—¿Por qué hace lo que hace?
—Me remonto a la infancia y pregunto: ¿a quién no le gusta salir a jugar? Nuestro juego tiene bastante presión, pero ahí está la adrenalina que me genera el momento en el que me pasan a buscar para ir a un rodaje. Sé que voy camino a un nuevo desafío, totalmente distinto a todos los otros que recorrí y saber que de esa experiencia me voy a traer nuevos amigos y un aprendizaje enorme es lo que me motiva a hacerlo una y otra vez. Por suerte siempre siento que gano más de lo que podría perder.

—¿En qué proyecto está trabajando actualmente?
—Estamos empezando a producir un comercial que estaré filmando en Madrid a mediados de abril. Y mientras tanto, armando y presentando tratamientos para diferentes clientes. Es una rueda infinita, siempre estoy en movimiento y apostando a nuevos mercados, siempre con la idea de trabajar y de paso viajar, que es lo que más me abre la cabeza.

—¿Cómo ve su actividad hoy? ¿Qué cambios hubo en estos años y hacia dónde cree que va?
—Me gusta que todo se cuestione. Hoy tenemos mil maneras de recibir comentarios de colegas y espectadores y creo que eso nutre a la industria. Me alegra ver cada vez más trabajos de directoras mujeres y sentir que eso en algún momento se va a equiparar. Eso es una linda evolución mental y sociológica dentro de nuestro mercado. En cuanto hacia dónde va, espero que cada vez haya más mensajes de conciencia y educación, en todos los sentidos.

—Si tuviera que recomendar una película, un disco y un libro, ¿cuáles serían y por qué?
—Eternal Sunshine of The Spotless Mind. Cada vez que la miro le descubro algo nuevo. Además siempre fui de admirar mucho los videoclips de Michel Gondry; me encanta ver los behind the scenes de todos sus trabajos y conecto mucho con él porque soy una persona que sueña mucho. Me levanto a cualquier hora de la noche y escribo los sueños o los dejo grabados en un voice note. De estos sueños surgió el guion de un corto que estamos empezando a producir junto con Rebolucion.
Discos, para un día, podría ser algo así: amanecer con Boys & Girls de Alabama Shakes, trabajar con Piramida de Efterklang, atardecer con Sky Blue Sky de Wilco e irse a dormir con Familial de Philip Selway. Libros me gustan aquellos en los que puedo armar mi propia película, las novelas, recomiendo uno que estoy terminando de leer ahora: El Lago de Paola Kaufmann.

—¿Qué consejos puede darles a los que quieren hacer esto en el futuro?
—Lo primordial es no tener vergüenza a preguntar. Todos los que dirigimos aprendimos de otros. En mi caso fue gracias a Fer Lorenzale, DOP, que en mis comienzos siempre supo contestar a mis preguntas con mucho respeto y sin prejuicios. Si alguien se ríe de tu pregunta, por ahí no es… Hay que aferrarse a quienes tienen la vocación y ofrecer ayuda para lo que necesiten. Haciendo es donde más se aprende y si tenés a alguien al lado que mientras lo ayudás te explica, ese sí es el camino. Además hay que aprovechar las herramientas. Hoy en día con un celular podés filmar como para contar una historia, y eso está al alcance de todos.

—¿Qué otras cosas hace además de dirigir?
—Trabajé como editora durante doce años, gran herramienta a la que siempre vuelvo. Mi fuerte en los tratamientos son las maquetas. Amo editar y siempre pienso en volver a hacerlo cuando pueda. Me gusta mucho la música, toco la guitarra, piano y canto; cuando puedo también ensayo con una banda amiga. Por eso también una de mis partes favoritas del proceso es trabajar con el estudio de música. Soy muy obsesiva con eso, hasta el último momento estoy en cada detalle.

—¿Cuál es su filosofía o frase?
—“Don’t look back, you’re not going that way”. Hace unos seis años le mandé mi reel a un director de una productora y me contestó “acá no contratan directoras mujeres”. Terrible, ¿pero qué mejor motor que ese para demostrar lo contrario? Es un rubro difícil y somos muchísimos, queda en cada uno el esfuerzo de estudiar, investigar, nutrirse, caer y levantarse. El comienzo es difícil porque muchas agencias eligen ir a lo seguro y trabajar con directores que ya tienen mucha experiencia. Lo lindo es poder ir demostrando poco a poco que se puede, miro para atrás y no me arrepiento de ninguno de los pasos que di, siempre empujando hacia adelante. Me considero bastante nerd, me gusta leer sobre lentes y cámaras porque además me gusta hacer cámara, por lo general nos turnamos con el director de fotografía, un ratito cada uno.

—¿Qué creator colega de Iberoamérica recomienda a la comunidad Bloomclouds, y por qué?
-Me fascinan los trabajos de Álvaro Stocker, me seducen los de las Swan Dúo, me atrapan los de Cami Zapiola, me divierten los de Fernando Livschitz, me intrigan los de Cele Lois y me alimentan los del gran Nico Núbile.

Compartimos algunos de sus trabajos y en Bloomclouds pueden verse el perfil y más contenido de Luján Islas.

TRABAJOS DE LUJÁN ISLAS