—¿Por qué hace lo que hace?
—Destino de herencia. Mi papá tenía una cámara de fotos; una 35mm mecánica Minolta, aún la tengo. Un día me la donó, fuimos con unos amigos de la secundaria a hacer fotos a las vías del tren Sarmiento en Caballito y ahí empezó el amor. Me descubrí expresando ciertas angustias existenciales de la adolescencia con imágenes. Creo que uno hace con pasión lo que quiere y no lo que puede; el valor está en encontrar el camino del querer.
—¿En qué proyecto está trabajando actualmente?
—Estamos trabajando junto a mi productor Lucas Peydro en dos, uno en Argentina para la agencia Soul Sister, y el otro es una coproducción Londres/Bogotá para la red MullenLowe. Ambos nos motivan mucho. El primero porque es una marca que sigue apostando a tener una imagen a la par de la vorágine evolutiva, con una identidad propia y fuerte, que está a la vanguardia. Tuvimos la suerte de hacer la campaña anterior con total libertad creativa y en su momento marcaron tendencia; aspiramos a lo mismo con este nuevo proyecto. El otro proyecto es muy lindo porque al ser mundial tenemos que representar la idiosincrasia de distintas culturas y son fotos que apelan a contar historias sensibles, un desafío interesante. Y a la par el año pasado fue mi lanzamiento dentro del cautivante mundo de la fotografía artística en la exposición Pinta Buenos Aires, junto a la Galería Otto que hoy me representa. Es una búsqueda constante, una experiencia nueva y cautivante que me permite salir a respirar y conectar con mi deseo artístico muy vinculado al surrealismo.
—¿Cómo ve su actividad hoy? ¿Qué cambios hubo en estos años y hacia dónde cree que va?
—Está atravesada por la explosión revolucionaria de la IA. Se generó un debate implícito sobre cuál va a ser el rol de la IA en la fotografía al dispararse una carrera estética para seducir al público con el ego de saber quién la domina mejor, en algunos casos con ciertas atribuciones y criterios no menos polémicos. Me pregunto si es una herramienta más o será un fin en sí mismo, y me respondo que tiene ambos filos. Y hay un punto no menor, la IA evita la experiencia creativa humana, esquiva el proceso y su valor inherente, el que vemos y pretendemos entender cuando nos paramos ante una buena fotografía o cualquier obra de arte, por eso nos atrapa. Sin querer queriendo la masividad de la IA, entre tanta vulgaridad, consumismo e inmediatez, tal vez termine potenciando y revalorando la obra humana de los artistas más creativos y sobresalientes.
—Si tuviera que recomendar una película, un disco y un libro, ¿cuáles serían y por qué?
—Libro: Rayuela de Cortázar, un formato vanguardista, una prosa y narración profunda. Disco: El lado oscuro de la luna de Pink Floyd, sublime y cada vez más vigente, gran arte de tapa, una religión musical, casualmente este año es su 50 aniversario. Película: La vida de los otros de Florian Henckel von Donnersmarck, la sencillez del arte que trasciende.
—¿Qué consejos puede darles a los que quieren hacer esto en el futuro?
—Que hagan. Así generan experiencias y aprenden de ellas, que hagan su búsqueda, entrenen el ojo y sobre todo confíen en su instinto y lo escuchen aunque no sea lo que quieran oír.
—¿Qué otras cosas hace además de la fotografía?
—Me gusta mucho la mecánica en general, disfruto desarmar y armar, te exige resolver creativamente, y ya casi puedo decir que colecciono herramientas, me fascinan. Leo mucho aunque me gustaría hacerlo más. Me apasiona la música, y la escucho en vinilo desde chico, es un ritual que te obliga a sentarte a disfrutar un disco de manera exclusiva el tiempo que dure, como merece.
—¿Cuál es su filosofía o frase?
—Lo que sucede conviene. Absorber todo lo que se pueda de cada momento, de cada experiencia sea buena o mala. Ese saber y conocimiento construye los éxitos de mañana. Y creo que la fotografía como arte es un prueba y error, es la única forma de aprenderla y experimentarla para que la creatividad aflore, hay que estar en movimiento siempre, conectar y disfrutar del proceso más que del resultado y de superar los únicos límites que tenemos, los propios.
—¿Qué creator colega de Iberoamérica recomienda a la comunidad Bloomclouds, y por qué?
—La obra de la colombiana Doris Salcedo, una mente disruptiva, única, la grandeza de lo simple.
Compartimos algunos de sus trabajos y en Bloomclouds pueden verse el perfil y más contenido de Martin Köhler .
TRABAJOS DE MARTÍN KÖHLER