fedo.