“Nuestra concepción del cine es poder ver Transformers en el Imax”, sostienen Alejandro Ruax y Ramiro Martínez, más conocidos como Plástico –nombre artístico para el cual aseguran no tener explicación-, cuando se les pregunta acerca de su opinión sobre el cine de la región.

La dupla de directores de cine de Flehner Films se formó en marzo del año pasado. Al poco tiempo dirigieron el video clip Nunca quise, de Intoxicados, que les valió la mención como video del año según la revista Rolling Stone.

Desde entonces llevan dirigidos en conjunto 16 comerciales para los clientes Peugeot, Bell South, Banco Hipotecario, Clarín, Gatorade y Burger King. Participaron del Proyecto 155 de Santo Buenos Aires para Clarín en la última edición del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, y dirigieron una segunda unidad del largometraje Rancho aparte, de Edi Flehner –que encabeza la productora donde trabajan-, que se encuentra en post producción.

Ruax inició su carrera como productor y, luego de ocho años, llegó a ser productor ejecutivo en el departamento de servicios de producción de Flehner Films, donde trabajó durante tres años junto a directores como Johan Renck, Andy Morham, Who?, David Frankham, Stylewar y Tarsem Singh.

Por su parte, Martínez estudió desde ingeniería de sonido hasta ingenieria civil y diseño gráfico. Y tras una muestra de arte en la que participó y que llegó a los ojos de Flehner, éste lo llevó a trabajar a su empresa como diseñador conceptual de Spark.

-Adlatina.com: ¿Cómo llegaron a Flehner Films?

-Alejandro Ruax/Ramiro Martínez: Más que llegar diríamos que, después de cuatro años de estar en Flehner Films, encontrarnos fue lo más importante. Llegamos por caminos muy separados a la hora de hacer cine.

 -¿Qué caminos?

-A.R./R.M.: Uno producía internacionalmente y el otro trabajaba en un plano más creativo y de gráfica. Lo que pasa es que no nos gusta quedarnos quietos.

 -¿En qué proyectos se encuentran trabajando actualmente?

-A.R./R.M.: Estamos por filmar un comercial para Mazda y el lanzamiento de una cerveza de Miller junto a Ogilvy de Bogotá.

-También filmaron videos de música. ¿Cuáles son las diferencias que encuentran entre éstos y los comerciales?

-A.R./R.M.: Los videos son un laboratorio, donde uno se manda a hacer cosas de las que no tiene ni la más remota idea de cómo hacerlas. Se prueban estéticas diferentes, hay mucha improvisación, uno se enamora de un plano en la preproducción y después está la libertad de matarlo en el rodaje. Es como que en la hora de dibujo te toque dibujo libre: buenísimo.

-¿Y los comerciales?

-A.R./R.M.: Los comerciales tienen que ser perfectos. La improvisación debe estar consensuada cuatro semanas antes del rodaje. Es un ambiente súper profesional, donde uno se da todos los lujos en cuanto a equipos, ideas, acceso a miles de cosas que están vetadas para el largometraje o el video clip. Lo divertido es poder trabajar con mucha gente y tener que convencer a otra tanta de que lo que queremos hacer es bueno.

-Según la revista Rolling Stone, filmaron el mejor video clip de 2006 junto a Intoxicados. ¿Cómo fue esa experiencia?

-A.R./R.M.: Caótica, muy caótica. Trabajar con Pitty es como encerrarte en un baño de 2 por 1 con Salvador Dalí, el diseñador de modas John Galliano, Marta Minujín y una valija llena de barbitúricos. Con Intoxicados ya habíamos filmado Reggae para Mirtha, que fue muy divertido, muy espontáneo. Pero si algo sacamos en claro en esa primera experiencia, fue que, de existir otra, la haríamos sin la banda. Cuando nos llamaron para Nunca quise trabajamos sobre una idea que no incluía a la banda; el video fue un hit.

-¿Y la banda qué dijo?

 -A.R./R.M.: Muy buena. Tratamos de generar un buen mood con el cliente, los creativos y con nuestro equipo. Siempre trabajamos de manera relajada, donde las cosas fluyan. Creemos que es el único modo, al menos el único que nos interesa.